“Lágrimas no conmueven verdugos”

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“Lágrimas no conmueven verdugos”

Joaquim Pires Cerveira nacido en 14 de diciembre de 1923 en Pelotas – RS. Este hijo del alférez de la caballería Marcello Pires Cerveira, y de Auracele Goulart Cerveira (una de las tías de João Goulart), ingresó muy joven en el PCB.

Era políglota y se formó como ingeniero en telecomunicaciones. No tenía interés inicial en seguir la carrera militar, pero lo hizo con la intención de sostener su familia. Era un hombre recto, de mirada franca y primaba por la justicia. Fue entusiasta y activista de la campaña El Petróleo es Nuestro. Era un gran liderazgo entre los sargentos y ferroviarios en Paraná. Su influencia entre los trabajadores y militares futuramente lo llevarían a candidatarse como diputado estadual por el PTB y después elegirse como concejal por el mismo partido.

A finales de los años de 1950 mi padre fue invitado para la reunión de la Organización Latinoamericana de Solidaridad – OLAS. Esa organización surgió teniendo como centro la revolución cubana y tenía como objetivo difundir su línea, el foquismo, que tenía en Régis Debray su principal ideólogo. Él volvió de allá decidido a aplicar la línea de revolución de liberación de Cuba.

En ese periodo el mayor Cerveira ya sostenía diversas contradicciones con la dirección del PCB y decidió desvincularse de su Comité Central. En 1958 llegaron a designarlo para la dirección del comité regional de São Paulo afín de que reconsiderara sus posiciones, pero no fue lo que aconteció. Después de realizar diversos contactos y trabar intenso debate, él y un grupo de militantes organizan el Frente de Liberación Nacional.

El golpe

Vivíamos en Curitiba. Mi padre viajaba mucho y la frecuencia de extranjeros en nuestra casa era muy grande. Todos los días había reuniones en casa. Cuando vino el golpe, mi padre quedó marcado como líder de la resistencia, fue prendido y juzgado, así como todos sus hermanos. Él era concejal y tuvo sus derechos políticos suprimidos por diez años.

Tras suelto, permaneció sólo seis meses en libertad. Fue nuevamente detenido,  esta vez con mayor brutalidad. Pero permaneció preso sólo tres días, huyendo de la prisión con el auxilio de sargentos.

La clandestinidad

En el inicio de 1968 nuestra casa fue nuevamente invadida. Mi madre había salido con uno de mis hermanos para hacer compras y ambos fueron secuestrados en una acción conjunta de la Policía Federal, Ejército y Cenimar. Los militares invadieron nuestra casa y yo huí con mi hermano menor. Los militares dijeron que sólo liberarían mi madre cuando mi padre se presentara. Mi padre estaba en Curitiba reorganizando la FLN.

Mientras mi madre y mi hermano eran torturados por los militares, mi padre  anunció que estaba con la esposa de un coronel y sólo la liberaría si mi madre y mi hermano fueran liberados, de lo contrario, la mataría. Solamente así liberaron los dos.

Con el apoyo de compañeros, la familia se desplazó para São Paulo y de allá para Río de Janeiro. Pasamos todos a la clandestinidad, viviendo en aparatos. Mi madre no aceptó ir para Cuba. En esa época mi padre mantenía contactos y hacía acciones conjuntas con Lamarca, entonces comandante de la Vanguarda Popular Revolucionaria – VPR. La VPR preparó, en conjunto con la FLN, el secuestro del embajador alemán Von Holleben. La FLN tenía como tarea la logística y la seguridad de la operación. Días antes del secuestro, un miembro de la VPR cayó y reveló las informaciones sobre mi padre.

Una operación para quitar mi familia de Brasil fue montada. Pero cuando todo estaba pronto, el coche que llevaba mi madre y mis hermanos fue cercado.

Era abril de 1970. Todos fueron llevados para el DOI-CODI y torturados. Mi padre estaba prendido en una celda solitaria y mi madre fue colocada en la sala de las “mujeres peligrosas”. Yo, la única en libertad, fui dejada en una iglesia en Copacabana, donde sería recogida. Sin saber de la prisión de mi madre y hermanos, me quedé un día entero esperando. El padre extrañó mí presencia y yo pensé que él formase parte del apoyo. Conté todo a él, que fue para la sacristía. Llegué más cerca y oí que él estaba hablando con alguien sobre mí. Salí corriendo y llegué hasta el Arpoador, cuando sentí que alguien me tocaba los hombros. Me asusté, pero eran nuevos compañeros de mi padre, que me llevaron para un local seguro.

[Solamente después Neusah sabría que la pareja de compañeros con quien estaba eran Carlos Lamarca e Iara Iavelberg, dirigentes de la VPR.  Dando continuidad a los planes de secuestrar el embajador alemán e intercambiarlo por presos políticos del régimen militar fascista, Lamarca incluyó el nombre del Mayor Cerveira entre los prisioneros a ser liberados y enviados al exilio en Europa.

