¿Cuáles serán los atributos que llevan a la elección de un Papa? Difícil de imaginar. El dimisionario Joseph Ratzinger había pertenecido a la Juventud Hitleriana y después dirigido la no menos funesta corriente interna de la Doctrina de la Fe.
El pasado de Jorge Mario Bergoglio, que asume con el nombre de Francisco, indica valores muy distantes de los atribuidos a la figura de San Francisco.
Colaborar con los dictadores argentinos, entregar compañeros religiosos a los verdugos de la represión, encubrir el tráfico de niños, apropiación de dinero de donativos, mentir a la justicia, son algunas de las acusaciones que pesan en su biografía.
La iglesia católica en Argentina siempre fue preponderantemente derechista. En los años de 1970 grupos conectados al tercermundismo, a la teología de la liberación y otros, comenzaron a ganar fuerza haciendo trabajos de base en barrios pobres y villas miserias. Con el régimen implantado a partir del golpe de Estado de 1976, la parte más progresista de la iglesia, que algún tiempo antes ya era perseguida por paramilitares, fue aniquilada. Religiosos fueron secuestrados, torturados y muertos. El lado conservador ganó fuerza, fue íntimo de los generales y les dio legitimidad.
Formando parte importante de este sector es que rápidamente Bergoglio consiguió subir en la jerarquía eclesiástica.
Padres que sobrevivieron a la tortura acusaron Bergoglio de delator y colaboracionista.
Durante el régimen militar argentino (1976-1983) cerca de 500 niños fueron robados por las autoridades en lo que quedó conocido como “Plan Sistemático de Apropiación de Menores”. En aquel periodo en que las personas no podían esperar cualquier solución de la policía ni de la prensa censurada, recurrir a la iglesia para pedir ayuda era muy común. Madres, abuelas y familiares recurrían a los padres católicos para que intercediesen ante los militares. Como Bergoglio en la época era la máxima autoridad jesuita en Buenos Aires, es de suponer que recibió muchos pedidos. Sin embargo, el buen Bergoglio aseguró ante un Tribunal que sólo quedó sabiendo del robo de niños después que la dictadura había terminado!
Esa mentira fue desenmascarada. Muchos declararon haber pedido ayuda a él, y que por lo menos en un caso, llegó a interceder sin recuperar el niño.
El ex-padre Miguel Mom Debussy cuenta que en la década de 1970, al hacer noviciado, fue convencido a hacer voto de pobreza y entregar sus bienes a la iglesia. Él denuncia que entregó al entonces padre Bergoglio, dinero suficiente para comprar un buen apartamento en barrio noble y que él se apropió. Y que una contabilidad posterior estimó que Bergoglio había dado un desfalque de 6 millones de dólares provenientes de donativos en las cuentas de la Curia.
Son muchas las denuncias, sostenidas por años, tanto de particulares como de instituciones como las Madres de la Plaza de Mayo y las Abuelas de Mayo. Quedó claro que fue evasivo y hasta mintió en varias situaciones, pero también es verdad que no fueron halladas pruebas incriminadoras suficientes para juzgarlo.
La iglesia católica en Argentina ha cometido crímenes terribles. El periodista Horacio Vertbitsky, un especialista en esa área, reveló que el método de acabar con los “desaparecidos” tirándolos desde aviones al Río de la Plata era lo recomendado por la iglesia. Otra más: es sabido que en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) funcionó uno de los mayores centros clandestinos de detención y tortura. En 1979 una comisión internacional hizo una inspección programada en el lugar y no encontró nada. ¿Dónde estaban los secuestrados? En la isla del Arzobispado de Buenos Aires, donde se celebraba la graduación de los seminaristas que se formaban todos los años y que en los finales de semana descansaba el cardenal Juan Aramburu, cedida para burlar la comisión.
Ante esos delitos, ante los crímenes del sacerdote Von Wernich condenado a prisión perpetua por crímenes durante la dictadura y del padre Julio Grassi por pedofilia, ante los militares asesinos, ninguno de ellos recibió la menor reprensión. Ninguno de ellos fue excomulgado. El Sr. Jorge Mario Bergoglio, jefe máximo de la iglesia, nunca tuvo una palabra de censura, se negó a autocríticas e hizo lo posible para bloquear cualquier investigación de las actitudes de él y sus comparsas.
Sin embargo, sus retorcidos principios morales son implacables cuando el asunto es el uso de preservativos, unión homosexual…
Traducciones: [email protected]