Faixa da Frente Independente Popular de Pernambuco (FIP-Praieira) durante manifestação
De nada sirvió la propaganda patriotera de “Copa de las Copas”, de nada valió la reedición del jingle del régimen militar fascista del tipo “Brasil, ámelo o déjelo” por el revisionista PCdoB desde su “poderoso” Ministerio del Deporte.
“No habrá Copa!”
El lema nacido de las masas en las jornadas de protestas de junio y julio del año pasado es una verdad perturbadora e incontestable.
“Analistas políticos”, electoreros y comentaristas de fútbol traban debates interminables intentando relativizar lo que las masas afirman con su justa protesta. Reclaman el hecho de que las protestas no hayan “comenzado antes”, cuando “escogieron Brasil como sede de la Copa”. Entonces, señores, ¿si las protestas hubiesen comenzado antes estarían vosotros de acuerdo?
De nada adelantaron las toneladas de bombas, munición de goma y letal, spray de pimenta. Miles de prisiones no detuvieron las protestas, sino que las hicieron aumentar.
Los chupamedias de la Fifa se esmeraron en demostrar servilismo. Edson Arantes “Pelé” afirmó ser la muerte de un obrero en una obra de la Copa “normal” y se indignó por el retraso en las obras de los aeropuertos. Ronaldo Nazário, que engordó sus logros aún más durante la farra de la Fifa posando de crítico, clamó que se usase la fuerza contra los manifestantes.
El monopolio de las comunicaciones, proscrito de las protestas por los manifestantes hartos de sus mentiras y ataques, es obligado a hacer sus coberturas del alto de helicópteros. Derraman todo su odio contra los “vándalos”, “bandidos”. Piden sangre.
Pero las protestas siguieron, tomaron las periferias, las carreteras. No hubo un sólo día de los últimos meses en que neumáticos no ardieran en llamas en los barrios empobrecidos, sólo recordados por los politiqueros profesionales durante la farsa electoral. Y el pueblo aprendió, instintivamente, que el fuego cambia también la temperatura de la lucha de clases. Luego tras los neumáticos, el fuego consume los autobuses. Respuesta de las masas a los pésimos y caros transportes.
En pleno carnaval, los barrenderos de Río de Janeiro superaron la dirección vendida del sindicato y realizaron la huelga histórica que abrió el camino para otras categorías pasar por cima de las direcciones oportunistas y que se lancen a la lucha. Y en cada una de esas batallas resonó: “No habrá Copa!”
Propagandas de transnacionales y del gobierno bombardean diuturnamente en los periódicos, revistas, radio, internet y televisión de los monopolios un Brasil de mentira, como si hubiera una gran fiesta en las calles y un clamor popular por esa Copa.
Pero el pueblo decretó: “No habrá Copa!”
No hay calles pintadas, no hay banderolas, no hay vuvuzela ni cachirola.
El pueblo está indignado con toda la podredumbre, con los miles de millones gastados con estadios, hoteles de lujo, con las remociones de las favelas y con obras que no servirán en nada al pueblo y resultarán en despidos, como el BRT, que resulta en despidos de miles de cobradores de autobuses en todo el país.
El pueblo está harto de ver todo en nuestro país ser entregado por los gobiernos antipueblo y vendepatria para el imperialismo. Está harto de aumentos abusivos en los impuestos, en los precios de todo. El pueblo se rebeló y enfrentó. Perdió, hace mucho, aquel respeto temeroso de las fuerzas de represión y se lanzó a las protestas.
Los electoreros, ávidos por arrancar votos con la farra de la Fifa, ven desmoronarse sus palenques.
Ya no hay Copa, esa es la realidad. No aquella Copa que soñaban la Fifa, los monopolios, los electoreros y todos los oportunistas.
Ahora, los “analistas” se esmeran para dar explicaciones sobre si las protestas ocurrirán en la Copa con la misma fuerza que en las jornadas del año pasado. Los gerentes de turno del viejo Estado se esfuerzan para afirmar que las protestas “vaciaron” por culpa de los “vándalos”. El monopolio de las comunicaciones, desesperado, fabrica factoides sobre la “unión de Black Blocs y el PCC”.
“No habrá Copa!”
Y en las protestas, surge la posición que aterra aún más los oportunistas, y que tiene adhesión creciente entre los sectores más combativos: “No habrá Copa, ni elección, 2014 el pueblo quiere Revolución!”