Después de esos acontecimientos, la esposa, (Maria de Lourdes Cerveira) del Mayor Cerveira fue suelta y durante cuatro años tuvo que ir periódicamente al cuartel para firmar papeles y prestar informaciones sobre sus ocupaciones. Cerveira fue proscrito y dimitido del ejército.]

Lucha sin fronteras

[Neusah y su padre sólo fueron a reencontrarse en Francia. De allá fueron para Cuba, Argelia y finalmente, a finales de 1970, para Chile, luego después de la victoria de Salvador Allende en las elecciones presidenciales.]

Él trabajaba junto al Ministerio de las Telecomunicaciones. Frecuentaba la casa de Allende. Mi padre viajaba todo el tiempo, ampliando sus contactos, planeando acciones. Era el responsable por una gráfica clandestina de la FLN.

[Cuando ocurrió el golpe militar de Pinochet en 1973, el Mayor Cerveira permaneció en el palacio y resistió a los ataques y bombardeos, saliendo de allá sólo cuando se hirió. En su salida de Chile, él fue ayudado por los mapuches y por el pueblo andino, con quien mantenía contactos. Él y 15 compañeros más consiguieron retirarse de forma heroica. Después de un corto pasaje por Cuba, Cerveira fue para Argentina. Reagrupando compañeros brasileños y de otros países de América Latina, construyeron el Frente de Izquierda Revolucionaria.]

El Frente realizó por lo menos una acción de mayor envergadura en la Argentina y atribuyen a ella la muerte de mi padre.

La última vez que conversamos fue antes de Allende ser depuesto. Un amigo había sido muerto y le pregunté porque no nos íbamos. Él respondió: “porque somos internacionalistas”. Me recuerdo que en la última vez que estuvimos en la casa de Allende, mi padre defendía la necesidad de armar el pueblo. Nos separamos en la región fronteriza, ya en Uruguay. Él me dijo que debía luchar por mis ideales.

En las garras del Cóndor

[La acción del Frente llevada a cabo en Argentina se trató del ajusticiamiento de un general. Cerveira fue entregado a los órganos de represión a través de un agente infiltrado. Era un militante próximo al mayor, comprado por la Operación Cóndor.]

Cerveira fue secuestrado a las 18hs del día 5 de diciembre de 1973 con otro compañero, João Batista de Rita Pereda. Antes de ser prendido, él fue atropellado por un equipo que, según relatos de testigos, era comandado por el torturador Sérgio Paranhos Fleury. Tras atropellado lo pusieron en una ambulancia. Un avión fletado lo llevó de Buenos Aires al Galeão, en Río de Janeiro.

Cerveira y Rita Pereda pasaron un día en el DOI-CODI en Río. Rita Pereda quedó en Río y el Mayor Cerveira fue llevado para Paraná. Allá él fue brutalmente torturado y tuvo los ojos perforados. En São Paulo, fue nuevamente torturado bajo las órdenes del entonces coronel Brillante Ustra.

El propio Brillante Ustra, ahora general reformado, reconoció que mi padre fue prendido y torturado en una entrevista concedida a mí. Esta entrevista fue reconocida por él, tiene su firma y está anexionada a mi tesis de doctorado – detalla Neusah.

[Neusah inició un gran movimiento de denuncias, accionó la Amnistía Internacional y la ONU. Un preso político testificó haber visto el Mayor Cerveira en las dependencias del cuartel.]

Pero no conseguimos legalizar su prisión. Aún él habiendo sido reconocido por el capellán Mayor Barroso, que confirmó su prisión en São Paulo. Los militares comenzaron a seguirme y a perseguir mis familiares. Recibimos un “recado” de que debíamos salir de São Paulo. Estaba todo perdido.

Una militante presa en la ocasión dijo que vio mi padre muy maltratado en un careo, ella dijo que en la madrugada del día 13 de enero de 1974 él llegó en una ambulancia con Ustra. Durante las torturas, en un determinado momento Ustra, que comandaba las sesiones, dio una patada en el rostro de mi padre ya desmayado y gritó: “ese no habla nada”.

Esa es la marca que queda grabada de la rectitud, firmeza y dignidad de mi padre. En cuanto él y Rita Pereda fueron prendidos, las caídas de compañeros pararon inmediatamente. Nadie del Frente cayó más en la Argentina o en otros países. Ellos no entregaron nada ni nadie.

Una profesión de fe

[Neusah Cerveira se ha dedicado a lo largo de los últimos años al estudio de la Operación Cóndor. De ese modo, ha investigado documentos en Brasil y en el exterior en búsqueda de informaciones sobre la operación y sus distintas fases.]

No hice esta investigación con cuño memorialista. Como consecuencia de mis investigaciones, me hice especialista del periodo. Si no hubiera ocurrido lo que ocurrió con mi padre, tal vez yo no habría realizado todo eso. Descubrí que mi padre fue el primer caso de la Operación Cóndor y busqué profundizar la investigación.

Si yo quisiera hacer algo memorialista, haría un libro para vender, como esos elementos que anduvieron por ahí en el exilio y volvieron para hacer libritos. No es ese mi objetivo.

