En los días 10 y 11 de agosto fue promovido el “Día del fuego”, una acción política de los latifundistas bolsonaristas que devastó plantaciones de los campesinos y pequeños productores y cubrió varias regiones del país con nubes de humo.
En entrevista al periódico Folha do Progreso, del interior del Pará, los propios latifundistas dijeron que el objetivo fue promover quemadas en vastas regiones del país de modo coordinado en apoyo al gobierno. En concreto, el objetivo fue destruir florestas y áreas de preservación para apropiarse de ellas, y para justificar la militarización de la región y sofocar la lucha por la tierra, cohibirla y reprimir los campesinos en lucha por la Revolución Agraria.
Las quemadas tomaron áreas en la región de Pará, en toda la región Amazónica e incluso en el Centro-Oeste y en la tríple frontera con Bolivia y Paraguay.
En Rondônia, en 13 de agosto, el fuego de las quemadas se fue expandiendo a lo largo de la Línea TB-14 y alcanzó decenas de casas, incluyendo el asentamiento Galo Velho, en el municipio de Machadinho do Oeste. Tras el fuego extinguirse, los campesinos retornaron al local y encontraron, además de sus casas y pertenencias destruidas, una pareja que murió abrazada y carbonizada.
Intromisión imperialista y latifundio
Delante de la repercusión internacional negativa, jefes de países imperialistas, como Emmanuel Macron (Francia), se sintieron encorajados a entrometerse en los asuntos internos del país y llegaron a amenazar aplicar boicot al agronegocio y vetar el acuerdo Mercosur-Unión Europea, debido a los incendios. Llamando la Amazônia de “nuestra casa”, Macron se pintó cómo “ambientalista” mientras saquea las riquezas naturales de los países oprimidos.
Tales países imperialistas de Europa se oponen a la expansión del latifundio brasileño no por intereses “humanistas”, pero por pretensiones coloniales de apoderarse de los recursos naturales de la Amazônia a medio y largo plazos.
Por otro lado, se oponen a eso porque, después del acuerdo firmado por los dos bloques, la producción del latifundio brasileño tendrá acceso al mercado interno del viejo continente facilitado, lo que puede arruinar los subsidiados hacenderos franceses – base social importante para la política interna francesa.
En Brasil, por su parte, la división sobre lo que hacer penetra inclusive en las hileras del latifundio. Una cuota de los latifundistas, vinculados a la extrema-derecha, presiona el gobierno a avanzar sobre las florestas para enriquecerse más aún a cuesta del retraso del pueblo y de la Nación, mientras que otros importantes representantes de esa clase, más conectados a la derecha, se posicionaron contrariamente al avance, por miedo de las implicancias negativas en las exportaciones.
GLO en la Amazônia
El día 23, aprovechándose e intentando dar una respuesta a la presión internacional, el gobierno de Bolsonaro y de los generales permitió, vía decreto de Garantía de la Ley y de la Orden (GLO), el empleo de tropas de las Fuerzas Armadas y de otras fuerzas federales para “combatir el incendio” en toda la región de la Amazônia Legal.
Hasta el cierre de esta edición, las tropas federales están actuando en el área rural del Amazonas, Acre, Rondônia, Roraima, Mato Grosso, Pará y Tocantins. El escenario de militarización de la región también coloca en alerta los campesinos pobres, especialmente aquellos en lucha por la tierra.
En la Amazônia Legal están los dos estados (Pará y Rondônia) donde más personas murieron en conflictos entre campesinos y latifundistas en los últimos años.