Traducción Enrique Chiappa
En su discurso del día 25 de noviembre, el fascista Jair Bolsonaro afirmó que pretende la creación de una “Garantía de la Ley y de la Orden” (GLO) para reprimir el movimiento campesino y restablecer los latifundios que tuvieron sus tierras retomadas (“reintegración de posesión”) por el movimiento campesino.
La propuesta consiste en que el jefe del Ejecutivo autorice las Fuerzas Armadas para reprimir las tomadas de tierra de manera inmediata después de la decisión judicial. En resumen, permite el uso de las Fuerzas Armadas como fuerza regular de represión a los campesinos.
Hoy, para que se aplique la GLO, la solicitud es hecha por el gobierno estadual y, posteriormente, es necesaria la firma del presidente. “Tiene que ser algo urgente. Y usted dando una respuesta urgente, usted inhibe los demás que posiblemente quieran aquello. Y mira, yo estoy hablando, todo pasa por el parlamento”, afirmó.
En sus redes sociales, Bolsonaro prosiguió: “La tropa de la GLO no es para hacer relaciones públicas, ella va para imponerse, contener acciones terroristas, depredación de bienes, quema de autobuses, evitar que inocentes mueran, etc.”, afirma, tachando como “terrorista” la lucha campesina. Y concluye: “Y, para enfrentar a esos delincuentes, es que se hace necesario el excluyente de ilicitud”, prosigue, defendiendo el genocidio abierto contra trabajadores que luchan por sus derechos, que deberían ser asegurados por el gobierno, según la propia constitución.
Según el propio Bolsonaro, la medida tiene como blanco los movimientos campesinos y citó el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). “La propiedad privada es uno de los pilares de la democracia. Usted no puede comprar un inmueble en el campo o en la ciudad y de repente alguien va allá y toma cuenta. Toma cuenta no, invade. Ahí no es democracia. Donde la propiedad privada no existe es en el socialismo, en el comunismo. No llegamos allá aún”, dijo, omitiendo el hecho de que el movimiento campesino toma tierra sólo de latifundistas y que, muchos de ellos sólo consiguieron enriquecer y acumular tierras a través del robo, de la práctica de trabajo esclavo y de la adulteración de documentos.
La represión del Ejército ya ocurre
El gobierno de Bolsonaro y de los generales, sin embargo, ya está colocando en práctica el uso de las Fuerzas Armadas en la represión a la lucha campesina.
En la Amazônia, en septiembre, ocurrió, encubierta por la GLO de supuesto combate a los incendios y por la Operación “Verde Brasil”, la invasión de los militares en campamentos de la Liga de los Campesinos Pobres (LCP).
En consonancia con la nota emitida por la Comisión Nacional de la LCP, “los campesinos del área relataron que durante una semana los militares de las Fuerzas Armadas reaccionarias cometieron todo tipo de intimidación, amenaza, abuso y humillaciones”.
Un representante de la LCP, durante un debate en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj), el día 22/10, denunció que el cerco militar no es restricto al área Enilson Ribeiro. “¡Ahora, todos los campamentos de la LCP están cercados, con militares estacionados al lado, en regiones en las cuales no hay ningún foco de incendio! Eso para mostrar cómo ellos están ahí para combatir la lucha por la tierra”. Dijo también que el temor de ese gobierno latifundista es que la resistencia y lucha de los campesinos de Seringueiras sirvan de ejemplo y que, por eso, el gobierno mueve tropas contra los campesinos.