Traducción Enrique Chiappa
Protestos en al menos doce capitales y otras 139 ciudades fueron marcados por la corajosa resistencia de las masas a la violencia policial. En Río de Janeiro, un camarógrafo de AND fue detenido arbitrariamente, acusado de agredir un policía. En Brasilia, manifestantes ocuparon el entorno del estadio Mané Garrincha y enfrentaron la PM durante el juego del equipo de la CBF. En varios estados los desfiles de 7 de septiembre fueron cercados por enfrentamientos. En Maceió fue cancelado.
BH: Bandeira da Palestina e faixa em apoio ao povo sírio.
En el inicio de septiembre, las gestiones de turno invirtieron pesado en la criminalización de los movimientos más combativos que, desde junio, participan de las manifestaciones en todo el país. En Río de Janeiro, la Asamblea Legislativa votó y aprobó el día 10 de septiembre el Proyecto de Ley 2.405, que prohíbe el uso de máscaras en manifestaciones. Con una rapidez fuera de lo común, la ley fue sancionada por el gobernador Sérgio Cabral al día siguiente.
También en Río, en el inicio de septiembre, la Comisaría de Represión a los Crímenes de Informática prendió seis personas, entre ellas tres administradores de la página ‘Black Bloc RJ’ en el Facebook. Las prisiones en flagrante fueron convertidas en preventivas por la 27ª Vara Criminal de Justicia. Los jóvenes estudiantes responderán por los crímenes de ‘formación de cuadrilla armada’ y ‘posesión ilegal de arma de fuego de uso restricto’ — léase morteros y petardos, a venta en tiendas de fuegos artifíciales en todo el país. Hasta el cierre de esta edición, uno de ellos había sido liberado.
Sin embargo, nada fue capaz de contener la ola de combativas protestas que tomó las calles del país el día 7 de septiembre y literalmente estropeó los desfiles militares en varias ciudades. En la tentativa de desmovilizar las masas, la gerente Dilma fue a la televición en un discurso en red nacional en la víspera del feriado a decir que “severas reformas políticas están en marcha” y que “miles de millones ya estarían siendo invertidos en sectores esenciales”. Aun así, la brutal represión continúa siendo la única respuesta que las gestiones de turno tienen para las manifestaciones que ya entran en su cuarto mes.
Entre las banderas de los movimientos estaban la desmilitarización de las policías, la localización del obrero Amarildo de Souza – desparecido en Río de Janeiro tras ser conducido a la sede de la UPP de la Rocinha por la policía –, contra la intervención militar yanqui en la Siria, por la punición de los torturadores del régimen militar, salud, educación, cultura y contra los gastos exorbitantes de dinero público en función de la Copa y Olimpíadas.
SP: centenas de manifestantes fecham a Av. Paulista.
En Brasilia, cerca de diez mil personas se reunieron en las proximidades del Congreso Nacional, donde la gerente Dilma participaba del desfile militar. La policía atacó la masa con bombas de gas lacrimógeno y tiros de bala de goma y fue respondida con piedras y morteros. Enseguida, manifestantes recordaron los días de protestas durante la Copa de las Confederaciones y siguieron en marcha para el entorno del estadio Mané Garrincha, donde acontecía un partido de fútbol entre la selección de la CBF y Australia. Una vez más, las masas forzaron la barrera policial y la policía inició un nuevo enfrentamiento.
En el Museo de la República, horas más tarde, otro grupo de 400 manifestantes fue atacado por la tropa de choque de la policía militar mientras protestaba pacíficamente. El enfrentamiento sólo terminó en las inmediaciones de la estación terminal y tuvo un saldo final de 35 adultos y 15 adolescentes detenidos. Varias personas quedaron heridas, entre ellas dos fotógrafos: el de la Folha de São Paulo, Fábio Braga, y el fotógrafo Marcelo Marcelino, ambos mordidos por perros usados por la PM para reprimir las manifestaciones.
