Legalización de las centrales sindicales corona el peleguismo*

Legalización de las centrales sindicales corona el peleguismo*

Traducido por Enrique F. Chiappa

La Cámara de Diputados aprobó en 17 de octubre último, la ley que reconoce las centrales sindicales como entidades representativas de los trabajadores nacionalmente. En la práctica es la coronación del peleguismo. Ella prevé claramente la vinculación económica de las centrales con el Estado, minando la independencia del sindicalismo.

La ley nº 1990/2007 — ley de las centrales sindicales — es de autoría del Poder Ejecutivo y será votada en el Senado. Ella es resultante de un acuerdo espurio entre el gobierno FMI-PT y las centrales pelegas (CUT, Fuerza Sindical, Central General de los Trabajadores, etc.)

El acuerdo prevé el reconocimiento de las centrales por la ley, la participación de ellas en negociaciones, forum, colegiados, de órganos públicos y otros locales a donde sean discutidos asuntos de interés de los trabajadores (Art. 1º, § II). Además de la participación, las centrales tendrán garantizada la transferencia de fondos del gobierno federal, provenientes de las contribuciones pagas por los trabajadores.

Los recursos para las centrales saldrán de la mitad de lo que actualmente es depositado en la "cuenta especial empleo y salario", administrada por el Ministerio del Trabajo y Empleo (MTE), que es sustentada por 20% del impuesto sindical.

Para ser reconocida como central sindical, es necesario: afiliación de 100 sindicatos en 5 regiones del país y en por lo menos tres regiones del país de 20 sindicatos; afiliación de sindicatos de, lo mínimo, cinco sectores de actividad económica y que representen, lo mínimo, 7% del total de empleados sindicalizados nacionalmente.

La contribución sindical paga por los trabajadores, que actualmente es automáticamente descontada del sueldo, pasará a depender de la autorización expresa del trabajador. Caso el trabajador no autorice el descuento, deberá ir hasta el sindicato para realizar el pago (¡?). El sindicato debe indicar al MTE a cual federación, confederación y central sindical está afiliado. Si no fuere afiliado a ninguna central, el dinero volverá para el gobierno.

Tráfico de derechos laborales

Esta ley, considerada por los dirigentes de las centrales sindicales pelegas como la coronación de la democracia en el país, es en realidad la coronación del peleguismo. Al enviar este proyecto para votación en la Cámara, Lula dijo que "todo en Brasil sería más simple si hubiese conciencia de que 90% de los problemas pueden ser resueltos en la mesa de negociación", lo que deja bien claro su objetivo al proponer la legalización de las centrales.

Él quiere el apoyo de las centrales pelegas para aprobar la reforma sindical, laboral y de seguridad social sofocando las manifestaciones de los trabajadores. Con el nuevo poder adquirido por las centrales, estas podrán negociar legalmente, en nombre de los trabajadores, en cualquier mesa de negociaciones. En el actual contexto del sindicalismo brasileño — y peor será a partir del vínculo económico — , las centrales solamente negocian la pérdida de los derechos.

Los pelegos del movimiento sindical son capaces de canjear cualquier derecho, conquistado a duras penas por los trabajadores, por dinero y poder. El presidente de la Federación de los Empleados de Comercio de San Pablo, Luiz Carlos Motta, afirmó recientemente que "la importancia del costeo de las centrales es decisiva, por que las entidades no existen sin dinero".

El montante que las centrales recibirán es considerable. Según el diputado João Dado (PDT-SP), la trasferencia de recursos para las centrales para 2008 es de cerca de R$ 80 millones, R$ 94 millones en 2009 y R$ 103 millones, en 2010. Él afirmó también que "todas las centrales sindicales están unidas en torno de este proyecto".

El movimiento sindical clasista es combativo, y no precisa ser financiado por el gobierno. Los propios trabajadores, sabiendo que el sindicato y la Central los representan, colaboran voluntariamente con el sustento de las luchas y de la estructura sindical.

El modelo legalizado por la administración Lula lleva a que las centrales no necesiten estar al lado de los trabajadores. Es la aceptación tácita y acordada por las centrales de que su viabilidad económica es garantizada por el gobierno, a través del MTE y no por los trabajadores. Las centrales que desagradaren al gobierno, ciertamente, serán punidas "legalmente" por el Ministerio del Trabajo, ya que este órgano publicará anualmente la lista de las centrales legales.

Las centrales que apoyan esta ley lo hacen por que no pueden confiar en su propia base sindical para mantenerlas económicamente. Ciertamente por que saben que los trabajadores y sindicatos combativos no se sienten representados por ellas.

Claro que, como afirmaban Marx y Engels en su época, bajo el capitalismo solamente una parte reducida de la clase podía ser representada. Esto debido a tantas dificultades y controles de las patronales, sea directamente en las unidades de producción, sea a través de su Estado. Mas, a pesar de esto la clase operaria siempre podrá tener una dirección combativa que eleve la capacidad de lucha de la clase.



*Pelego: En Brasil nombre dado a aquel "líder" sindical o político que tiene la función de amortiguar y distraer la lucha de sus representados. Trabaja disimuladamente contra los intereses de los trabajadores

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