Los megaeventos y la “ciudad de excepción”

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Los megaeventos y la “ciudad de excepción”

Entrevista: Carlos Vainer, urbanista y profesor de la UFRJ

Carlos Vainer durante assembleia para discutir a ameaça de remoção na Vila Autódromo

A finales de abril, el reportaje de AND entrevistó al urbanista Carlos Vainer, profesor del Instituto de Investigación y Planificación Urbana y Regional (Ippur) de la UFRJ. Desde el inicio de la ola de remociones de favelas y barrios pobres llevada a cabo por las gestiones de turno en función de la Copa del Mundo de 2014 y de las Olimpíadas de 2016, Carlos Vainer se ha destacado en el análisis de ese proceso y su caracterización como la constitución de una ‘ciudad de excepción’, en especial en Río de Janeiro.

– El principal cambio generado por los megaeventos deportivos en Río de Janeiro es la consolidación de un nuevo régimen de gobierno de la ciudad, basado en los grandes proyectos de reestructuración de Río de Janeiro. Es lo que yo llamo de ciudad de excepción, un modelo basado en el control del acceso a los espacios públicos, a los espacios urbanos de una forma general. La ciudad de excepción no comienza con el agregado de los grandes eventos, comienza antes de eso, pero con certeza ella se consolida con los megaeventos y corre el riesgo de eternizarse, o sea, alterar de un golpe todos los paradigmas urbanos de la ciudad – explica.

– Los eventos crean un ambiente político, económico, ideológico y cultural que favorece esa forma de gobierno. Son cambios introducidos en nuestra ciudad después de la segunda mitad de los años 90. Es un patrón que somete la ciudad a la lógica negocial que lanza en la basura todas las reglas de organización del espacio urbano. Caso a caso, esas reglas pasan a ser definidas en la esfera de proyectos autorizada por una legislación presente en el estatuto de las ciudades, dando base legal a esa ciudad de excepción – analiza el profesor.

Otra característica sobresaliente del proceso de reestructuración del espacio urbano, según Carlos Vainer, es la vigencia de leyes de excepción antes y durante los megaeventos, con la restructuración de las legislaciones penal, tributaria y fiscal en función de los intereses del COI y de la Fifa.

– La ciudad entera se hace un caso a caso a ser negociado en función de los megaeventos. Esa es la legislación de excepción, que pasa a gestionar todo en la ciudad: políticas fiscales, ya que las ciudad pueden endeudarse por encima de lo permitido por la ley de responsabilidad fiscal en función de los juegos; la legislación tributaria también pierde efecto, porque las ciudades pueden ceder favores y exenciones fiscales a la Fifa y a sus contratados y patrocinadores; la legislación penal creando nuevas figuras penales con la Ley General de la Copa, creando tribunales de excepción para el juicio de crímenes relacionados a los megaeventos; la creación de una legislación especial para extranjeros que tengan un ‘título de ingreso’. ¿Qué es eso? Ahora, los extranjeros que vienen al Brasil van a la embajada brasileña en sus países sólo con el ingreso de un juego de la Copa y consiguen el visto. Ni el pasaporte es necesario. La Fifa  se transforma en el gran consulado brasileño – dice.

– La Fifa  y el COI también ganan autoridad sobre los espacios publicitarios en un radio de dos kilómetros de las áreas de interés de los juegos. O sea, todos los autobuses que circulen en el entorno de los estadios tendrán sus espacios publicitarios cedidos con exclusividad a la Fifa y al COI. Eso quiere decir que el paisaje urbano pasa a ser de propiedad de grupos privados. Así, los Planos Directores, Leyes Orgánicas y otras legislaciones especiales pierden completamente su validez. La gestión de la ciudad queda condicionada a una sociedad público-privada – explica.

Otro elemento determinante oriundo del proceso de reestructuración de la ciudad en función de los megaeventos es su feudalización, o sea, su división en áreas de interés de las megacorporaciones que tienen mucho a lucrar con la Copa y las Olimpíadas.

– Eso todo altera profundamente las relaciones en el interior de las ciudades. Cosas que hace algunos años eran inaceptables en la sociedad brasileña pasaron a ser admitidas, como la remoción maciza de áreas dichas de interés social. La ciudad de excepción establece una única regla, la regla de la tercerización, de la privatización de la ciudad. En el caso de Río de Janeiro, lo más significativo es la feudalización  de la ciudad. Cada grupo de interés recibe un pedazo de la ciudad que tiene su espacio urbano privatizado en función de los anhelos de ese grupo. Eso tiene como efecto la profundización de las desigualdades en la medida en que los pobres pasan a ser proscritos a partir de un proceso de limpieza étnica urbana generalizada – analiza.

– Aquí en Río de Janeiro, yo estimo que de 50 a 60 mil personas ya fueron removidas compulsoriamente. Pero, yo podría decir cualquier número, 50, 60 o 80, porque el gobierno no presta ninguna aclaración. Eso es ocultación de información. La Procuradoria General de los Derechos del Ciudadano ya solicitó datos a los gobiernos, pero hasta ahora no obtuvo respuesta. Eso muestra cuán autoritario está siendo ese proceso de edificación de la estructura necesaria para la realización de los juegos. Así, todos los elementos sociales, calles, casas, paisajes, etc., pasan a ser privados, pasan a ser entregados graciosamente al sector privado – explica.

Por fin, Vainer explica por qué los movimientos sociales y las luchas populares pasan a ser vistas por el Estado reaccionario como obstáculos potenciales al proceso de reestructuración del espacio urbano.

– Lo más destacable, sin embargo, es la caracterización de la ciudad como ciudad en el rumbo del desarrollo. O sea, los conflictos sociales pasan a ser más criminalizados, los personajes de los movimientos sociales son perseguidos, pues son vistos como obstáculos al desarrollo de la ciudad en el escenario mundial. Son personas que obstaculizan el desarrollo turístico de la ciudad. Manchan la imagen de la ciudad, alejan los turistas. Así, se configura cada vez más un proceso de supresión de gran parte de las libertades de expresión, manifestación, etc. – concluye.

Traducciones: [email protected]

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