El día 20 de diciembre, la Liga de los Campesinos Pobres realizó su 1º Congreso en el Nordeste. Difícil decir si este Congreso marca el inicio del trabajo de la LCP en esta región del país, o la reanudación de las históricas Ligas Campesinas que sacudieron Brasil en los años 60. En realidad, este histórico Congreso representa las dos cuestiones: el encuentro de las masas campesinas con mayor experiencia de lucha por la tierra en nuestro país, con la organización campesina más combativa y avanzada, auténtica heredera de las inolvidables Ligas Campesinas de Pedro Teixeira, Elizabete Teixeira y Francisco Julião.
Plenária de abertura do 1º congresso da LCP do Nordeste
Las Ligas Campesinas, en los años 60, movilizaron decenas de miles de campesinos en torno a la consigna: “Reforma Agraria en la ley o a la fuerza”, y con una amplia movilización de masas conquistaron la desapropiación de muchos ingenios de azúcar quebrados en la región de la zona de la mata. Cuarenta años después, sea en el Nordeste o en otros cantos de nuestro país, la situación de miseria de los campesinos sigue inalterada y el propalado “avance del capitalismo en el campo” sólo provocó el aumento de la concentración de la tierra. En los años 90 surge en el norte de Minas y en Rondônia la Liga de los Campesinos Pobres – LCP, promoviendo el “Programa Agrario de Defensa de los Derechos del Pueblo”, el camino de la Revolución Agraria y la consigna de “Tomar y cortar todas las tierras del latifundio”.
El Programa de la LCP está así presentado en su documento “Nuestro Camino”:
“El Programa Agrario Revolucionario de la Liga de los Campesinos Pobres tiene 4 (cuatro) tareas o pilares fundamentales:
1 – Toma de las tierras y destrucción de los latifundios por los campesinos pobres organizados y distribución de las parcelas de tierra para los campesinos pobres sin tierra o con poca tierra;
2 – Liberación de las fuerzas productivas del campo a través de la eliminación de todas las relaciones de producción basadas en la explotación del hombre con la adhesión voluntaria a la Ayuda Mutua y otras formas de cooperación;
3 – Organización y ejercicio del Poder Político por las masas en las áreas tomadas;
4 – Nacionalización y estatización de las grandes empresas capitalistas rurales en las áreas tomadas y con el avance de la Revolución.”
El Programa Agrario de la LCP representa un claro desarrollo del programa de las Ligas Campesinas de los años 60. Aunque existan diferencias programáticas destacadas entre los dos movimientos, la propia diferencia histórica incluso los puntos de identidad entre la LCP de hoy y las Ligas Campesinas de los años 60 son muchos.
La consigna de las Ligas de “Reforma agraria en la ley o por la fuerza”, traía implícita la obvia necesidad de la “por la fuerza” en lugar de una ley ineficaz e ineficiente. La propia historia de las Ligas muestra como la lucha campesina necesita transponer los límites de la actual legalidad del viejo Estado para crear otras leyes en conformidad con la democratización de la tierra y el fin del latifundio. No fue por otro motivo que una de las causas del golpe militar pro yanqui de 1964 fue el crecimiento de la lucha por la tierra en Brasil, dirigida principalmente por las Ligas. Y fueron los propios militares que crearon el Estatuto de la Tierra, una versión actualizada de la Ley de Tierras de 1850, que determinaba que solamente las tierras improductivas, mediante la compraventa, podrían ser destinadas a “reforma agraria”. El Estatuto de la Tierra, por lo tanto, mantenía inalterada la cuestión agraria en nuestro país, sirvió a los militares cómo mera válvula de escape para las contradicciones en el campo.
Camponeses levaram às ruas a boa nova da fundação da LCP
La LCP representa la verdadera continuidad y desarrollo de las Ligas Campesinas. Su programa, al sustituir el lema “Reforma Agraria” por “Revolución Agraria”, marca un salto histórico en el movimiento campesino en Brasil. Un estudio más profundo y la propia experiencia de las masas campesinas en las últimas décadas muestran que sin una transformación radical de las relaciones de propiedad en el campo en nuestro país la situación agraria permanecerá, en última instancia, inalterada. Las Ligas Campesinas, al defender la consigna de Reforma Agraria Radical, claramente, apuntaban en este sentido.
El MST, actualmente incrustado en las estructuras del gobierno federal (Incra y MDA) y totalmente inmovilizado por su dirección oportunista y gubernista, desde el punto de vista político y programático, representó un retroceso en relación a la Ligas Campesinas de los años 60. Al afirmar que basta “aplicar la ley para que la reforma agraria acontezca”, la dirección nacional del MST, en realidad, reproduce la ilusión reformista de que el Estatuto de la Tierra de los militares, asimilado después por la “Constituyente Ciudadana” de 1988, resolvería la principal y más arcaica contradicción de la sociedad brasileña (sistema latifundista versus campesinos pobres).
