“Mi familia irguió esta casa y yo no voy a salir”

“Mi familia irguió esta casa y yo no voy a salir”

Dos meses después de las lluvias que dejaron un rastro de destrucción en Rio de Janeiro, el intendente Eduardo Paes continúa amenazando destruir las viviendas de miles de trabajadores en las favelas de la ciudad. Mientras este declarado enemigo del pueblo se muestra irreductible en su afán de la remoción completa de varios barrios pobres – forjando laudos de la GEO-RIO para enmascarar su sadismo – el pueblo se organiza para resistir y defender sus casas con uñas y dientes.

Ato de moradores de diversas favelas em frente à prefeitura do Rio de Janeiro

El pueblo que vive en las regiones más pobres de Rio – principalmente en las laderas de los Morros – sigue contando los daños causados por la inoperancia de este Estado, impasible ante de las precarias condiciones en que viven millones de trabajadores pobres. Por causa de esta negligencia, las fuertes lluvias del día 5 de abril mataron 256 personas e hirieron otras 161. Al menos 59.852 habitantes están desalojados y 10.837 desamparados. Entre los locales más afectados están Niterói, y los municipios de Río y São Gonçalo. En total, 419 casas fueron destruidas, siendo la mayoría por avalanchas, correntadas e inundaciones y cerca de 7.290 construcciones están comprometidas. Solamente en la Floresta da Tijuca, donde se encuentran grandes barrios pobres, como Salgueiro, Formiga, Andaraí y Turano, 280 aludes fueron detectados.

Como si no bastase el sufrimiento de las familias, el intendente Eduardo Paes anunció que, en este año, demolerá miles de casas y removerá favelas enteras. Para eso viene usando los supuestos laudos de la GEO-RIO (Instituto de Geotécnica del Municipio de Rio de Janeiro) que nada representan como evidencia para la remoción de las siete favelas amenazadas. Son ellas el Morro del Urubu, en Pilares; Morro dos Praceres, en Santa Tereza; Fogueteiro, en Río Comprido; São João Batista, en Botafogo; Cantinho do Ceu y Pantanal, en el complejo del Turano; y Parque Colúmbia, a las márgenes del Rio Acari, en la Pavuna.

Grandes mentiras, grandes negocios

En el día 6 de mayo, el Núcleo de Tierras y Habitación de la Defensoría Pública, que auxilia las familias amenazadas por Eduardo Paes, entregó a la Fundación GEO-RIO los balances, inicial y complementar, del colectivo técnico de apoyo a las comunidades, que asesora la Defensoría, sobre la posible remoción de los Morros dos Praceres y Escondidinho, contestando el contenido del informe presentado por la municipalidad para justificar ese bárbaro ataque al pueblo.

Maurício de Campos discursa em assembléia de moradores no morro dos Prazeres

"Nuestro análisis del informe, confrontado con nuestras observaciones en el local, confirman nuestra conclusión, expresada en nuestro primer informe, de que no hay fundamento técnico en la propuesta de remoción de la totalidad de las residencias… El informe es construido de forma extremadamente sumaria y hay fallas metodológicas… no se presenta ninguna justificación para la selección de las 7 áreas analizadas".

El informe complementar también apunta algunas de las fallas en los laudos de la GEO-RIO, entre ellas "la ausencia de inspecciones detalladas en los locales después de los aludes ocasionados por las lluvias del inicio de abril; alusión abusiva a 'costes prohibitivos para estabilización' y 'elevadísimo coste para la estabilización', sin la presentación de presupuestos ni siquiera estimativas, y sin la comparación con los costes de los procesos de remoción completa propuestos".

Opresión sin tregua

Prosiguiendo el trabajo de reportaje de la edición nº 65 de AND, nuestro equipo fue al Morro dos Praceres y entrevistó a la presidenta de la asociación de vecinos, Elisa Rosa Brandão da Silva, de 49 años, para saber en qué pie se encuentra el debate con la municipalidad para intentar impedir la remoción completa de los habitantes de la ladera del Morro, en el tradicional barrio de Santa Tereza región céntrica de Rio.

