Resistir es un derecho democrático

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Resistir es un derecho democrático

Profesor Nilo Batista.

A finales de octubre, el equipo de reportaje de AND fue al Instituto Carioca de Criminologia, situado en el tradicional barrio de Santa Teresa, en Río de Janeiro, para entrevistar su fundador, el abogado y profesor Nilo Batista, sobre las recientes acciones del viejo Estado para criminalizar las combativas luchas protagonizadas por la juventud en Río y en todo el país desde junio de este año. El profesor comenzó hablando de la presión ejercida por la Secretaría de Seguridad — en especial, por la jefe de la Policía Civil, Martha Rocha — sobre los comisarios para que fuesen rigurosos — inclusive forjando crímenes — al punir más de cien presos políticos detenidos arbitrariamente en las escadarias de la Cámara Municipal después de una protesta en defensa de la educación.

— La primera cosa, que es un elemento donde entra la excepción y sale el Estado de derecho y se sabe que el gobernador se exoneró de cualquier responsabilidad en ese campo, es la autoridad gubernamental pretender pautar la decisión de la autoridad policial bajo la subsunción jurídica de un hecho que él está entreviendo como un crimen y un crimen en situación de in fraganti. Entre el secretario de seguridad, o entre la autoridad de Policía Civil, o entre el gobernador del estado y cualquier autoridad policial no hay jerarquía en lo que concierne a la decisiones técnicas prescritas en el código penal. El secretario de seguridad no puede decir para el comisario de policía “actúe de esa manera”. Él no tiene ese poder. Él tiene el poder jerárquico disciplinar regido por el derecho administrativo. Pero en términos de proceso penal, el código de proceso penal atribuye esa decisión a la autoridad policial — analiza.

— Cuando el gobierno presiona el sistema penal ese es uno de los síntomas de enfermedad en el Estado de derecho. Sea presionar un juez para condenar un disidente, un rebelde, sea presionar un comisario y un fiscal para hacer eso. Es un mal señal cualquier interferencia de la representación política sobre el operador del sistema penal, regido por el código de proceso penal, que no conoce secretarios y gobernador. Él conoce el comisario de policía que tiene una función indelegable. Eso es un mal síntoma para nuestra salud democrática. Cuando ella va para el banco de pruebas del sistema penal ella sale mutilada— critica.

— Es teratológica jurídicamente y peor políticamente, esa injerencia en el sistema de comprensión del sistema penal. ¿Qué poder es ese de presionar un comisario para apretar? Es la misma presión para aliviar. Un secretario que le diga al comisario “mira, libera ese muchacho que él es sobrino de fulano” es la misma cosa que decir “aprieta, porque ese es nuestro enemigo político” — explica.

Según el profesor Nilo Batista, la violencia policial acabo siendo el eslabón que juntó todas las banderas y movimientos que se irguieron antes y durante la jornada de manifestaciones que sigue en curso.

— Ese movimiento abrió una caja negra, que es esa cuestión del transporte urbano, que es una cosa muy importante. Pero lo que yo creo que dio unión a la lucha del movimiento Pase Libre, de varias categorías profesionales, de los anarquistas, fue la brutalidade policial. En ese mirar tan incompetente de las autoridades para analizar la situación, es hecha una mescla general, donde existen varios grupos específicos, con formas de protesta distintas, banderas diferentes y cuando usted pasteuriza eso todo, usted rechaza el derecho de libre asociación. Si es verdad que lo que unió todo eso fue la comprensión de que las fuerzas de represión del viejo Estado estaban ejerciendo una fuerza desproporcional, si es eso, falta colocar entonces un condimento jurídico en cuestión: el derecho de resistencia. Si yo estoy siendo blanco de una prisión ilegal, yo tengo el derecho de resistir. Si la policía está cometiendo una ilegalidad contra mí, yo tengo el derecho de resistir — afirma.

— Son brasileños que están allí insatisfechos, pero en vez de haber un diálogo con esos movimientos, usted manda la policía reprimir todo el mundo. Un ejemplo fue el episodio donde centenares de profesores, muchos ancianos, otros con niños, sin motivo recibieron  varias bombas de gas lacrimógeno. En aquel momento, cualquier manifestante que impidiera aquella agresión estaría actuando en legítima defensa de los profesores y en el contexto del ejercicio del derecho de resistencia. Es un derecho democrático sí. La violencia precisa ser mejor comprendida. Al final de cuentas, en el inicio del capitalismo industrial hubo en Inglaterra el ludismo, cuando los obreros quebraron las máquinas, entonces es super natural que en el auge del capitalismo los bancos sean un poco blanco de las masas — concluye.

El vídeo con la entrevista puede ser visto en el blog de la redacción de AND: anovademocracia.con.br/blog

Traducciones: [email protected]

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