De 26 a 30 de mayo, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) volvió a abrir sus puertas al Fórum Nacional. Financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por entidades patronales dominadas por el capital transnacional y asociado (FIESP y Fecomercio-RJ) y por los monopolios Vale, Gerdau, Telefónica, Odebracht, Bradesco, Ultra, Embraer, y Telemar, la reunión anual de la gran burguesía cumplió, una vez más, su papel de trinchera ideológica liberal-conservadora, instancia de articulación de las clases dominantes y cobranza de cuentas a los gerentes de Estado.
El encuentro de 2008 tuvo una dimensión especial para los integrantes del Fórum y sus convidados. Además de conmemorar los 20 años del evento, ellos celebraron el bicentenario de la transferencia de la corte portuguesa para el Brasil escogiendo el eje temático "Un Nuevo Mundo en los Trópicos: 200 años de Independencia Económica y 20 Años del Fórum Nacional".
Al citar una operación idealizada y emprendida desde Londres (la venida de los Bragança a Río de Janeiro), cuyo resultado fue la transformación de Brasil en protectorado comercial ingles por medio de la abertura de los puertos, llamando eso de "independencia económica", el Fórum Nacional se supera en un aspecto que siempre fue maestro: el uso de eufemismos y otros artificios de lenguaje para disimular sus propósitos. Y lleva, casi que automáticamente, a la pregunta: ¿si su concepto de independencia económica es ese, en qué consiste el "nuevo mundo" que anuncia y cuál es el significado de las demás palabras de sus conferencistas?
La llave de la respuesta a esa cuestión puede ser obtenida por la lectura de las listas de patrocinadores y conferencistas del evento. Una compreención más desalada de la estrategia de los sectores sociales en él representados (el capital transnacional monopolista y sus socios internos), sin embargo, requiere una observación más atenta de lo que fue dicho.
Lo de siempre
A parte del toque nostálgico monárquico- colonial — expresado en los homenajes a D. João VI las líneas maestras del encuentro fueron las de siempre: defensa de la liquidación de la economía nacional y — de manera particularmente obsesiva — de los derechos de la seguridad social y laborales. Los primeros fueron apuntados como causa de un supuesto descontrol de los gastos estatales; los segundos, como la raíz de la falta de "competitividad" de la economía brasileña y de un "ambiente seguro" para inversiones. Este fue el mantra repetido, nuevamente, por los intelectuales del capital transnacional: João Paulo y Raul Reis Velloso, Affonso Celso Pastore y otros de menor importancia.
La reiteración de la letanía repetida por veinte años no sería noticia, si no fuese un detalle: Pastore y Raul Velloso dijeron eso — como prescripción y sin ser cuestionados — en un panel en que tenían como interlocutores los ministros Guido Mantega, de la Hacienda, y Dilma Roussef de la Casa Civil. El día anterior, Luiz Inacio, en la sesión de abertura oyó cosas semejantes de los economistas Edmund Phelps y Albert Fishlow( de la Universidad de Columbia, USA) y del periodista Roger Cohen (del New York Times).
El panel en el que participaron Dilma y Mantega fue concluido con otro ataque a la seguridad social, disparado por el coordinador técnico del Plan Director del Mercado de Capitales (PDMC), Carlos Antonio Rocca. El PDMC es el dispositivo de lobby que articula junto al Congreso, junto a los ministerios y a los tribunales superiores, la ejecución del programa económico del Fórum Nacional.
Pidiendo bendición
Rocca dividió la mesa con el senador Aloizio Mercadante (PT-SP). Miembro del consejo director del Instituto Nacional de Altos Estudios (INAE, entidad que organiza el encuentro) Mercadante es uno de los eslabones de la aproximación entre el PT y el Fórum — este de origen de un agrupamiento de tucanos y remanecientes del ramo civil de la Sorbona (ala liberal y más fuertemente americanófila del régimen de 64, con origen en la Escuela Superior de Guerra).
La tercera participación de Luiz Inacio y Dilma en el evento y la cuarta de Mantega son expresiones de esa aproximación — o mejor dicho de esa sumisión. Además de usar las instalaciones del BNDS, el evento contó con el patrocinio de la Petrobras, Banco do Brasil, Correos, Electrobras, Caja Económica Federal y Banco del Nordeste.