La LCP, en sus casi diez años de existencia, parte de la consigna “Reforma Agraria Radical” de las Ligas Campesinas, avanzando para “Conquistar la Tierra y Destruir el Latifundio”, hasta culminar con el lema “¡Viva la Revolución Agraria!”. El avance de la LCP para el Nordeste, cuna de las Ligas Campesinas, no representa un hecho cualquiera, es un marco histórico en la lucha por la tierra en nuestro país. Seguramente, en breve, otras noticias buenas vendrán de esta brava gente nordestina.
Un año de LCP en el nordeste
El resultado de poco más de un año de actuación de la Liga de los Campesinos Pobres en el Nordeste es de hecho sorprendente. El día 5 de septiembre de 2007 marca el inicio de sus actividades en la región con la toma de la Hacienda Bom Destino, en el municipio de Cajueiro, Alagoas. De allá para acá mucha cosa sucedió. Después de enfrentar los desafíos iniciales de la construcción del trabajo, sumado a las persecuciones de los órganos del gobierno y ataques de las direcciones oportunistas, que vieron sus posiciones confortables amenazadas por el surgimiento de un movimiento combativo, la LCP creció a pasos grandes.
En el primer semestre de 2008, después de la campaña victoriosa por la liberación del dirigente campesino José Ricardo de Oliveira Rodrigues, la Liga avanza para el estado de Pernambuco. En octubre, la LCP llega al Ceará realizando su primera toma en la ciudad de Pentecoste. En el segundo semestre, ocurre una extraordinaria expansión del trabajo de la Liga en Alagoas con el avance de la lucha para el litoral, el número de áreas revolucionarias de la Liga en el estado salta de 7 para 16. Además de esto, fue organizado el Corte Popular en el Engenho Santa Lucía, antes perteneciente a la Fábrica Catende, y ya está en conclusión el Corte del área Riachão en Lagoa dos Gatos.
Claro que todo este avance se dio en medio a muchas dificultades. Primero contra la propia política fracasada de reforma “agraria” de la gerencia Luiz Inácio/FMI; contra las reintegraciones de posesión; las amenazas veladas y descaradas de la Ouvidoria Agraria; y los choques con el aparato represivo del Estado. Después la tentativa de criminalización y la repercusión en Alagoas de la campaña difamatoria de la revista “Isto É” contra la LCP en Rondônia. Hubo aún la prisión del campesino Fábio Paraíso de la Luz, que continúa detenido como preso político del latifundio. Y por último, la lucha contra el oportunismo dentro y fuera del movimiento.
Ha sido en esta elevada temperatura que la LCP del Nordeste viene forjándose, dando pasos anchos y firmes, con un crecimiento osado y seguro. Así que llegó a su 1º Congreso organizando más de mil familias campesinas, esparcidas en 20 áreas revolucionarias y 3 estados de la región. Anticipadamente, su 1º Congreso era ya victorioso.
800 campesinos reunidos por la Revolución Agraria
Los Congresos de la LCP son organizados en dos etapas. La primera etapa es el Encuentro de Delegados, que tiene duración de dos a tres días y cuenta con la participación de activistas electos en cada área revolucionaria. En estos Encuentros ocurren los debates más profundizados, los balances, las discusiones sobre situación política nacional e internacional y es donde se elige la Coordinación Regional de la LCP. La segunda etapa, o el Congreso propiamente dicho, es la reunión abierta de masas, adónde van todos los compañeros de las áreas y otros campesinos que quieran participar o adherir a la LCP. El carácter del Congreso es principalmente de agitación, son presentados los resultados de los debates del Encuentro de Delegados, las principales propuestas y la nueva Coordinación para someterla a referendo. Un momento muy importante del Congreso es la “palabra abierta” donde todos los participantes son incentivados a usar el micrófono para hablar sobre la realidad de su área, hacer denuncias contra el latifundio e incluso criticar sus dirigentes. Este formato de Congreso, que combina propaganda, organización y agitación, ya fue organizado más de una decena de veces en los Congresos Regionales de las LCP en Rondônia, norte de Minas, Pará, Centro-Oeste y ahora por primera vez en el Nordeste.
El Encuentro de Delegados de la LCP-Nordeste ocurrió en los días 5, 6 y 7 de diciembre en Unión dos Palmares, contando con 110 delegados representando las 20 áreas y 3 estados organizados por la Liga. La pauta central del Encuentro fue el balance de un año de actuación del movimiento en la región. Otro tema bastante discutido fue la crisis económica del sistema capitalista y sus impactos en la agricultura y la criminalización del movimiento campesino. Después del Encuentro, con una nueva Coordinación electa, todos los delegados partieron para sus áreas para organizar el pueblo para participar del Congreso.