– No están debatiendo nada con nosotros. Nos reunimos con algunos diputados en Brasilia y tuvimos que quedarnos escuchando el diputado Jorge Bittar diciendo que 'tenía que remover los Praceres sí, pues el alquiler social que estaban ofreciéndonos es maravilloso'. ¡Qué absurdo! Nosotros tuvimos una reunión con Eduardo Paes también y él, personalmente, dijo que la favela va a ser removida de todas maneras. Sólo él hablaba en la reunión, el pueblo apenas tenía autorización para escuchar. Él dijo que está basándose en lo que la GEO-RIO definió, pero cuando nosotros lo cuestionamos, él dijo que no era ingeniero y, que  por eso no iba a discutir ingeniería. Ahora yo te pregunto: ¿cómo es que ellos hicieron un laudo condenando los Praceres, menos de 24 horas después de la tragedia? Y ese laudo estaba desaparecido y apareció ahora, datado de la época de la lluvia. El día 19 de abril, nosotros tuvimos una reunión en la GEO-RIO donde ese laudo no fue presentado, sólo fotos que no decían nada – protesta la líder comunitaria.

– En el laudo de la GEO-RIO, las fotos de satélite son en realidad imágenes del Google Earth. Ellos no se dieron ni el trabajo de sacar fotos desde un helicóptero. Y ahora Eduardo Paes está diciendo que el ingeniero que está apoyándonos, el doctor Maurício Campos, no es calificado, porque es militante que lucha por los derechos del pueblo. Para trabajar en la GEO-RIO él es muy competente, pero para hacer un laudo diciendo que los Praceres no necesita ser removido, él es un incompetente. El condominio Equitativa, aquí al lado, sufrió varios daños estructurales causados por los deslizamientos. ¿Usted cree que van a remover ese condominio de lujo? ¡Claro que no! – asevera doña Elisa, indignada.

"De aquí no salgo"

Edilene Ferreira es funcionaria de la asociación y habitante del Morro dos Praceres. Ella dice no haber recibido ninguna garantía de que tendrá otro lugar para vivir después que su casa sea demolida y que, por lo tanto, el camino es resistir.

– Eduardo Paes ya bajó el martillo y dijo que va a retirar la comunidad entera. Pero todos sabemos que si tiran la gente de aquí, van a construir un hotel de lujo para extranjeros en el terreno de la favela. Para que yo salga de mi casa y reciba 1,6 mil reales de alquiler social [400 reales por mes], prefiero quedarme aquí. Hasta el ingeniero responsable por las obras aquí en el Morro dijo que después de esos cuatro meses la persona se queda por cuenta propia, no tiene más alquiler social. ¿Y la gente que va a hacer? Yo no quiero ir para la Frei Caneca, como ellos propusieron. Para que usted salga de su casa tiene que ir, por lo menos, para un lugar que usted quiera. Ellos no dan ni un papel firmado. ¿Que garantiza que la gente va a tener otra casa? La gente vive en el Morro porque no tiene condiciones de vivir en otro lugar. ¿Y ahora quieren retirar la gente de un lugar malo para colocarla en un lugar peor? – protesta la habitante.

Dona Elisa Brandão no ato em frente à prefeitura

– Yo tengo una prima que vive en Nova Iguaçu y hace días que ella no tiene dinero para venir a trabajar aquí en Río. Es para esos lugares que ellos quieren mandar la gente. Sin contar que aquí es una comunidad. Cualquier dificultad, uno llama a la puerta del otro, uno socorre al otro, todos se conocen. Para tirarme de aquí, tienen que pagar cuánto yo quiera. Mi familia irguió esta casa y yo no voy a salir. Pueden llamar el BOPE que yo no salgo del Morro. Y ese alquiler que ellos dicen que están dando. Yo no recibí nada, pero digamos que yo hubiera recibido. ¿Quién dijo que el locador del inmóvil que las personas quieren alquilar no exige un fiador en vez de esos cheques? – cuestiona Edilene.

El camino es resistir

Ella cuenta que, entre los habitantes del Morro dos Praceres amenazados por Eduardo Paes, están trabajadores que, en un pasado no muy distante, ya sufrieron desalojos criminales como este que se anuncia. Es el caso de 20 familias que, en marzo del año pasado, fueron expulsadas del antiguo restaurante Silvestre, en la Calle Almirante Alexandrino, en Santa Tereza, y recibieron el mal afamado alquiler social.

