Obreros de Jirau se levantan contra esclavitud en el PAC
Assembleia dos operários de Jirau rechaça proposta patronal
El día 8 de marzo los 1.500 obreros de la Enesa Ingeniería, contratada por el Consorcio Energía Sustentável do Brasil para el montaje de los generadores de Jirau, iniciaron las movilizaciones denunciando las pésimas condiciones de trabajo de la obra. El día12 de marzo estalló la nueva revuelta y las obras fueron paralizadas.
En una vana tentativa de quebrar la unidad de la clase obrera e impedir que la revuelta se generalizase, la constructora Camargo Corrêa dispensó miles de trabajadores, pero era tarde demás. Los obreros de esa contratista, así como todos los demás, adhirieron a la lucha.
Los obreros luchan contra las pésimas condiciones de trabajo, reivindican 30% de reajuste salarial, el pago del 100% de todas las horas extras, entre otras demandas.
En 15 de marzo, el desembargador Ilson Alves Pequeno Júnior, relator del Dissídio Colectivo de Huelga en el Tribunal Regional del Trabajo – TRT de la 14ª Región, declaró la huelga ilegal, y determinó el retorno de los operarios al trabajo, fijando una multa de R$ 200 mil por día para el sindicato de la categoría si la determinación no fuese atendida.
Sindicalistas vendidos son expulsados de asamblea.
Antes aún del inicio de la huelga, en 8 de marzo, el vicepresidente Sticcero, Altair Donizete, ya había atacado los obreros en movilización llamándolos de “pequeña gama de manifestantes”. Altair Donizete aún afirmó que “si seguimos esta tendencia, no seremos bien recibidos por la justicia y por los empresarios”. [fuente: rondonoticias.con.br en 8 de marzo de 2012]
El día 16, en una masiva asamblea, los obreros definieron por la continuidad de la huelga. Hay relatos provenientes directamente de aquella asamblea de que los obreros, indignados con la postura pro-patronal y antihuelga de Sticcero, tomaron el coche de sonido del sindicato y expulsaron los sindicalistas oficialistas. Aún en esa asamblea, más de 50 policías descaradamente disfrazados con los uniformes utilizados por los obreros del consorcio fueron identificados en medio a la masa de obreros y fueron expulsados. Piquetes y movilizaciones fueron mantenidos.
Gestión Rousseff ordena represión
En una materia publicada en el periódico Valor Económico en 23 de marzo, fue informado que la gestión Rousseff ha acompañado diariamente las negociaciones en Jirau y que el Ministerio de la Justicia colocó a disposición el contingente de la Fuerza Nacional de Seguridad que está “pronta para actuar”.
La Secretaría de Seguridad, Defensa y Ciudadanía de Rondônia – Sesdec declaró que ya había efectivos de la Fuerza Nacional actuando en Rondônia antes de la iniciación de la huelga, aunque “en otros frentes” [fuente:rondoniagora.con en 17 de marzo de 2012].
Las razones de la revuelta obrera
El día 18 de marzo, un equipo de representantes de los Ministerios Públicos Estadual, Federal y del Trabajo, estuvieron en Jirau y oyeron los trabajadores. Obreros denunciaron haber sufrido “violencia física” por parte de representantes de la Camargo Corrêa y afirmaron que son obligados a comprar productos a precios exorbitantes en los almacenes de la constructora. Los trabajadores también relataron el no cumplimiento por parte de la contratista del programa de Participación en los Logros y Resultados, así como de los descansos que deberían ser concedidos a cada cuatro meses de trabajo. En nota, el Ministerio Público Federal reconoció que “la insatisfacción contribuyó para la crisis que se instauró en la fábrica” [fuente: folha.uol.con.br en 18 de marzo de 2012].
