El lector brasileño que se guía por las informaciones distribuidas por los monopolios de los medios comunicación es cómo si viese la realidad con un sólo ojo, o, quien sabe, con ninguno de los dos ojos. Esto porque además de torcer la realidad con sus teorías reaccionarias o pos-modernistas, tales vehículos de la reacción inducen al error al lector interesado en un análisis de los hechos informados.
Con el surgimiento del imperialismo, con la tendencia a la centralización y concentración de los capitales, tal hecho se verifica también en las redes de comunicación, cuya “verdad” periodística, la “noticia imparcial”, existente en la realidad, quedó cada vez más al sabor de las Bolsas de Valores. No es sin ton ni son que, cuando informan la quiebra de las Bolsas o la explosión de una gran crisis económica, hacen inmediatamente cuestión de inducir el lector a conclusiones metafísicas de que las causas son hechos externos, y no la propia contradicción del régimen capitalista. O, queda claro también cuando, conforme los grandes inversores quieren manipular los resultados de la Bolsa, el informativo recibe un coloreado todo especial enalteciendo los hechos del Ejército del USA en detalles o simplemente dar la noticia en un pie de página.
En el caso brasileño acontece cosa similar, pues, aunque los tres monopolios de los medios comunicacionales Globo, Folha de São Paulo y Estadão se digan críticos imparciales del gobierno del fascista Jair Bolsonaro y sus generales derechistas, el trio está umbilicalmente conectado a las demandas del sistema imperialista yanqui (cuyo establishment local se somete) y al agro negocio que les llevan a insertar los titulares principales en la contienda de sus patrocinadores con el gobierno Bolsonaro.
Por otro lado, la prensa popular y democrática ha cumplido un papel fundamental en la formación de la opinión de aquellos que quieren tener acceso a los hechos verdaderos del informativo de Brasil y del mundo.
El periódico A Nova Democracia, en sus 17 años de existencia, se ha esmerado en llevar a sus lectores las informaciones esenciales para un análisis concreto de la situación concreta de las luchas que representan las principales contradicciones entre revolución versus contrarrevolución, nación y pueblos oprimidos versus imperialismo, masas versus semifeudalidad, pueblo versus gobierno, proletariado versus burguesía y las contradicciones interimperialistas, y en especial difundir la lucha de los pueblos que se levantaron en guerra popular contra el imperialismo y sus lacayos locales, así como las guerras de Resistencia Nacional contra el imperialismo invasor.
Mientras la prensa de los monopolios reproduce las baboserías dichas diariamente por Bolsonaro y su compañía guiada por Olavo de Carvalho, la prensa popular, sin dejar de analizar los hechos de la política mundana demostrando su relación inseparable con el sistema de explotación y opresión, se concentra en ir al campo y a la periferia de las ciudades para mostrar la real lucha de nuestro pueblo. Muestra la lucha de los campesinos pobres, de los quilombolas y pueblos indígenas, del proletariado, de los funcionarios, profesores y la inmensa masa de semiproletários urbanos como vendedores ambulantes, choferes de Uber, cuidadores de coches, finalmente, de las masas explotadas del campo y de la ciudad. Revela en esto la verdadera guerra civil reaccionaria que el viejo Estado lanza contra el pueblo pobre y principalmente negro de las favelas. Destaca su brava lucha del pueblo por sus derechos y su resistencia contra la cobardía de las fuerzas policiales. Tal como el pueblo de las favelas cariocas enfrenta la política de genocidio programado de la Policía Militar y Civil del fascista Witzel y como el pueblo va elevando sus formas de lucha demostrado en la marcha en el Complejo del Alemán, en que una multitud indignada marchó en protesta contra los cobardes asesinatos de Agatha Felix, decenas de otros niños y trabajadores.
La prensa popular va al campo y denuncia la prisión de cinco campesinos en lucha contra el gobierno de Flávio Dino (PCdoB) queriendo tirarlos de sus tierras para ceder a inversores chinos, o aún, la manifestación que exige agua para los campesinos del Cariri paraibano y el rechazo de la privatización de la transposición del río San Francisco.
Para mantener la independencia de la prensa popular es fundamental el apoyo de sus lectores con la divulgación en sus ambientes de trabajo, vivienda y organizaciones de lucha, ampliando la red de subscriptores y apoyadores del periódico.