Los grandiosos legados del Camino de Octubre

Tropas soviéticas de Sevastopol repeliram a ofensiva fascista e defenderam a cidade da costa do Mar Negro. Pintura de Alexandr Deineka, 1942

Los grandiosos legados del Camino de Octubre

100 años de la gran Revolución Socialista de Octubre

Fue de 39 años el periodo que transcurrió desde el momento en que las masas revolucionarias – dirigidas por el Partido Bolchevique – barrieron impiedosamente el centro del viejo imperio militar-feudal zarista, tomaron el Poder político para el proletariado, establecieron y desarrollaron el socialismo en la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS (conquistas resultadas de una lucha colosal sin precedentes en la historia), hasta la traición de la camarilla revisionista de Kruschov  que, después de la muerte de Stalin, usurpó el Partido, el Ejército y el Estado para restaurar el capitalismo.

Bajo la dirección del gran Lenin, jefe incontestable del Partido, sucedido por su camarada de armas y genial continuador Stalin,  Rusia, otrora prisión de pueblos, juntamente con otros países y pueblos esclavizados hasta entonces por el zarismo, se convirtieron en una poderosa Unión de Repúblicas Socialistas, edificando una economía y cultura a servicio del interés de sus trabajadores y base de apoyo de la Revolución Proletaria Mundial.

Enfrentando todo tipo de sabotajes y agresiones de los enemigos internos y del imperialismo, la Dictadura del Proletariado no sólo reconstruyó el país arrasado por la guerra, pero también entregó el control de la producción de las fábricas a los obreros, promovió la  cooperativización del campo, la industrialización y electrificación de toda  Rusia, además de la creación de nuevos métodos de producción basados en la emulación socialista. A través del movimiento iniciado por Alexei Stakhanov en 1935, que recibió el nombre de stakanovismo, récords mundiales de productividad fueron establecidos en un vastísimo movimiento patriótico y de espíritu internacionalista que comprendió millones de obreros de diversos ramos industriales.

Por primera vez en la historia del pueblo ruso fueron establecidos derechos democráticos para los trabajadores, la política del pleno empleo y la igualdad jurídica y de derechos para las mujeres. Durante el segundo plan quinquenal (1933-1937), el salario real de obreros y empleados más que duplicó. En 1933, el Fondo de Seguros Sociales del Estado aumentó de 4,6 mil rublos (moneda rusa) para 5 millones, en 1937. Recaudación esta que fue convertida en mejorías de las condiciones de vida y necesidades culturales de los trabajadores, con asistencia médica, casas de reposo, balnearios etc. La construcción de una vasta red de maternidades, guarderías, cocinas infantiles y jardines de infancia avanzó significativamente en la liberación de la mujer del trabajo doméstico no pagado.

Con la implementación de la enseñanza obligatoria y de un sistema único de educación popular extensivo a todo el país, en sólo 20 años, cerca de 60 millones de personas fueron alfabetizadas, más del 87% de la población soviética, ya en 1939. El derecho de autodeterminación de los pueblos fue garantizado a través de la Constitución y más de 40 pueblos soviéticos ganaron escrituras correspondientes a sus lenguas, hecho que contribuyó en la afirmación de las culturas nacionales.

De igual manera, bajo la dirección del gran Lenin, la revolución fundó la Tercera Internacional, la Internacional Comunista, con que se produjo el salto de calidad en el Movimiento Comunista Internacional, con la creación de Partidos Comunistas en prácticamente todos los países del mundo, fortaleciendo la lucha revolucionaria en los países capitalistas y el movimiento de liberación nacional en Asia, África y América Latina. Este fue uno de los resultados de la potencialización del pensamiento y acción creadora de las masas trabajadoras bajo la dictadura del proletariado y dirección del Partido Bolchevique.

Después de la muerte de Lenin, cupo al camarada Stalin el mando de la primera experiencia de construcción socialista en la historia, contribuyendo decisivamente para el establecimiento del socialismo en gran medida del inmenso país.

Durante la gran Guerra Patriótica (1941-1945), Josef Stalin condujo el Ejército Rojo y grupos guerrilleros a la victoria, expulsando las hordas fascistas del territorio soviético y derrotando la bestia nazi en su cubil. Más de 25 millones de soviéticos cayeron en combate de armas en  manos en defensa de la Patria Internacionalista del proletariado en los campos de batalla o bajo los bombardeos y brutales embestidas hechas por el grueso de las fuerzas nazis, en el mayor combate por la libertad que la Humanidad asistió.