Fondo "soberano" es para desnacionalizar empresas
El objetivo es profundizar la disolución de la economía brasileña en el mercado mundial monopolista.
La posibilidad de creación de un fondo estatal para inversiones en el exterior — el llamado "fondo soberano" — fue levantada por el ministro de Hacienda Guido Mantega en la primera semana de mayo. Limitándose al aspecto superficial de la cuestión, la imprenta monopolista (Globo, Folha, Abril) identificó en la propuesta la orientación "estetizante" que sus columnistas más obtusos atribuyen a la administración Luiz Inacio. Para esos columnistas, la creación del fondo sería una maniobra de la "ala desarrollista" del gobierno para retirar el control de parte de las reservas internacionales de las manos del Banco Central (presidido por Henrique Meireles, empleado del Banco de Boston).
El equívoco fue deshecho por uno de los dirigentes del Fórum Nacional, Claudio Frishhtak (ex economista sénior del Banco Mundial). Sus palabras son muy significativas por que fueron proferidas en la abertura de un panel en que estaba representada la nata de la burguesía burocrática en proceso de compradorización.
Intitulado de "El Brasil y sus empresas globales" ese panel — realizado en la tardede 28 de mayo — tuvo como conferencistas Roger Agnelli (presidente de la Vale do Río Doce) Jorge Gerdau Johanpetter (grupo Gerdau) y Emilio Odebrecht (constructora Odebrecht). Se trata de tres empresas monopolistas que, ante la parálisis de las fuerzas productivas internas y conformándose con esta, pasaron a alentar la perspectiva de la expansión en el exterior. Aliadas estratégicas del capital transnacional (que ya controla directamente la Vale), son llamadas por sus intelectuales y por la imprenta que les hace eco de "empresas globales", "players brasileños", "empresas multinacionales emergentes (EMEs)", etc.
Financiando la desnacionalización
"En Brasil"—dice Frischtak — , "el apoyo financiero (oficial) a las EMEs está centrado en el BNDS". Por eso, sería necesaria la "creación de una subsidiaria externa del BNDS para apoyar la internacionalización de las empresas brasileñas con recursos en otras monedas (no en real) y que podría emitir papeles a ser comprados por un eventual fondo soberano brasileño". Esto serviría para transponer "restricciones operacionales que impiden al Banco de actuar con mayor desenvoltura en el exterior". En otras palabras, se trata de facilitar — y financiar la dislocación de empresas sedeadas en Brasil para el exterior, con la transferencia de importantes eslabones de sus cadenas productivas para fuera del territorio nacional y en el límite, con el pasaje de la totalidad de su control a manos extranjeras.
La quimera de las "multinacionales brasileñas" tiene como ejemplo vivo la AmBev. Pocos meses después de la fusión entre la Brahma y Antártica — que supuestamente crearía una empresa brasileña capaz de actuar en escala mundial — los controladores de la compañía vendieron sus acciones — a esa altura valorizadísima — a la cervecería belga Interbrew. Antes de eso pasaron por encima de todas las restricciones de la legislación anti trust y derrumbaron un presidente del BNDS (Carlos Lessa) que se recusaba a liberarles los cofres del banco.
La perspectiva alentada por los controladores de la Vale, por Gerdau y tal vez también por Odebrech es exactamente esta: financiarse con recursos del estado Brasileño para adquirir empresas extranjeras; después pasar a financiarse a través de la venta de acciones en el exterior (lo que, como apunta Frishtak, es facilitado por la adquisición de compañías que ya negociaban sus papeles); y finalmente, vender el control accionario de la empresa a otro grupo extranjero, con lucro. En síntesis, mantener el control de sus negocios mientras puedan para después vender sus activos por el mejor precio — tal vez para vivir de rentas e ir para el exterior tal como hicieron los controladores de la AmBeb (Jorge Paulo Lehmann, Marcel Teles y Carlos Alberto Sicupira).