También debido a todos esos motivos, desarrollé una militancia. Fui fundadora del grupo Tortura Nunca Más y del Comité Brasileño por la Amnistía. Siempre me conecté a organizaciones de lucha popular en Brasil y en América Latina.

Persecuciones a Neusah y su familia

En 2007, antes de la defensa de mi tesis de doctorado Memoria del Dolor – La operación Cóndor en Brasil (1973/1985), fui secuestrada en Río de Janeiro. Fui sedada y torturada.

[Neusah muestra marcas de quemaduras en sus brazos.]

Aun así, bajo el choque de ese secuestro, presenté el contenido de la tesis.

Tras ese acontecimiento en Río de Janeiro, fui para Natal – RN, en el mismo año. Allá, yo y mi hija de siete años de edad fuimos nuevamente secuestradas.

Yo fui separada de mi hija, tirada en una celda bajo amenazas para que firmara un “término de culpa”. Interrogaron mi hija, que necesitó de atención psicológica. El hecho es comprobado y fue la propia ONU quién pagó el tratamiento de ella durante tres meses.

[A finales de 2008, el ejército suspendió la pensión de su madre, que entonces contaba 77 años. En la ocasión Neusah denunció: “Pensión que ella tiene derecho, no es un favor, mi padre aportó para que ella tuviera ese beneficio durante toda su carrera militar. Aún así suspendieron la pensión haciendo con que mi madre pase por constreñimientos, como cheques devueltos y el no pago de su seguro salud. En un momento bien difícil cuando ella está con una grave neumonía. Mi madre continúa siendo punida de forma violenta por el crimen de ser la viuda de mi padre. Y, también por ser mi madre.” La pensión de su madre sólo fue restablecida después de una serie de amargas discusiones con el Ministerio de la Defensa.]

Hoy yo tengo elementos para afirmar que esas persecuciones ya no son hechas tanto por la militancia de mi padre, pero por mi postura y militancia política. Yo soy una mujer independiente, con mis propias convicciones. Mi militancia no tiene más conexión con la de mi padre.

La justicia ha de ser hecha

No existe la menor voluntad política o intención de los gobernantes y de este Estado en investigar, revelar y hacer justicia. El presidente de la república, en tesis, es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. No sería necesario hacer una campaña, demagogia, o cosa ninguna para abrir los archivos y punir los torturadores. Si él quisiera, podría hacer eso. Bastaría una orden. Pero no, se hace el alarde para después decir que “no fue posible”.

El PNDH3 es una mentira, un embuste. De cuatro en cuatro años ellos evocan los muertos para “levantar de sus tumbas” por razones electoreras. En el restante del tiempo, preferirían que no existiéramos.

Puede ser que algunos quieran dar un entierro cristiano a sus muertos. Yo prefiero luchar por el cómo, por el donde, y punir los responsables. Y no fueron sólo los militares que cometieron crímenes. También deben ser incluidos los empresarios que pagaban por la tortura en nuestro país, que financiaron el estudio de los hijos de esos militares en el extranjero. Ellos tienen que pagar por la tortura, por el pillaje, por el asesinato.

Yo particularmente fui contra esa Amnistía, pero fui voto vencido. Mi padre no fue un criminal. Y tampoco soporto que me llamen de víctima, no soy. Soy hija de un luchador que estaba convicto de su lucha y de lo que podría sufrir. Los torturadores y sus comparsas sí, cometieron crímenes contra la humanidad.

Yo no considero que viva en una democracia y no voy a acobardarme por eso.

Por eso yo sigo luchando, investigando, presentando estudios. Eso para hacer justicia.

Existen compañeros, familiares de muertos y desaparecidos, pasando necesidades, muriendo carentes, traumatizados. Las campañas que hemos visto actualmente son oportunistas y los conniventes con ellas también son. Una vez por semana intentan me cooptar para que yo capitule. Pero no lo van a conseguir.

Si un criminal está hoy con 78 años él debe morir en la cadena. ¿Por qué él merece amnistía siendo que hay personas también con 78 años que lucharon y no tienen derecho a la justicia y son perseguidos hasta hoy?

Creo que eso es lo mínimo por lo que debemos luchar, pues el pueblo sólo tendrá plena justicia cuando contar con una vanguardia experimentada que la conduzca a una nueva sociedad. Lágrimas no conmueven verdugos. El camino es la lucha.

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*La doctora Neusah Cerveira es miembro del Centro Brasileño de Solidaridad a los Pueblos – Cebraspo. Es también economista, geógrafa y periodista. Posgraduada en Historia de América Latina por la UFRN. Posgraduada en Literatura Comparada y Crítica Literaria de Cine. Posgraduada en Metodología de Enseñanza Superior por la Universidad de La Habana. Posgraduada en Geografía y Organización del Espacio. Maestra en Geografía y en Ciencias Sociales por la UFRN. Doctora en Ciencias Humanas por la USP.

Traducciones: [email protected]

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