El día 6 de mayo la municipalidad de São Paulo determinó la desocupación de 21 casas donde vivían aproximadamente 120 familias en Ciudad Tiradentes. Sin ningún aviso previo, los habitantes recibieron una orden para dejar sus casas inmediatamente.
Pneus foram incendiados nas barricadas montadas pelos moradores
De acuerdo con la municipalidad, las casas corrían riesgo de ser enterradas por un deslizamiento. Los habitantes del local afirmaron que hubo realmente un deslizamiento próximo a las casas debido a un terraplén irregular hecho por el dueño de una gomería en la vecindad. Pero varios habitantes se recusaron a dejar sus casas, muchos por no tener para donde ir, y reivindicaron que sus casas no habían sido derrumbadas, recibiendo en contrapartida la orden de desocupación de la municipalidad.
Las familias indignadas irguieron barricadas en las calles de la Ciudad Tiradentes y quemaron neumáticos en protesta. La Tropa de Choque de la PM fue accionada por la municipalidad y los manifestantes reaccionaron soltando petardos para advertir toda la población sobre la acción de la policía y bloquearon la carretera Iguatemi.
La policía actuó con truculencia, disparando balas de goma y bombas de gas lacrimógeno para dispersar las familias.
Durante la protesta, un autobús que estaba quebrado en las proximidades fue incendiado. La gomería situada en el local donde había el terraplén ilegal también fue incendiada por los manifestantes.
El día 13, sólo 6 días después de los enfrentamientos en Ciudad Tiradentes, los policías militares invadieron la favela Tiquatira, también en la zona este de São Paulo, entre los barrios Cangaíba y Penha.
Policiais disparam contra moradores de Tiradentes
Los habitantes de la favela protestaban contra la violencia policial, después de una incursión violenta de la PM en el Morro que resultó en la prisión de un supuesto traficante, como fue informado por el monopolio de la prensa.
Indignada con la invasión de la favela y las brutalidades cometidas contra la población, los habitantes de la Tiquatira incendiaron un camión, un micrómnibus y un autobús e interrumpieron el tráfico en la Marginal do Tietê con barricadas de neumáticos en llamas.
El cierre de la Marginal Tietê provocó un congestionamiento de 16 km, entre el Viaduto Inmigrante Nordestino y el Puente do Piqueri.
La policía ocupó militarmente la Favela Tiquatira. Seis equipos de la Fuerza Táctica de la Policía Militar y otras dos de patrulla fueron desplazadas para el local. Y, según el coronel Antonio Carlos Goulart, la vigilancia va a ser intensificada en búsqueda de "bandidos" y "sospechosos".
Capítulo aparte es la actuación del monopolio de los medios de comunicación al servicio de las clases dominantes, principalmente aquellos noticieros policialescos transmitidos en el fin de la tarde, que usan y abusan de la humillación al pueblo, y tratan toda y cualquier legítima revuelta popular como cosa hecha a mando de traficantes.
El pueblo pobre está cansado de ser llamado de bandido, de ser revistado de cabeza baja y manos en la pared, de tener su casa invadida, de ser criminalizado, marginalizado, perseguido y reprimido. En los noticieros son todos "supuestos traficantes". El Estado policial cerca con muros, tortura y asesina.
Es así que, de tiempos en tiempos, explotan revueltas como la de Paraisópolis, Ciudad Tiradentes y Tiquatira (todas en São Paulo) cuando el pueblo extravasa todo el odio acumulado y su justa ira.
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