Bajo el liderazgo del camarada Stalin, la URSS fue reconstruida una vez más y el país saltó al frente de las naciones capitalistas más desarrolladas, en muchas áreas en el campo de la ciencia y de la técnica.

Lecciones de la gran Revolución Socialista

La historia de la gran Revolución Socialista de Octubre nos enseña, antes de todo, que el triunfo de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado solamente es posible a través de la dirección del partido revolucionario del proletariado. Fue el Partido de nuevo tipo creado por Lenin, armado con la línea ideológico-política marxista y el pensamiento Lenin, apoyado en las masas educadas por él en el combate implacable al revisionismo y todo oportunismo y en la aplicación de la violencia revolucionaria, a través de la fuerza armada y de la lucha armada – todo bajo la dirección absoluta del Partido Comunista – que se conquistó y defendió el Nuevo Poder de la dictadura del proletariado.

El desarrollo de la gran Revolución Proletaria en Rusia también nos mostró que sin una lucha intransigente contra el oportunismo de “izquierda” y, principalmente, contra la derecha revisionista (mencheviques, trotskistas, bukarinistas y otros) dentro de sus hileras, el Partido de la clase obrera no podría haber mantenido la unidad y disciplina indispensables para cumplir su misión de organizador, dirigente de la revolución proletaria y constructor de la nueva sociedad socialista.

Los grupos oportunistas cumplían la misión de servir de vehículos de la influencia burguesa dentro de la clase obrera y del Partido y, exactamente por este motivo, acabaron todos convirtiéndose en agentes de los servicios de espionaje fascista, en espías, saboteadores, asesinos, agentes divisionistas y traidores de la patria socialista.

Entre esos grupos ninguno tuvo papel más nefasto para la revolución y el socialismo en Rusia que Trotsky y sus seguidores.

El carácter universal de la Revolución Bolchevique

Bajo la jefatura de Lenin, el Partido Bolchevique tomó la teoría marxista como guía para la acción y definió acertadamente la línea de la alianza obrero-campesina como condición para al triunfo de la revolución proletaria.

Aplicando las verdades universales del marxismo a la realidad concreta de la revolución en Rusia de 1917, Lenin forjó la teoría y la táctica de la revolución proletaria, nueva arma para el proletariado que elevó el marxismo a su segunda etapa, el marxismo-leninismo, apuntando para los pueblos oprimidos de todos los países del mundo el camino para el triunfo del socialismo.

Animados por la revolución bolchevique, los proletarios de todo el mundo se replegaron de iniciativa revolucionaria en Europa y nos Estados Unidos, además de incontables movimientos de liberación nacional en las colonias y semicolonias. Como se verificó en China, el triunfo de la revolución democrática burguesa ganó una nueva faz con el liderazgo del Partido Comunista y del Presidente Mao Tsetung, dirigida ahora contra el feudalismo, el capitalismo burocrático y el imperialismo.

Restablecimiento y lucha contra el revisionismo

La gran Revolución Socialista de Octubre mostró que en su lucha de muerte contra el imperialismo, el proletariado tiene el revisionismo como peligro principal.

A pesar de todos los avances alcanzados en la lucha revolucionaria y en la aplicación de las tareas de construcción socialista en Rusia – para el desarrollo de las fuerzas productivas y la máxima satisfacción de las necesidades del pueblo – estos se revelaron insuficientes para asegurar el desarrollo continuado de la revolución y conjurar el peligro del restablecimiento capitalista.

La dirección bolchevique, a pesar de grandes progresos en la resolución de gigantescos problemas en la construcción socialista bajo el mando de Stalin, no fue capaz de obtener a tiempo, suficiente comprensión sobre la cuestión crucial de la continuidad de la revolución en las condiciones del socialismo y de la Dictadura del Proletariado, en que la lucha de clases seguía y se había hecho más encarnizada y compleja.

Como resultado, el Partido subestimó la necesidad imperiosa de la movilización constante de las masas en el combate a la ideología burguesa y a sus defensores, abiertos y disimulados, en el Partido, en el Ejército y en el Estado, así como la batalla sin cuartel contra las ideas reaccionarias incrustadas en las costumbres y tradiciones de la sociedad de clases, que se mantenían incluso después de la revolución.