20 de diciembre fue el gran día, la concretización de un año de mucha lucha y esfuerzo. La ciudad no podría ser otra: Catende – PE; para el gobierno “modelo de reforma agraria”, para los campesinos y la LCP ejemplo de fracaso de las políticas gubernamentales. 800 campesinos atendieron a la convocatoria de la Liga. A las 9 horas casi todas las delegaciones habían llegado, algunos autobuses de Alagoas salieron de sus áreas 2 horas de la mañana, los compañeros del Ceará enfrentaron 16 horas de viaje. Una Kombi con estudiantes, profesores y obreros vino de Recife; de Maceió también vinieron estudiantes y un profesor de la Universidad Federal de Alagoas. Todos los que iban llegando hacían la inscripción e inmediatamente entraban para la fila del café. Las miradas atentas de la Comisión de Seguridad identificaron un policía de paisano que inmediatamente desistió de espiar los campesinos organizados. A las 10 horas se dio inicio a la apertura del Congreso. Todos de pie cantaron el himno “Conquistar la Tierra” y repitieron las consignas de “¡Conquistar la tierra… Destruir el latifundio!”, “¡Viva la Revolución Agraria!” y “¡Resistir, Luchar, Construir el Poder Popular!”.
El primero a hablar fue el Coordinador General de la LCP Nordeste, que destacó el significado del Congreso para la lucha campesina en la región, presentó un breve balance del año de 2008 y habló sobre las principales resoluciones del Encuentro de Delegados. Enseguida, habló el representante de la Comisión Nacional de las Coordinaciones de las LCP, que destacó la necesidad de la lucha contra la criminalización del movimiento campesino, de garantizar la liberación del compañero Fábio, de la necesidad de resistir y vencer las reintegraciones de posesión y los ataques del gobierno. El compañero Zé Maria, presidente de la Asociación del Engenho Santa Lucía, cumplió papel de anfitrión, saludando todos los presentes y dando un informe conciso de la triste realidad de Catende y de cómo esto comienza a cambiar con la llegada de la Revolución Agraria. Una de las intervenciones más aguardadas fue la del representante de la FRDDP – Frente Revolucionario de Defensa de los Derechos del Pueblo, que tocó en los temas políticos internacionales, en la caracterización de la gerencia Luiz Inácio, como un gobierno burgués latifundista y proimperialista; habló también de la importancia histórica de la llegada de la LCP al Nordeste, tierra de tantas luchas y tradiciones, y de la necesidad de rescatar la biografía de los principales luchadores de la región como Zumbi dos Palmares, Antônio Conselheiro, Lampião, Gregório Bezerra, Pedro Teixeira, Elizabete Teixeira, Manoel Lisboa, Amaro Lins (Capivara), entre otros.
Después de las intervenciones de apertura los campesinos salieron en marcha por las calles de Catende. En la feria municipal la marcha paró y se transformó en un acto direccionado a los habitantes de la ciudad. Durante el trayecto muchas personas ensancharon las hileras, en total más de 1.000 campesinos participaron de la manifestación. Frente a la Fábrica Catende una nueva parada y agitación para los obreros que, a pesar de la propaganda engañosa, reciben salarios de miseria y muchas veces atrasados. Muchos obreros pararon para oír la agitación de los campesinos, otros respondían con puño erguido en señal de aprobación, el grito “¡Viva la alianza obrero campesina!” fue inevitable. Con muchas banderas rojas y fuegos artificiales la manifestación se concluyó para la pausa del almuerzo.
Era visible en el rostro de los campesinos la satisfacción con el victorioso Congreso. Con “la palabra franca” muchos tomaron el micrófono para hablar de su satisfacción en estar allí; presidentes de Asociaciones de Engenhos de la Fábrica Catende cobraron la presencia de la Liga en sus áreas para izar la bandera roja de la Revolución Agraria y realizar el Corte Popular; otros emocionados prefirieron cantar, versos simples y bellísimos, repletos de esperanza y confianza como este: “La Pitombeira es linda y va a quedar más bella / con la Liga Campesina conquistando ella” y concluyendo con la frase: “La Liga Campesina es nuestro lugar!”.
¡Compañero José Ricardo, Presente!
Uno de los momentos altos del Congreso de la LCP fue el homenaje al compañero José Ricardo, muerto en un trágico accidente de moto el día 10 de agosto del año pasado. Durante todo el Congreso un gran panel con la pintura de su rostro, quedó extendido atrás de la mesa simbolizando la presencia de Ricardo en el acto. En el cierre, el padre y la hermana de Zé Ricardo fueron llamados al frente y recibieron de las manos de los coordinadores de la Liga una foto colorida del compañero. La hermana de Ricardo, Maria, hizo una bonita intervención contando el inicio de la militancia de su hermano, las preocupaciones iniciales de la familia. Habló como Ricardo tenía un amor infinito al pueblo, como se dedicaba enteramente a la causa, pero siempre sobraba un tiempo para dar atención su madre. La hermana de Ricardo fue aplaudida de pie por los campesinos de la Liga, que guardan una admiración inagotable por el compañero.
Poco después del homenaje los miembros de la nueva Coordinación de la LCP se dirigieron a la mesa y tuvieron sus nombres aprobados por unanimidad. En unísono fueron hechos los juramentos de la LCP y repetido el hecho durante el entierro de Zé Ricardo. Terminaba así el 1º Congreso de la Liga de los Campesinos Pobres del Nordeste.
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