Rescatemos la gloriosa bandera de 1935

https://anovademocracia.com.br/122/13.jpg

Rescatemos la gloriosa bandera de 1935

Selo da Alemanha Oriental homenageando Ewert.

78 años atrás, el Partido Comunista del Brasil, sólo trece años después de su fundación, emprendió uno de los hechos más importantes de la historia de nuestro país y del movimiento comunista brasileño. En la lucha por asimilar el marxismo-leninismo y para superar la herencia anarco-sindicalista de la mayoría de sus fundadores y las concepciones obreristas y economicistas, el partido se enfrentará con el desafío de comprender la realidad peculiar de los países dominados por el imperialismo, para desencadenar la lucha armada con el objetivo de cumplir la misión histórica del Partido Comunista: la conquista del poder para el proletariado para promover la revolución agraria y la democracia popular, liberar el país de la dominación imperialista y construir el socialismo.

“Noviembre de 1935 se proyecta en nuestra vida política como importante divisor de aguas. A partir de entonces, la contienda entre las fuerzas progresistas y las reaccionarias, en torno a las mismas cuestiones y tareas básicas, se agudiza, siempre más. Asustados por lo que consideran el más terrible de los precedentes, los enemigos del pueblo — la gran burguesía y los latifundistas, asociados al imperialismo, teniendo al frente las Fuerzas Armadas — decidieron impedir por todos los medios que el hecho se repita.”

Las palabras del gran dirigente comunista Pedro Pomar en el artículo A gloriosa bandeira de 1935, publicado en el periódico del partido A Clase Operaria nº 102, en noviembre de 1975, por ocasión del 40º aniversario del levante popular revolucionario, tiene gran vigencia en los días actuales, sobre todo con la persistencia de la resistencia campesina y después de las tormentosas jornadas de luchas populares desatadas a mediados de este año.

El camarada Pedro Pomar redactó este artículo en el momento más maduro de su militancia comunista. Él, que ingresó en las hileras del Partido Comunista del Brasil en 1932, vivenció la efervescencia de los preparativos y combates del Levante Popular de 1935 y fue blanco de las persecuciones que se siguieron a su derrota. Participó directamente de la reorganización del partido en el inicio de los años de 1940, el cual fuera desmantelado casi que por completo por el fascismo del Estado Novo. Pomar actuó destacadamente por la ruptura con el nuevo revisionismo capitaneado por Prestes y para la reconstrucción del partido en 1962, de la defensa del Pensamiento Mao Tsetung, de la guerra popular prolongada como camino de la revolución brasileña, de su preparación y promoción. La heroica Guerrilla del Araguaia a finales de los años de 1960 e inicio de los de 1970 fue combatida por el régimen militar instalado por el golpe de 1964 con la mayor movilización de tropas y medios de guerra tras la II Guerra Mundial. Su derrota abrió una titánica lucha en el partido y Pomar hizo un justo balance de aquella experiencia y una profunda autocrítica sobre la concepción y método en ella aplicados, para superar los errores y seguir con la guerra popular.

El balance de Pedro Pomar sobre el Levante Popular de 1935, 40 años tras su acontecimiento, fue base segura para el balance del Araguaia. Y, por lo tanto, resultado del acúmulo de décadas de experiencia, estudio y lucha del más capaz y más destacado dirigente comunista, que más comprendió y encarnó la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung (como era denominado el Maoísmo en la época), de esta última etapa de la historia del PCB.

AND ya trató, en ediciones anteriores, con bastante propiedad el tema. Nos Gustaría de atenernos a algunos puntos importantes del análisis de Pomar sobre el Levante Popular de 1935, que consideramos fundamentalmente correctos y que pueden servir de grandes lecciones para las futuras batallas de nuestro pueblo.

La lucha en el seno del Movimiento Comunista Internacional por comprender los nuevos problemas surgidos con la profunda crisis del capitalismo precipitada por la quiebra de la Bolsa de Nueva York en 1929 y el ascenso del fascismo en Europa y Asia, exigieron de la lucha en la Internacional Comunista – IC (a III Internacional) formular la política de frente único antifascista. En el Brasil, esa orientación fomentará la creación de la Alianza Nacional Libertadora – ANL, propugnando la derrumbada revolucionaria del gobierno Vargas y el establecimiento de un Gobierno Popular Nacional Revolucionario para realizar las transformaciones democráticas agrarias de carácter antifeudal y antiimperialista.

La aplicación mecanicista de las tesis de la IC queda expresa tanto en el abordaje en el análisis de clases y programa de la revolución, en cuanto a la forma que el movimiento revolucionario debería tomar para su éxito. De ahí la concentración del movimiento revolucionario en los centros urbanos y los planes de asalto al poder vía insurrección. Queda expresa la visión dogmática de la dirección del Partido sobre la Revolución Bolchevique, así como la desinformación e incomprensión de la experiencia revolucionaria en la China, revelando su completa subestimación del campesinado como fuerza decisiva en la revolución en el Brasil.