Aun así, como comprueban los hechos históricos, fue sólo después de la muerte del gran marxista Stalin, que la contrarrevolución se vio sin obstáculos y logró abrir camino para el restablecimiento capitalista. Para tanto, Kruschov comandó el restablecimiento capitalista en la URSS, difamando la dictadura del proletariado por medio de los cobardes ataques contra el camarada Stalin.

Sirviéndose del gigantesco prestigio de la URSS construida por el hercúleo y heroico trabajo, estudio y lucha del pueblo soviético, bajo la magistral conducción del gran Lenin y su continuador Stalin, el revisionismo kruschovista sembró la confusión en el Movimiento Comunista Internacional y acabó por arrastrar los países del campo socialista y los partidos comunistas en el resto del mundo, llevándolos para el campo de la contrarrevolución.

Contra el revisionismo moderno de Kruschov, el Partido Comunista de China desencadenó, bajo la dirección del Presidente Mao, la más tenaz batalla ideológica hasta entonces jamás vista.

El Presidente Mao, sosteniendo el Camino de Octubre y en la defensa del marxismo-leninismo, identificó en el XX Congreso del PCUS (realizado en 1956) el surgimiento y sistematización de un nuevo revisionismo y desenmascaró la podrida teoría kruschovista de las “Tres pacíficas” y de los “Dos todos”1.

La investigación de las causas del restablecimiento capitalista en la URSS hechas por el Presidente Mao confirmaba la concepción marxista-leninista de que en el socialismo las clases y la lucha de clases seguían existiendo, aunque bajo nuevas formas. Afirmaba que después del proletariado tomar el poder, la lucha entre el camino socialista y el capitalista se agudizaba y que no estaba garantizado de antemano quien vencería a quien, lo que demandaría muchos años e inclusive aún muchas décadas. Que dependía de la continuidad de la lucha de clases y de una correcta conducción del Partido Comunista para llevar a la abolición de las mismas.

Fue combatiendo la influencia del revisionismo krushovista y sus intentos restauracionistas en China que el Presidente Mao desencadenó la gran Revolución Cultural Proletaria, mostrando la forma de la continuación de la lucha de clases bajo el socialismo, llevando la revolución proletaria mundial a su más alta cima y desarrollando la ciencia del proletariado su nueva, tercera y superior etapa, el maoismo.

Al aplicar un golpe potente contra el imperialismo, la gran Revolución Socialista de Octubre dio a los pueblos del mundo un precioso ejemplo y mostró el camino de la lucha de liberación de las masas explotadas y oprimidas, el cual fue profundizado y desarrollado en el curso tormentoso que siguió la revolución proletaria, en las luchas entre revolución y contrarrevolución, entre constrarrestauración y restablecimiento, a lo largo del siglo XX hasta nuestros días.

Así es que el gran desafío para las masas populares del mundo es, más que nunca, el de seguir el Camino de Octubre, constituir o reconstituir partidos comunistas maoistas para desencadenar más y más guerras populares, para levantar la Nueva Ola de la Revolución Proletaria Mundial, elevando el maoismo al mando y guía de la revolución mundial.


El nefasto papel de Trotsky

En torno a la figura de Trotsky hay muchos mitos y poca realidad. Para esto contribuyó en gran medida la propaganda imperialista.

Una única información resume de forma más clara la naturaleza de ese relacionamiento: Trotsky se posicionó bolchevique sólo algunos meses antes de la Revolución de Octubre.

Fiel a su oportunismo inveterado, él sabía cómo llegar en tiempo al cargo que le serviría mejor, esperando hasta el último momento para hacerlo, cuando fue confirmado que los bolcheviques eran la única fuerza política que le permitiría hacer carrera como líder revolucionario.

Trotsky y el trotskismo siempre fueron completamente extraños y, de hecho, hostiles al bolchevismo. Trotsky, en varias ocasiones, durante más de una década, criticó de manera más inflamada los Bolcheviques, acusando Lenin de querer imponer un régimen de cuarteles en el Partido, querer implantar, no la dictadura del proletariado, pero la dictadura sobre el proletariado. Pronunciamientos de este tipo fueron hechos decenas de veces.

Se puede decir que los argumentos que él usó contra Lenin antes de disfrazarse de bolchevique fueron más o menos los mismos que él usó contra Stalin. Hay un hilo común que conecta la lucha de Trotsky contra Lenin antes de 1917 y lo que él más tarde desarrolló contra Stalin.

Las pruebas de colaboracionismo de Trotsky con la contrarrevolución son abundantes. Todo su trabajo está de hecho orientado en esta misma dirección. Antes de 1917, se dedicó a generar problemas dentro de la socialdemocracia (marxismo) rusa y a luchar contra los bolcheviques, particularmente la fracción roja dirigida por Lenin. Tras octubre de 1917, pasó a crear problemas para el Estado Soviético: es bien conocido como él actuó en las negociaciones de paz en Brest-Litovsk, jugando contra la justa línea de Lenin. En la política económica, se alineó con los sectores oportunistas, cuyas propuestas oponían sistemáticamente las masas campesinas al Poder Soviético, peligro aún mayor considerando que el campesinado era la inmensa mayoría de la población.

Sin mencionar sus constantes actividades fraccionistas dentro del Partido, estrictamente prohibidas, pero que él continuó a desarrollar aún después de ser advertido y definido en congreso la prohibición de las mismas.

Desde 1902 y constantemente, Trotsky luchó contra el camino que Lenin estaba diseñando para la revolución democrática y la revolución socialista en Rusia. Poco antes de la muerte de Lenin, llegó a afirmar que la dictadura del proletariado debería entrar en una colisión hostil con las masas campesinas y que, como consecuencia, no había salvación para el socialismo soviético fuera de la revolución victoriosa en los países “civilizados”. De ahí su tesis de la imposibilidad de construir el socialismo en un sólo país.

Fue en duro combate a sus “teorías” capitulacionistas que el camarada Stalin, sobre la base de las tesis leninistas, afirmó claramente que, aunque la URSS pudiera y debería construir el socialismo, la victoria definitiva sólo podría ser asegurada en la arena internacional: “Pero derrumbar el poder de la burguesía y establecer el poder del proletariado en un país aún no significa garantizar el triunfo completo del socialismo. Tras consolidar su Poder y arrastrar los campesinos con él, el proletariado del país victorioso puede y debe construir la sociedad socialista. ¿Pero eso significa, que con eso, el proletariado alcanzará el triunfo completo y definitivo del socialismo, es decir, significa que el proletariado puede, con las fuerzas de un único país, consolidar definitivamente el socialismo y garantizar plenamente el país contra una intervención y, por lo tanto, contra el restablecimiento? No. Por lo tanto, desarrollar y apoyar la revolución en otros países es una tarea esencial para la revolución que ya triunfó. Por lo tanto, la revolución del país victorioso no debe ser considerada como una magnitud autónoma, pero como un soporte, como un medio para acelerar el triunfo del proletariado en otros países” (Obras de Stalin. Volumen XXIII, página 385).

La historia demostró que la construcción del socialismo en un único país fue el mejor impulso para la fermentación de la revolución en todo el mundo.

Aún después de la expulsión de Trotsky del partido y de la Unión Soviética, sus actividades contrarrevolucionarias continuaron creciendo. Fue cuando pasó a dedicarse con afinco en convocar la insurrección contra el Partido y el Gobierno soviéticos, los cuales clasificó de “casta burocrática” o “Thermidorians”2, manteniendo esta posición inclusive en la proximidad de la agresión de Hitler contra la URSS.

En vista de sus declaraciones anticomunistas, durante el periodo 1938-1940, Trotsky y los pequeños grupos de sus acólitos se hicieron provocadores, conscientes e inconscientes, a servicio de los nazis.

La leyenda que el imperialismo inventó sobre Trotsky no es más que una fábula a servicio de las campañas contra Stalin y contra el comunismo. Entre esas mentiras de la historiografía burguesa está la de que él sería “heredero legítimo” de Lenin. Este mito, difundido por algunos trotskistas e historiadores anticomunistas fue creado en torno a los últimos escritos y del llamado “Testamento político de Lenin”. Tal texto atribuiría duras críticas al camarada Stalin, mientras que lo calificaría como “heredero” de Lenin, supuestamente calificándolo al puesto de futuro Secretario-general del Partido.

