Veterano luchador contra el terrorismo de Estado en América del Sur, Jair Lima Krischke preside el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), localizado en Porto Alegre. Ex funcionario del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), él tuvo actuación decisiva en la elucidación del secuestro de dos uruguayos Universindo Díaz y Lilian Celiberti por militares del país vecino en conjunto con autoridades brasileñas, ocurrido en 1978, en Porto Alegre. Desde entonces, investigó y registró varios casos semejantes, componiendo, a partir de ellos, un valioso archivo. En inicio de junio, Jair, recibió a AND para una charla en la sede del MJDH, dando origen a la primera de una serie de reportajes.
1. Los mentores brasileños de la Operación Cóndor
"La Operación Cóndor fue creada, oficialmente, en una reunión realizada en Santiago, en noviembre o diciembre de 1975. Allí estaban presentes representantes de los gobiernos de Bolivia, Chile, Uruguay y Brasil."
"Los mentores eran los brasileños. El embajador de Brasil en Santiago, Antonio Cámara Canto, era muy amigo de varios oficiales chilenos, como el general Sergio Arellano Stark (Nota del autor: comandante de la llamada "Caravana de la Muerte", cuja investigación detonó la prisión de Pinochet en Chile, ocurrida en 2006). Cámara Canto dejó la embajada, por motivos de salud, en setiembre de 1975 y fue acompañado hasta el aeropuerto por un cortejo de militares chilenos. Es imposible que no tuviese participado de ese encuentro."
Precedentes
"La reunión de 1975 sirvió, en realidad, como una formalización de lo que ya existía. En 1971, por ejemplo, hubo aquel plan del gobierno militar de invadir Uruguay – la "Operación 30 Horas", denunciada por Paulo Schilling (N. del A.): economista y periodista, entonces colaborador de Leonel Brizola) y por el coronel del Ejército Brasileño Dickson Grael. La Operación 30 Horas solo no se llevó a cabo por que el resultado de las elecciones uruguayas acabó siendo favorable a los intereses de los autores del plan (N. del A.: mediante fraude electoral, que llevó al gobierno a Juan Maria Bordaberry en lugar del candidato legítimamente electo, Wilson Ferreira Aldunate, que, aunque no fuese el blanco principal de las ambiciones intervencionistas del régimen de 64 –las cuales recaían, antes de todo, sobre la posibilidad de victoria del candidato de la Frente Amplia, general Liber Seregni–tampoco era del agrado de los intereses que comandaron los golpes de 1964, en Brasil,y de 1973, en Uruguay). Años después un general brasileño, Ruy de Paulo Couto, dijo que aquel plan había sido elaborado a pedido de los uruguayos…"
"Sobre la operación 30 Horas existen documentos norteamericanos desclasificados que contaban todo. Médici fue a Washington D.C. en la época y se entrevistó con Nixon y Kissinger sobre el asunto."
"En el día 11 de setiembre de 1973, la embajada brasileña en Santiago –un edificio muy bonito– amaneció en fiesta, con las luces encendidas. El embajador Cámara Canto fue uno de los hombres llave en la preparación del golpe de Chile y era llamado por algunos "el quinto hombre de la junta" (N.del A.: al lado de los cuatro comandantes militares– Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza). Antes mismo del golpe, el SIN operaba clandestinamente en Chile, encobertado por la embajada, infiltrándose entre exiliados y emprendiendo acciones para desestabilizar el gobierno de Allende. En aquella época, había más de 5 mil brasileños exiliados en Chile. En los primeros días del golpe, había unos cien brasileños presos en el Estadio Nacional y hay relatos de que militares brasileños participaron de las torturas que ocurrían allí".
Militares perseguidos
"Además, hay varios casos en que se adoptaba ya, desde mucho antes de 1975, el modus operandi típico de la Operación Cóndor. El coronel brasileño Jefferson Cardim Osório (N. del A.) ligado a Leonel Brizola, este coronel había comandado una tentativa de levantamiento guerrillero en el interior de Río Grande do Sul, en 1965) fue secuestrado en Buenos Aires junto con su hijo; los dos fueron llevados, clandestinamente, para Río de Janeiro en un avión de la FAB (Fuerza Aérea Brasileña) en 1970".
"Otro caso fue el del mayor Joaquín Pires Cerveira (N. del A.: ex miembro del Partido Comunista, en la época militante de la Frente de Libertación Nacional). El mayor Cerveira fue secuestrado en Buenos Aires junto con un estudiante, João Batista Rita Pereda, en diciembre de 1973, y entregado al embajador brasileño. Murieron bajo tortura, en el DOI-CODI de Río."