En São Paulo, cerca de seis mil manifestantes se concentraron frente al Masp y siguieron para el Centro de la ciudad, seguidos por centenares de policías. Otro grupo bloqueó el tráfico en la Avenida 23 de Mayo y fue atacado por la PM. En el enfrentamiento, varias personas quedaron heridas e incontables agencias bancarias fueron destruidas por la furia de las masas en la región de la Sé. En total, ocho personas fueron detenidas, siendo cuatro menores de edad, dos hombres que pagaron fianza y fueron liberados y otros dos que continúan detenidos. Uno de ellos responderá por los crímenes de ‘tentativa de homicidio’ y ‘formación de cuadrilla’ y el otro por ‘formación de cuadrilla’, ‘daño calificado’, ‘lanzamiento o colocación peligrosa’ y ‘resistencia’.
La PM tiró con munición real, atropelló manifestantes y negó socorro, y aún dejó un estudiante ciego de un ojo, alcanzado por fragmentos de granada.
En Porto Alegre, mientras soldados desfilaban por la Avenida Loureiro da Silva, miles de personas enfrentaban la policía en la Esquina Democrática. Manifestantes se dividieron en tres grupos: en el Largo Glênio Peres, en la plaza Argentina y frente al ayuntamiento. Todos siguieron en dirección al desfile. Diversas calles y avenidas fueron bloqueadas por el ayuntamiento para dificultar la aproximación de la manifestación del desfile militar. Cordones de aislamiento también fueron formados por soldados de la policía del ejército y de la PM para impedir el avance de los manifestantes.
BH:Ativistas da FRDDP realizaram ato durante desfile.
Aun así, varios enfrentamientos fueron registrados en las calles de la ciudad. En el más violento de ellos, manifestantes atravesaron containers en las calles a pocos metros del desfile para impedir el avance de la tropa de choque. Bombas y tiros de bala de goma fueron disparados por la PM contra los manifestantes que respondieron con piedras y morteros. Cuatro personas fueron detenidas y responderán por los crímenes de ‘desobediencia’ y ‘daño al patrimonio’.
En Belo Horizonte, la manifestación comenzó alrededor de las 10h en la plaza Sete. Poco después de 12h, el grupo de manifestantes ya llegaba a cinco mil personas, muchas de ellas preparadas para resistir a la represión policial con escudos de madera y piedras. Más tarde, la protesta siguió por la Calle Bahia en dirección a la Plaza de la Libertad. En el local, policías intentaron prender un manifestante y fueron impedidos por las masas. La policía tiró bombas y tiros de balas de goma y fue respondida con piedras, botellas y cohetes.
Ya en el fin de la tarde, mientras el enfrentamiento acontecía, un camión con amplificadores de la policía anunció un toque de queda, invitando “todos los ciudadanos de bien a ir para casa”. En la mañana del día siguiente, quince de los 46 presos en la manifestación permanecían detenidos en la 1ª Región Integrada de Seguridad Pública, en la plaza Río Branco, Centro de BH. Cerca de 100 personas hicieron una protesta en la puerta del 1º Risp exigiendo la liberación de los presos. Hasta el cierre de esta edición, dos de ellos permanecían detenidos — Enieverson Mendes Rodrigues y Rodrigo Gonzaga Avelar — encuadrados en el crimen de ‘constitución de milicia armada’, crimen no afianzable que puede rendir de cuatro a ocho años de prisión.
En Maceió, el desfile de 7 de septiembre tuvo que ser interrumpido después que manifestantes bloquearon la Praia da Avenida. Cerca de 5 mil personas invadieron el local horas antes del fin del desfiole militar y forzaron el comando del ejército reaccionario a suspender el evento. No hubo enfrentamiento con la policía.
RJ:Escudos homenageiam lutadores mortos e desaparecidos no regime militar.
En Río de Janeiro, la protesta comenzó a las 7h. Más de mil manifestantes comparecieron al combativo acto organizado por el FIP, el Frente Independiente Popular, próximo al Camelódromo de la Calle Uruguaiana. Cuando la manifestación aún se concentraba, la policía ya efectuaba prisiones de manifestantes sin documento de identidad o con el documento vencido. Un incrementado cerco policial fue formado para impedir el acceso de los manifestantes al desfile militar. La protesta, entonces, caminó por tres cuadras hasta el Campo de Santana. Pasando frente al cuartel de la PM en la plaza Tiradentes hubo un inicio de enfrentamiento. Vidrios de una agencia bancaria fueron quebrados y un coche de la Policía Civil fue pintado con la inscripción ‘Asesinos’. Enseguida, en una calle lateral el acto rompió el cerco de la policía y tomó una pista lateral de la avenida donde ocurría el desfile.