En verdad, en el referido texto – al margen del grado de autenticidad que se pueda atribuir a tal documento – Lenin se limitó a calificar Stalin como excesivamente brusco, caprichoso y adjetivos similares, atribuyendo a Trotsky características como presunción y, curiosamente, tendencia al burocratismo e inexiste cualquier mención a su “heredero”.

Para dejar las cosas bien claras, vamos a citar lo que Lenin dijo sobre Trotsky.

“Trotsky […] no tiene precisión ideológica y política, porque su patente para no-fraccionismo […] es simplemente una patente para volar libremente, de aquí para allá, de un grupo para otro”. “[…] escondido en el ‘no-fraccionismo’, Trotsky defiende los intereses de un grupo en el exterior, carece de principios particularmente definidos y no tiene base en el movimiento obrero de Rusia”. “[…] ni todo lo que brilla es oro. Hay mucho brillo y mucho ruido, pero no tiene contenido en las frases de Trotsky” (Artículo de 1914, intitulado Ruptura de la unidad encubierta con clamores sobre la unidad, 1914).

“Trotsky fue un ‘fervoroso iskrista’ en 1901-1903, y Ryazanov  describe su papel en el Congreso de 1903 como ‘seguidor de Lenin’. A finales de 1903, Trotsky era un fervoroso menchevique, es decir, él pasó de los ‘iskristas’ para los ‘economicistas’. […] En 1904-1905, él abandonó los mencheviques y ocupó una posición vacilante, a veces colaborando con Martov (el ‘economicista’), proclamando ahora su absurda teoría izquierdista de ‘revolución permanente’. En 1906-1907, él se aproximó de los bolcheviques y, en la primavera de 1907, él se declaró en consonancia con Rosa Luxemburgo”. “En la época de la desintegración, tras largas vacilaciones ‘no-fraccionales’, volvió a situarse a la derecha y, en agosto de 1912, formó un bloque con los liquidacionistas. Ahora él los abandonó nuevamente, aunque, en esencia, él repita sus ideas crudas”. “Nunca, ni en un único problema serio del marxismo, Trotsky mantuvo una opinión firme. Él siempre ‘se ha metido por la rendija’ de tales o cuales divergencias, y pasar de un campo para otro.” (Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914).

En una carta la Kollontai, en febrero de 1917, Lenin expresa aún más enfáticamente que opinión Trotsky merece: “Este Trotsky es un cerdo: frases a la izquierda y un bloque con la derecha contra la izquierda de Zimmerwald ! Usted debe desenmascararlo […]!”.

Y en la misma línea y en las mismas fechas, esta vez en una carta a Inessa  Armand: “Trotsky llegó y ese canalla fue inmediatamente incorporado a la línea derechista del Novy Mir (periódico publicado por los socialdemócratas rusos, inmigrantes en Nueva York) contra los zimmerwaldistas de izquierda! […] Ese es Trotsky, siempre fiel a sí aún, da vueltas, burla, posa como izquierda, pero ayuda la derecha […]”.

Esas pocas citas son suficientes para que no haya duda sobre como Lenin valoró su “hijo pródigo”.


Notas:

1 – Nombre dado al conjunto de tesis revisionistas de Kruschov. A través de la “coexistencia, transición y emulación pacíficas”, pregonaba la imposibilidad del camino revolucionario en los países capitalistas y en la lucha de liberación de los pueblos y naciones oprimidas. A través del “Estado y Partido de todo el pueblo” negaban la vigencia de la lucha de clases en la URSS para justificar la destrucción de la Dictadura del Proletariado. Y aún, negaba el carácter de clase del Partido Comunista, denominándolo partido de todo el pueblo y no más del proletariado.

2 – Denominación peyorativa usada por Trotsky y su camarilla en referencia al periodo del segundo año de la Revolución Francesa dirigido por Robespierre, designado por historiadores de la reacción como “Reino del Terror”, marcado por “asesinatos y persecución a los opositores políticos”.

Referencias:

– Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S., [Redactado por la Comisión del Comité Central URSS, Río de Janeiro: Victoria, 1945.

– Historia Ilustrada de la gran Revolución Socialista de Octubre – 1917 en Rusia, mes a mes. Nenárokov, Albert. Moscú/Lisboa: Ediciones Progreso, Editorial.  Adelante, 1987.

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