Así aunque corresponda a los deseos de la burguesía burocrática, el "fondo soberano" sirve tanto a los monopolios internacionales y al sector financiero cuanto al BC de Meireles. Para concretizar esa perspectiva, el Fórum condicionó su apoyo a la creación del fondo al cumplimiento de dos requisitos: la inversión de su dinero en papeles del BNDES destinados a financiar operaciones de esas empresas en el exterior y su direccionamiento a la obtención de moneda extranjera, a ser repasada a ellas en tales operaciones. El atendimiento de esas condiciones fue comunicado por Mantega a la imprenta en el día 30 de mayo, juntamente con la confirmación de que el fondo en cuestión tiene tanto a ver con la idea de soberanía cuanto a la abertura de los puertos con la de emancipación económica.
"A la calle"
Especulación inmobiliaria y control policial de la población pobre están en la agenda del Fórum. Sueño de monopolios con la mercantilización total del espacio urbano es utopía reaccionaria.
Por el tercer año seguido, el Fórum reservó uno de sus paneles a un tema, a primera vista, inusitado para un evento que siempre tuvo su foco en discusiones de ámbito macroeconómico: el de la ocupación del espacio urbano, en especial en Río de Janeiro. Con diferentes y complementares enfoques y usando la lenguaje cifrada y ambigua de siempre — pasible en algunos casos de ser confundida con un discurso progresista, lo que los conferencistas del panel" ¿ Para donde van las Ciudades Brasileñas" Planeamiento Urbano (Desarrollo, infraestructura, Seguridad, Favelas) y Sentido de Comunidad" expusieron, fue un plan de subordinación total de las ciudades a los intereses del gran capital.
Después de exaltar las "virtudes de la mercantilización de la ciudad", Luiz Cesar de Queiroz Ribeiro — coordinador del Observatorio de la Metrópolis de la UFRJ — presentó, de manera sistematizada, todos los argumentos usados habitualmente a favor de la remoción, para barrios distantes, de favelas localizadas en áreas valorizadas de Río de Janeiro. La remoción atiende a los intereses de la Asociación de los Dirigentes de Empresas del Mercado Inmobiliario (ADEMI) presidida por el diputado Marcio Fortes (PSDB), que también es presidente del consejo director del Fórum — por que abriría espacio a emprendimientos inmobiliarios de alto valor. Según Ribeiro, "la concentración territorial de los segmentos vulnerabilizados en el mercado de trabajo y simultáneamente, viviendo en estructuras sociales fragilizadas desencadena una serie de mecanismos que tienden a la reproducción de desigualdades y a la pobreza — quiere decir que las personas no viven en favelas por ser pobres, al contrario son pobres porque viven en favelas. Ese el motivo por que habría que acabar con la "tolerancia" a esa forma de vivienda.
El desalojo macizo de las poblaciones de las favelas — acompañado por el fortalecimiento del control policial sobre la población pobre, defendido por el coronel reformado de la PM paulista, José Vicente da Silva — sería el primer paso para la concretización de la utopía urbana expuesta por el presidente de la Light, José Luíz Alqueres, en su intervención. En el mundo vislumbrado por Alqueres, el "nivel político ejecutivo tenderá a ser sustituido por alguna forma de administración contratada" y "las asociaciones, sindicatos y otras formas de agregación de intereses, oriundas de una orden de producción superada, se debilitarán mientras que comunidades en red (como Orkut y similares) academias de desarrollo del cuerpo o del espíritu y nuevas formas de espiritualidad y religiosidad sumarán adeptos".
En ese admirable mundo nuevo sin política ni sindicatos, apenas habría dos necesidades a ser atendidas: "libertad individual y seguridad pública", "liberando capacidades e iniciativas que premien el individuo sobre lo colectivo". Alqueres advierte, que para llegar para conseguirlo, es necesario garantizar antes "un saludable ambiente para la realización de negocios y actividades productivas, con reducción de la informalidad", mencionando, explícitamente, las pérdidas sufridas por la Light en tributos y conexiones clandestinas.
Las palabras de Ribeiro y Alqueres son coherentes con los propósitos del evento. Al final, fue con la llegada de la corte portuguesa a Río, en 1808, que se inició el proceso de segregación territorial en la ciudad, con la "requisición" de las mejores casas para abrigarla. Los funcionarios encargados de expulsar hombres del pueblo de sus casas traían la insignia "PR" de príncipe regente, que las personas entendían como "ponhase na rua" (colóquese en la calle). Doscientos años después, el mismo mensaje.
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