"La mención a las patentes de Cardím y Cerveira no es casual. Los militares que se opusieron al régimen de 64 eran especialmente perseguidos.
Dando recibo
"Otro nombre importante en los precedentes de la operación Cóndor es el del embajador Pío Correa, que representó Brasil en Uruguay y en Argentina al fin de la década de 1960 y fue el jefe de un servicio secreto clandestino que había sido creado en el Itamaraty. Correa recibía personalmente, de las manos de los agentes del Estado Argentino, brasileños secuestrados y los colocaba en aviones de la FAB, que iban a buscarlos en el aeropuerto de Ezeiza para llevarlos a Brasil. El embajador llegaba a dar recibo por la entrega de los prisioneros.
2. Asesinatos selectivos
"Entre 1976 y 77, en un corto espacio de tiempo, varios liderazgos políticos importantes, opositores a los regímenes militares de sus países, murieron en circunstancias misteriosas: João Goulart, Juscelino Kubitchek, Orlando Letelier (N. del A.: chileno, ex canciller de Allende) Zelmar Michelini (N. del A.: uruguayo, ex presidente del Senado), Hector Gutierrez Ruiz (N del A. uruguayo, ex presidente de la Cámara de Diputados), general Juan José Torres(N. del A. : boliviano ex presidente de su país), Wilson Ferreira Aldunate también estaba marcado para morir junto con Michelini y Gutierrez Ruiz, pero consiguió escapar. Hubo también un atentado contra el ex vicepresidente chileno Bernardo Leighton, ocurrido en Roma, en 1976."
"Todos estos casos están en el ámbito de la Operación Cóndor. Es demasiada coincidencia que todas estas figuras, que representaban amenazas reales a los regímenes militares de la época, hayan muerto en tan corto espacio de tiempo, todas de forma mal explicada. Si aun alguien tiene duda de eso es porque las personas ni siempre analizan los hechos en su debido contexto. Puede ser que tomando cada caso aisladamente, se pudiese dudar. Mirando el conjunto no."
"Lo que sucedió es que esos regímenes militares habían sido instaurados y hacían todo con el apoyo de los americanos y, en 1976, es electo Carter, con un discurso contrario a todo eso. Entonces se quedaron preocupados con lo que podría suceder y resolvieron actuar rápidamente para limpiar el terreno. Imagine si João Goulart volviese a Brasil, lo que podría suceder…"
"Todos estos líderes eran monitoreados día y noche. Hubo una reunión en Buenos Aires, en 1976, entre Jango, Torres y Michelini, que está rigorosamente descripta en un documento del servicio secreto uruguayo. Ellos infiltraron agentes."
Los tentáculos de la P-2
"El asesinato de Letelier, que ocurrió en Washington D. C., territorio americano, tuvo la participación decisiva de los gusanos (mafia cubana de Miami) y de ex marines. Causó un gran malestar porque los americanos permiten que se haga todo eso, pero no en su territorio. Ellos quieren esas cosas sucias bien lejos."
"En el caso del atentado contra Bernardo Leighton, hubo la colaboración de la ultraderecha italiana y estamos investigando la probable participación de la P-2 (N. del A.: logia masónica integrada por prominentes miembros del mundo político y empresarial italiano, envuelta en episodios como el secuestro y asesinato del primer-ministro de Italia, Aldo Moro, en 1978;la misteriosa muerte del papa Albino Luciani, conocido como João Paulo I, ocurrida en el mismo año; y la falencia fraudulenta del Banco Ambrosiano, perteneciente a la Santa Sede, en 1982). Massera (N del A: Emilio Massera, almirante, miembro de la junta militar argentina de 1976) era miembro destacado de la P-2. Se sabe que la P-2 tenía intereses financieros en América del Sur, que pasaban por una agencia del Banco Ambrosiano que había en San Pablo."