Según Pomar: “No obstante, la política del Partido y su trabajo de frente-único padecieron de serias debilidades. Al hacer esfuerzos para expandir la Alianza entre las masas urbanas, no supo extenderla al campo. La movilización de los campesinos continuaba subestimada. En ese periodo, sin embargo, el inolvidable Harry Berger¹ insistiría en la importancia de la actividad entre las masas rurales. Berger, dirigente comunista alemán que la Internacional Comunista se propuso ayudar en la lucha de los trabajadores brasileños, y cuando llegó al Brasil pasó a estudiar personalmente la experiencia del surgimiento de las Ligas Campesinas y de guerrillas en la región del Bajo São Francisco, en Alagoas.

Argumentaba que ‘mientras los comunistas no se conectasen a las masas campesinas y conquistasen su apoyo, sería imposible obtener la victoria así como la dirección del movimiento revolucionario por el proletariado’. De hecho, no era otra la orientación de la III Internacional. Dimitrov, en su informe al VII Congreso, esclareciendo el sentido concreto que debía tener el frente-único en los países sometidos al imperialismo, y particularizando nuestro país, decía: ‘En el Brasil, el Partido Comunista, que construyó una base correcta para el desarrollo del frente-único con la fundación de la Alianza Nacional Libertadora, debe hacer el máximo de esfuerzos para extender aún más este frente y atraer, antes y por encima de todo, las masas de millones de campesinos con el propósito de orientarlas en la formación de unidades del ejército popular revolucionario devotado hasta el fin al establecimiento del poder de la Alianza Nacional Libertadora’.”

Cabe sin embargo destacar, humildemente, algo que el camarada Pomar no consideró: en el mismo periodo de estos acontecimientos en el Brasil, ocurría la gran Marcha en la China (de 1934 a 1936).  Las ideas del Presidente Mao Tsetung sobre la guerra popular y el cerco de la ciudad por el campo triunfarían en el Partido Comunista de la China, en enero de 1935, en la reunión ampliada del Buró Político en Tsunyi. Bajo la justa dirección del Presidente Mao Tsegung, el Partido Comunista de la China había establecido una correcta línea de masas, a partir de la cual se imponía la necesidad de realizar las relaciones con sectores de la burguesía (pequeña burguesía y media burguesía o burguesía nacional) en la base de la unidad y lucha, de tomar el campesinado como fuerza principal en la revolución democrática y de avanzar con la guerra popular como guerra de liberación anti japonesa.

Harry Berger inclusive, “durante los cursos de formación política, hacía una brillante exposición acerca de la revolución en la China, donde había estado antes, explicando las razones de la hoy llamada Gran Marcha, cuando el ejército de Mao Tsetung y Chu-Te  se desplazaron para el interior, donde se encontraban cercados por las tropas de Chiang Kai-shek con el objetivo de colocarse en la retaguardia de las tropas invasoras del Japón, colocando estas entre dos fuegos y organizando así lo que se  denominó Guerra de Resistencia anti-japonesa, que había propiciado la organización del Gobierno de Coalición en Tchumking” ².

Convicto defensor de la lucha armada, después de proceder su riguroso análisis de los errores y debilidades del partido en la conducción del Levante Popular de 1935, rebosando optimismo revolucionario, el camarada Pomar concluye:

“La importancia extraordinaria de la insurrección de 35 reside en el hecho de que por primera vez situó de forma concreta, en términos prácticos, para los militantes comunistas y las fuerzas populares, la tarea de la preparación y del desencadenamiento de la lucha armada. Por eso, nuestro Partido, queriendo generalizar esa magnífica experiencia y otras ya vividas en ese terreno por el pueblo brasileño, y a la luz de los enseñamientos del marxismo-leninismo, concluyó que el método probado para alcanzar el triunfo es el de la guerra popular, de la guerra revolucionaria de las masas. Con base en esa concepción, el Partido orienta su esfuerzo, preparándose para la lucha armada. Sólo así, estará en condiciones de realizar, junto con las masas y en la debida oportunidad, acciones de envergadura, capaces de vencer la violencia de las fuerzas contrarrevolucionarias”.

______________________
[1] Arthur Ewert (verdadero nombre de Harry Berger), uno de los cuadros de la IC destacados para dar soporte al proceso revolucionario en curso en el Brasil. Detenido después de la derrota del Levante Popular de 1935, Berger fue sometido a las más bárbaras torturas que se tiene noticia y resistió bravamente hasta perecer de sus facultades mentales. Él pasó 13 años preso en Brasil y falleció en el hospital psiquiátrico en la Alemania en 1959.

[2] Lima, Heitor Ferreira. Caminhos percorridos – memoria de militância. São Paulo, Brasiliense, 1982. Pg. 200.

 

Ao longo das últimas duas décadas, o jornal A Nova Democracia tem se sustentado nos leitores operários, camponeses, estudantes e na intelectualidade progressista. Assim tem mantido inalterada sua linha editorial radicalmente antagônica à imprensa reacionária e vendida aos interesses das classes dominantes e do imperialismo.
Agora, mais do que nunca, AND precisa do seu apoio. Assine o nosso Catarse, de acordo com sua possibilidade, e receba em troca recompensas e vantagens exclusivas.

Quero apoiar mensalmente!

Temas relacionados:

Matérias recentes: