Novo banho de sangue promovido pela PM fascista do Rio
Después que la agente de policía Alda Rafael Castilho fue muerta durante un supuesto ataque a la base de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) del Parque Proletário — una de las 13 favelas del Complejo de la Penha —, en la zona Norte de Río, policías del 41º Batallón (Irajá) hicieron una operación el día 4 de febrero en la favela vecina, la del Juramento, para, según el secretario de seguridad, José Mariano Beltrame, hallar los autores de los disparos que mataron la soldado. Sin embargo, la verdad es que policías subieron el Juramento para vengar su muerte. La acción terminó con seis personas asesinadas y dos heridas. Las víctimas ya llegaron al Hospital Getúlio Vargas muertas y, de acuerdo con el mando de la PM, fueron socorridas por los propios policías.
Sin embargo, imágenes de celular divulgadas en las redes sociales en internet muestran los seis jóvenes ya muertos siendo observados por policías aún en una de las callejuelas del Morro del Juramento. Cuando alegan que las víctimas aún estaban vivas, policías crean un argumento para deshacer la escena del crimen y dificultar el trabajo de la pericia. Eso porque, según el perito jubilado Leví Inimá de Miranda, que trabajó en la Policía Civil de Río y en el Ejército, por lo que todo indica, los jóvenes fueron ejecutados a sangre fría y no en un enfrentamiento, como alegan los policías.
— En las fotos está claro que todos ya estaban muertos, por la posición de los cuerpos en el suelo, por la cantidad de sangre incompatible con la vida y por el comportamiento de los policías, que no demostraban estar preocupados en socorrer los heridos. Además de eso, no hay ninguna arma en la foto. ¿Por qué los policías deshicieron el local del crimen? Para esconder la ejecución — explica.
Los 20 policías que participaron de la acción fueron intimados a prestar testimonio y tuvieron sus armas incautadas para enfrentamiento balístico. Las sospechas son que no hubo cualquier intercambio de tiros con bandidos y que policías habrían ejecutado los seis jóvenes a sangre fría. El punto de partida para la investigación son las fotos divulgadas en páginas en las redes sociales administradas — aparentemente — por los propios policías. Las fotos, borradas momentos tras divulgadas, aún llevaban mensajes haciendo alusión a una supuesta venganza por la muerte de la soldado Alda.
Una vez más, la Policía Militar de Río de Janeiro promueve una matanza de pobres para, supuestamente, acertar cuentas con criminales. Como aconteció en Vigário Geral, en 1993, o en la Masacre de la Baixada, en 2005, o en la del Borel en 2004, o en muchas otras matanzas, en las cuales las vidas de los pobres no tienen ningún valor.