3. Los crímenes de la "abertura"
"En 1980, hubieron dos casos de secuestro de argentinos en territorio brasileño –uno en Río de Janeiro, otro en Uruguaiana (RS). Horacio Campiglia y Monica Pinus de Binstock fueron secuestrados en el aeropuerto de Galeão, en 12 de marzo de 1980– tome atención en esta fecha– y entregues a la dictadura argentina. Cuando un juez italiano pidió la extradición de los envueltos en el caso, el ministro Tarso Gerno, inmediatamente salió hablando en amnistía. Sucede que la amnistía fue en 1979 y no abarca crímenes cometidos después de ella; ella no se proyecta para el futuro. Entonces el ministro habló en prescripción. Solo que tampoco es prescripción, porque es secuestro, y está en curso: ellos están desaparecidos, los cuerpos no fueron encontrados, no están oficialmente muertos. Entonces es secuestro, y todavía está en andamiento."
"En 1983, encontramos una manera de traer Wilson Ferreira Aldunate y su hijo, Juan Raúl, a Puerto Alegre, para facilitar la comunicación de ellos con sus aliados uruguayos. Inventamos un seminario y él vino con un convite de la Asamblea Legislativa. Pues bien: Wilson fue monitoreado todo el tiempo durante su visita. Los archivos del servicio secreto uruguayo tienen hasta la transcripción de las conversaciones de él hasta en el hotel; ellos usaban escucha ambiental. Lógicamente que los militares actúan en otro país autorizados por sus pares. El régimen militar uruguayo no combinó esto con el comisario Pedro Seelig, del mismo modo que no fue combinado con él el secuestro de Universindo y de Lilian. Él era apenas un elemento subalterno. La autorización vino de arriba, era una conversación entre ejércitos y entre gobiernos."
Los archivos del terrorismo de Estado
"Yo tuve acceso a esos documentos en Uruguay, junto al ministro de las Relaciones Exteriores de allá. Ahí consta todo. Y consta inclusive una cosa muy interesante. Dicen que en Brasil no existen más documentos de la Operación Cóndor, que fueron quemados. Pero es mentira. Existe un padrón internacional: ningún servicio secreto por más vagabundo que sea, quema sus informaciones. ¡Esa es una mentira y lo pruebo! Los archivos del DOPS de Río Grande do Sul supuestamente fueron quemados en 1982 ¿no es así? (N del A: en ese año, el gobierno de RS anunció que había eliminado esos archivos) Pues en esos documentos del servicio secreto uruguayo– que son de 1983– consta la copia de la ficha de Regis Ferretti (N del A: militante comunista, recientemente fallecido) en el DOPS, inclusive con anotaciones de 83. Esto muestra que los uruguayos tuvieron acceso a las fichas del DOPS y que los archivos no fueron quemados. Quemaron las fichas, pero está todo en microfilm. Está en el Comando Militar del Sur, en el 5º piso."
¿El último crimen?
"El último caso típico de la Operación Cóndor es el de (Eugenio) Berrios. Berrios era un químico de la DINA (N del A: policía política chilena), que fue encargado de producir gas sarín para el asesinato de Letelier. Como él no consiguió, usaron el método tradicional: una bomba. En 1993, él fue secuestrado en Buenos Aires y llevado a Montevideo, donde fue mantenido confinado en un departamento, bajo custodia de dos oficiales chilenos. Berrios era considerado por ellos un eslabón débil; era alcohólico, cualquier día podría abrir la boca. En Uruguay, él consiguió huir y fue hasta una comisaría diciendo que Pinochet quería matarlo. Los chilenos dijeron que era loco; el comisario mandó hacer un examen médico y dijo que no tenía nada de loco. Entonces los chilenos telefonearon para un coronel uruguayo que tira Berrios de la comisaría. Él nunca más fue visto, hasta que años después, durante una excavación para una obra en los alrededores de Montevideo, encontraron un esqueleto y su reloj."
"No se sabe lo que sucedió exactamente con la estructura de la Operación Cóndor después del fin de los regímenes militares. Los brasileños eran maestros en no dejar rastros. Se sabe que el aparato de informaciones de la Operación Cóndor continúa existiendo; Esto está en una acta de una de las últimas reuniones de los ejércitos americanos, ocurrida en Mar del Plata."
"Se sabe también que todavía hay relaciones de colaboración entre órganos de seguridad. La DEA (Drugs, Enforcement Administration) norteamericana paga a algunos agentes de la Policía Federal brasileña más que la propia Policía Federal para que ellos no dejen la droga ir para allá. La formación y los criterios de actuación de las policías brasileñas todavía son aquellos establecidos durante la represión: las policías militares son consideradas fuerzas auxiliares del Ejército y tienen el servicio reservado, la PM2 –o sea, la Doctrina de la Seguridad Nacional continúa presente."
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