Una línea de mujeres se colocó al frente de la manifestación, todas portando escudos con retratos de asesinados y torturados por el régimen militar. Una gran pancarta del FIP decía: “Abajo el terrorismo de Estado ayer y hoy”.
La protesta siguió codo con codo con el desfile militar gritando consignas y agitando sus banderas cuando la tropa de choque de la PM comenzó a tirar bombas de gas lacrimógeno y tiros de bala de goma contra los manifestantes, que permanecieron defendiéndose con sus escudos. Mujeres, niños y ancianos que asistían al desfile pasaron mal debido al gas usado por la PM. Un patrullero de la PM atropelló un anciano y, enseguida, cobardemente, pasó por encima de sus piernas. Una señora cayó de la tribuna. Varios periodistas fueron detenidos arbitrariamente, entre ellos el periodista de AND, Patrick Granja, y el correspondiente de la revista Vice y editor-jefe del grupo de media independiente Tarja Preta, Matias Max.
Más tarde, manifestantes se juntaron al Grito de los Excluidos, organizado por la Pastoral de la Juventud, sindicatos, partidos electoreros y otras organizaciones. A pesar de pacífico, como defienden con uñas y dientes sus organizadores, a ejemplo de lo que aconteció horas antes, el Grito fue cobardemente atacado con bombas por la PM.
A la noche, otra manifestación se concentró en el barrio Cinelândia y siguió en dirección al Palacio Guanabara. Impedida de llegar, permaneció bloqueando el túnel Santa Bárbara, hasta ser nuevamente atacada por la tropa de choque. La masa no se intimidó y enfrentó las tropas del Estado reaccionario. El saldo final de las manifestaciones en Río fue de 77 presos y 14 personas heridas con fragmentos de bomba y tiros de bala de goma.
El universitario Wallace Viera Santos, 26, uno de los 44 detenidos el día 7, permanece preso, también acusado de ‘posesión ilegal de arma de fuego de uso restricto’.
Los vídeos de las manifestaciones pueden ser vistos en el blog de la redacción del periódico: anovademocracia.con.br/blog.
En Recife, la PM intentó impedir la manifestación de salir del local de concentración. Hubo enfrentamiento y nueve personas forma presas. Recife fue la primera ciudad a prohibir el uso de máscaras, gracias a la determinación de la secretaría con el nombre sui generis de Defensa Social. Una bandera de USA fue quemada en repudio a una probable agresión imperialista a la Siria.
Protestas también acontecieron en Teresina (PI), Cuiabá (MT), Goiânia (GO), Curitiba (PR), Belém (PA), Salvador (BA), Manaus (AM), Vitoria y Vila Velha (ES) y Fortaleza (CE), donde también hubo enfrentamiento en el recorrido hecho por manifestantes de la Plaza Portugal al Parque do Cocó.
Violencia de la PM excede todos los límites
— ¡Yo no sé, yo no sé! ¡Él simplemente aproximó el arma junto a mi cabeza y tiró! — dijo una manifestante mientras era cargada por socorristas herida en la cabeza con un tiro de bala de goma disparado por policías en protesta en Río.
Mientras los manifestantes aún se concentraban, a las 7h de la mañana, la PM ya circulaba prendiendo e intimidando, siempre de forma violenta. Cuando la masa fue atacada próxima al desfile militar, muchas personas fueron siendo pisoteadas por la tropa de choque que avanzaba. Cuando identificaban manifestantes, policías, además de pisotear, pateaban las víctimas. La escena fue de las más inusitadas: mientras miles de personas eran intoxicadas por el gas lacrimógeno — incluyendo familias de militares — soldados continuaron marchando acompañados por un locutor que no paró de presentar las “brigadas de eso y de aquello” ni por un minuto. Un señor fue cobardemente atropellado por un patrullero de la PM y, aun así, el evento continuó como si nada estuviera aconteciendo. Como dice la letra de la música: “Marcha soldado, cabeza de papel. Si no marchar bien va preso para el cuartel”.
En todo el Brasil, la violencia de la PM contra las manifestaciones no fue diferente. En São Paulo, el estudiante Vitor Araújo, de la Basta TV, hacía la transmisión de las manifestaciones y fue herido por fragmentos de bombas de efecto moral en el rostro. El joven fue llevado urgentemente para el Hospital de las Clínicas y acabó perdiendo la visión del ojo derecho. Hubo también denuncias de que cuatro personas fueron atropelladas, que policías dispararon tiros de munición real y golpearon manifestantes.
— No tuve tiempo de reaccionar. Desperté al lado de un quiosco de periódico siendo ayudada por algunos manifestantes y médicos. Me acuerdo de poca cosa de lo que aconteció. Quedé un cierto tiempo inmovilizada en el suelo en estado de choque, fui llevada para la emergencia del HC, donde quedé en observación — dijo la estudiante Josiane Martins al periódico Brasil de Fato.
En Brasilia, periodistas fueron atacados por perros y manifestantes fueron golpeados por policías durante las detenciones. Un reportero preguntó a un policial — capitán Bruno — ¿porque él habría tirado spray de pimenta contra periodistas? El oficial sonrió para la cámara y respondió: “Porque yo quise. Denúnciame.”
Jornalista de AND é detido arbitrariamente
Patrick Granja foi preso durante manifestação.
La Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo divulgó un estudio apuntando 20 periodistas agredidos en las manifestaciones, 18 por la policía.
Relato del periodista Patrick Granja sobre su prisión, el día 7 de septiembre, mientras filmaba la prisión de un manifestante durante las protestas:
“Cuando la PM comenzó a lanzar gas, aun usando máscara y anteojos de protección, tuve que correr, pues comencé a toser y mis ojos lagrimeaban mucho. En el medio de la corrida vi un grupo de policías prendiendo un manifestante y, enseguida, agrediéndolo en el suelo. Cuando me aproximé para filmar, los mismos policías intentaron impedirme. Yo usé el mono pié para erguir la cámara y conseguir un ángulo de cima para bajo.
Irritado, un policía simplemente dijo que yo lo agredí y me prendió. No sé cuál fue el verdadero motivo, si fue una acción política, orquestada o no, si otra persona lo agredió, no sé. Lo que sé es que, además de estar trabajando, cargaba mucho peso — la cámara, que pesa 5 kilos y todo el equipamiento de protección — y estaba aturdido por el efecto del gas. No tenía condiciones de agredir a nadie, pues era yo quien estaba siendo agredido, como centenares de personas, incluyendo niños y ancianos que asistían el desfile y quedaron intoxicados por el gas.
Enseguida, empujado por doscientos metros por el policía que me prendió y torcía mi brazo con mucha fuerza, fui trancado en un patrullero en el cual permanecí por 40 minutos mientras los policías circulaban por la ciudad peregrinando de comisaría en comisaría en búsqueda de una “vacante” para uno más de los casi 80 presos de aquel día. En el pequeño agujero donde quedé, el calor era ciertamente de más de 40 grados. Un infierno. Pasé pela 5ª DP, pela 17ª DP, hasta llegar finalmente en la 19ª DP, en el barrio Tijuca, donde fui registrado por agresión. El PM que me prendió no parecía tener marcas por el cuerpo, ni testigos que atestiguasen la agresión. Aun así, yo tuve que firmar un término circunstanciado y dar mi testimonio.
Salí de allá cuatro horas tras ser detenido con sensación de que estamos delante de un verdadero estado de excepción, bajo la tutela de un gobierno que es capaz de usar de las más sucias y crueles artimañas para atacar quienquiera que se oponga a sus arbitrariedades, que es capaz de todo para mantener sus contratos millonarios con constructoras, contratistas, empresas de autobuses y toda esa gavilla que construye fortunas a cuesta del sudor de millones de trabajadores.”
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