Pena Branca

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Pena Branca

Bastan sólo algunos segundos con el músico Pena Branca para constatar su origen campesina. De humildad y carisma impresionantes, José Ramiro Sobrino es considerado uno de los artistas más importantes de la música regional brasileña. Al lado de su hermano Xavantinho (fallecido en 1999), formó uno de los principales dúos de verdadera música caipira del país. Casi medio siglo de trabajo, siempre en defensa de la verdadera música de raíz y de la cultura popular.

Hace 49 años que Pena Blanca está en la trinchera, haciendo de la vida una lucha y de la lucha en defensa de la cultura popular su vida. Trabajó desde muy temprano, siendo el más viejo de los 7 hermanos cuando el padre falleció. A los 5 años, ya agarraba el mango de la azada y tocaba su guitarra improvisando debajo del “arbol de manga”, en la tierra arrendada por su padre, en la zona rural de Uberlandia-MG.

El padre mediero, plantaba maíz y cuidaba de unas pocas cabezas de ganado. Los hijos ayudaban y mucho. Pena Branca había aprendido temprano las lecciones de la tierra. El fallecimiento inesperado del padre cambió todos los rumbos de la familia que abandonó las tierras y rumbeó para “la ciudad grande”.

– La vida en el campo es mejor, en la ciudad las familias van para abajo del puente. El comienzo fue muy difícil, mamá fue lavar ropa para los otros; yo y mis hermanos fuimos trabajar con lo que apareciera – explica Pena Branca.

Comienzo difícil, durmió en la calle, fue sirviente de albañil, de carnicero, pero siempre llevando su instrumento sin estuche bajo el brazo por dondequiera que pasara.

Desde los tiempos del campo, la música había acompañado la familia de Pena Branca. No fueron los ásperos tiempos de recién llegados a la ciudad que cambiaron eso.

De radio en radio…varios nombres

Ranulfo Ramiro da Silva, el Xavantinho, hermano 3 años más joven de Pena Branca, también gustaba de tocar una guitarra. Como el hermano más viejo, había aprendido a tocar instrumentos observando los familiares, además de un auxilio especial de un tío.

La música de raíz, pasada de generación para generación, hecha allí aún en aquellos pagos del ‘triángulo minero’, por cantadores anónimos y hasta conocidos, estaba en la sangre de José Ramiro y Ranulfo.

Aún necesitando dar continuidad a la lucha por la propia supervivencia, ellos se propusieron a osar y no midieron esfuerzos para llevar para las personas esa legítima música popular que ellos tanto sabían tocar.

En 1958 participan por primera vez de un programa de la Radio Educadora de Uberlândia, aún sin el nombre Pena Branca y Xavantinho. Usaron el nombre de “Peroba y Jatobá”.

– Fuimos yo y mi hermano, dos guitarras sin estuche bajo el brazo, intentar una oportunidad en el programa matutino de domingo del Zé Bode en la Radio Educadora. Conseguimos  presentarnos  y tocamos dos músicas. Durante la semana la radio no paró de recibir cartas pidiendo la pareja Peroba y Jatobá. Fue un éxito – recuerda el emocionado Pena Branca.

Por insistencia de la madre el dúo pasó a llamarse Zé Miranda y Beira Mar. Hicieron algunas presentaciones en la radio con ese nombre y el éxito de la pareja aumentaba.

En ese tiempo, un amigo común de la familia comenzó a llamar el dúo de Los Xavantes (referencia a la tribu indígena del Mato Grosso, formada por indios caracterizados por la piel morena y baja estatura). Por un tiempo la pareja quedó conocida como Xavante (José) y Xavantinho (Ranulfo). Ese no quedó siendo el nombre definitivo del dúo. En 1970, pasaron a usar Pena Branca y Xavantinho, nombres estos inmortalizados en la historia de la música popular brasileña.

¡Pie en la carretera!

En el inicio de los años 60 Xavantinho partió para São Paulo. Las oportunidades de empleo en Uberlândia ya no eran las mismas y las condiciones de vida no estaban nada buenas. Llegó en la ciudad con la ropa del cuerpo y con mucha disposición para encarar los desafíos, pero nunca dejando la música de lado. Su deseo era que el hermano José Ramiro viniera para São Paulo lo más rápido posible.

Algún tiempo después, Pena Branca decide ir para São Paulo para trabajar y tocar con su hermano Ranulfo. Trabajaban de sol a sol y en las horas vacantes componían ‘modas de viola’. Pasan a frecuentar clubes de música caipira, donde conocen otros dúos, como Tonico y Tinoco y Milionário y José Rico.

A finales de los años sesenta osaron en una presentación en la Radio Nacional. Fueron con “la cara y el coraje”, guitarra en las manos y unas ganas inmensas de cantar las músicas de su tierra. Otra vez fue un éxito estruendoso. Pasaron a inscribirse en los festivales de música y a pesar de afirmar que los mismos son como “juego de cartas marcadas”, consiguieron una importante proyección en el escenario de la música caipira. En cada presentación el bello mensaje de sus letras eran pasadas y no era posible más retroceder. La música regional y su instrumento, que siempre formaron parte de la vida de la pareja, definitivamente los acompañarían por el resto de la vida.

Cio de la Tierra

Graban el primero compacto, Saudade, en 1970, cuando adoptan el nombre artístico definitivo. Durante los años 70 se presentaron en shows, inicialmente al lado de Tonico y Tinoco, y más tarde como atracción principal. En 1980 participaron del festival MPB Shell, defendiendo la música Que terreiro es ese?, acompañados por 16 violeros de la Orquesta de Guarulhos y percusionistas, clasificándose para las finales. Enseguida lanzaron el primer LP, Velha Morada y pasaron a ser presencia constante en programas de televisión y en la radio. En 1987 el disco Cio de la Tierra tuvo participación de Milton Nacimiento, promoviendo la mezcla entre estilos musicales.

Ganaron en 1990 el Premio Sharp de mejor música (Casa de barro, de Xavantinho y Moniz) y mejor disco (Cantadô do mundo afora). En 1992, el disco Renato Teixeira y Pena Branca y Xavantinho – En vivo en Tatuí (Kuarup) recibió el Premio Sharp de mejor disco y el Premio APCA. Grabaron en 1993 Violas y canciones (Velas), destacándose Viola quebrada (Mário de Andrade). Ese año, los shows del dúo se extendieron por el mundo todo.

¡Amor al Pueblo Brasileño!

La enfermedad y el fallecimiento inesperado del hermano Xavantinho con certeza fue un golpe para Pena Branca. Hermano de sangre y su compañero de vida, su pérdida ciertamente fue muy dolorosa. Pero, Pena Branca no desanimó y continuó la vida y la carrera artística. No formó otra pareja, como tal vez fuera lo esperado y decidió seguir en carrera solo, componiendo y cantando con la misma firmeza de siempre.

“Tocando siempre enfrente”, ese es el optimismo de José Ramiro que continúa teniendo las personas más simples del pueblo como fuente de inspiración para componer e interpretar sus canciones. Son las luchas diarias del pueblo, la faena en la tierra, la relación con el medio geográfico que embelesan más aún las nuevas canciones de Pena Branca.

Un Pena Blanca fuerte, experto y corajoso que continúa lanzando la semilla caipira. Con toda esa historia de vida, él continúa siendo un defensor intransigente de la cultura popular y del verdadero Brasil.

Traducciones: [email protected]

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