– Los habitantes que ocuparon el antiguo restaurante Silvestre vinieron a vivir aquí en el Morro dos Praceres con los 250 reales del alquiler social que la municipalidad les dio. Con 250 reales, no es posible vivir en otro lugar que no sea una favela. Después de  tres meses, esas personas se quedaron por su cuenta, porque la municipalidad no les dio más nada. Ahora ellas corren el riesgo de tener que salir de aquí. Hay gente de aquí  que perdió 15 parientes, perdió la casa, perdió todo e inclusive quedó herida en el hospital Souza Aguiar sin recibir ninguna asistencia del poder público. ¿Cómo puede ser eso? Y ellos aún están colocando los habitantes contra la asociación. Hoy mismo vino una vecina diciendo que fue a la municipalidad y que ellos le dijeron que viniese a cobrar el alquiler social aquí. ¿Cómo, si no nos dieron ni una lista de quien tiene que recibir, ni mucho menos los cheques? – cuestiona la habitante.

Contra todas esas injusticias, los habitantes prometen resistir. Desde que Eduardo Paes anunció la remoción completa del Morro dos Praceres, una serie de asambleas ya fueron promovidas en la favela con la participación de varias organizaciones combativas que luchan por los derechos del pueblo, como el Centro Brasileño de Solidaridad a los Pueblos (Cebraspo) y la Red de Comunidades y Movimientos Contra la Violencia. El día 30 de abril, habitantes del Morro dos Praceres y de varias otras favelas amenazadas por el plan de remociones, promovieron una manifestación frente a la municipalidad para desenmascarar el alcalde Eduardo Paes e intentar revertir el proceso de criminalización de las favelas y del pueblo pobre. 

Remoción y realojamiento:
Históricas armas del Estado contra el pueblo

Según Mário Sérgio Brum, maestro y doctor en Historia por la Universidad Federal Fluminense, la criminalización y estigmatización de las favelas y de sus habitantes es un proceso antiguo, que ganó fuerza durante el régimen militar fascista.

– Fue justamente en el periodo más sombrío de la dictadura militar que la política de remoción de favelas pudo ser ejecutada con tamaña fuerza, a punto de alterar la vida de las más de 175 mil personas que fueron removidas, compulsoriamente, en la mayoría de los casos, y rehicieron su vida en un nuevo local determinado por las 'autoridades' de la época, sin que ninguna consulta fuera hecha a ellas, basada en el estigma de los favelados como invasores, marginales, ineptos para la vida urbana. Estigma que fue construido desde el surgimiento de la favela, a finales del siglo XIX. 'Los favelados son negros, son migrantes, son perezosos, son ignorantes, son peligrosos'. Es más fácil negarlos, culpar los pobres por su situación; alejarlos para donde, supuestamente, no podrían incomodar – observa el historiador.

Según él, 50 años atrás, laudos, informes y otros documentos técnicos, ya eran tramados por las administraciones políticas enemigas del pueblo, para respaldar la remoción de favelas enteras.

– En la década de 1960, los habitantes de la extinta Praia do Pinto, en el barrio Leblon, oyeron que el terreno de la favela era 'inurbanizable', y por eso ocurrió la remoción de la favela, pero que acabó dando lugar a varios edificios. Y no hace mucho tiempo, el secretario de Seguridad de Río jerarquizaba en entrevista los efectos de un tiro en Copacabana y en una favela – analiza.

– Es preciso preguntarse por qué, que de las cerca de 11 mil familias habitantes de favelas que irían a ser 'realojadas', conforme anunciado por la municipalidad de Río, en  los primeros días del año, 2.500 viven en el área de la Barra de la Tijuca, principalmente en las Várzeas, local que ha recibido incontables emprendimientos inmobiliarios, que dígase de pasaje, son grandes anunciantes en los periódicos que han predicado la remoción. ¿Hay algo además de coincidencia en estos hechos? – pregunta el profesor Mário Sérgio.

Se hace evidente, por lo tanto, que las remociones anunciadas por Paes y ratificadas por Luiz Inácio y Sérgio Cabral, son una antigua medida de este Estado fascista, que objetiva empujar la pobreza para regiones remotas, facilitando la vida de los opulentos especuladores del sector inmobiliario y dificultando al máximo la vida del pueblo.

Traducciones: [email protected]

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