El día 16 de marzo, trabajadores de la empresa WPG Construcciones, tercereada de la fábrica de Jirau y responsable por desforestar el área que será alagada para la construcción de la fábrica, protestaron frente al Tribunal Regional del Trabajo (14ª región) en Porto Velho. Los obreros denunciaron que no reciben salarios desde septiembre del año pasado y no tuvieron baja en sus documentos de trabajo. Ellos están instalados provisoriamente en un hotel de Porto Velho, recibiendo apenas alimentación durante todo ese tiempo. A pesar del no pago de salarios y derechos laborales a los obreros y del desfalque de más de R$ 5 millones denunciado por comerciantes de Porto Velho, el dueño de la WPG, Júlio César Schmitt habría montado una nueva empresa en nombre de su cuñado y estaría ejecutando los mismos servicios en la fábrica hidroeléctrica de Belo Monte, en el Pará,
La huelga continúa
El día 27 de marzo ocurrió otra asamblea en el patio de obras de Jirau. Miles de obreros rechazaron la miserable propuesta patronal del 5% de reajuste. Los sindicatos oficialistas Sticcero y Confederação Nacional de los Sindicatos de Trabajadores en las Industrias de la Construcción y de la Madera – Conticom/CUT maniobraron de todas las formas para acabar con la huelga. Incapaces de detener el ímpetu de lucha y la revuelta de los trabajadores, patrones y oportunistas tramaron un nuevo golpe y propusieron “voto secreto” para deliberar sobre la huelga en una próxima asamblea.
La huelga en Jirau continúa justamente porque la terrible situación de los obreros, la pésima condición de trabajo, la situación salarial, falta de derechos no cambiaron nada desde la primera revuelta del año pasado.
“Compromiso” para guardar las apariencias
En 1º de marzo, en otro encuentro festivo entre sindicalistas vendidos y el gobierno, fue firmado el denominado “compromiso nacional para perfeccionar las condiciones de trabajo en la industria de la construcción”. El nombre pomposo no dice mucho, ya que, además de no traer ninguna novedad, tampoco se puede esperar, ya que sus progenitores son justamente aquellos que más incumplen compromisos con los trabajadores.
Participan de la llamada “mesa permanente” del tal compromiso: las centrales sindicales CUT; Fuerza Sindical; CGTB; CTB; UGT; NCST; las confederaciones CNTI; CNTIC; CONTICOM; CONTRICOM; FENATRACOP; y las entidades patronales Sinicon; además de la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción – CBIC. Como se puede ver, una ensalada de patrones y sindicalistas oficialistas, sumados a la Secretaría-General de la gestión Rousseff y los siguientes ministerios: Trabajo y Empleo; Planificación, Presupuesto y Gestión; Sanidad Social; Desarrollo Social y Combate al Hambre; Casa Civil; Educación; Ciudades; Minas y Energía; Deporte; Integración Nacional; Transportes; y la Secretaría de Derechos Humanos.
Tal “compromiso” versa sobre un conjunto de reglas y patrones mínimos para establecer las condiciones de trabajo, salario, salud y seguridad en las obras, y prevé la negociación colectiva para definición del piso salarial, beneficios, jornada, transporte, alojamiento y alimentación, o sea, todos los derechos solapados de las clases trabajadoras. ¡Y, para colmo, la adhesión de las constructoras a él es facultativa!
Delante de los acontecimientos recientes en Jirau y en otras de obras, quedó comprobado que tal “compromiso” no es más que de letra muerta, una vez que, cuando se decide una huelga principalmente debido a las pésimas condiciones de trabajo e incumplimiento de los derechos laborales, la primera medida tomada por la gestión de turno del viejo Estado y contratistas fue enviar la Fuerza Nacional para, una vez más, reprimir los obreros en lucha.
Luchas se esparcen como rastro de pólvora
Hidroeléctrica Garibaldi – SC
Con informaciones del Movimiento de los Atingidos por Barragens (Afectados por Represas)
Operários da Usina Santo Antônio se unem aos trabalhadores de Jirau
En la madrugada de 8 de marzo, centenares de trabajadores de la usina hidroeléctrica de Garibaldi colocaron fuego en los alojamientos de las obras en protesta contra las pésimas condiciones de trabajo y bajos salarios. En la tarde de 12 de marzo, más de 400 trabajadores ocuparon las obras y se mantuvieron allá por dos días.
La represa es de propiedad de la empresa Triunfo, su construcción deberá costar cerca de R$ 780 millones y alcanza los municipios de Abdon Batista (donde son realizadas las obras), Cerro Negro, Vargem, Campo Belo do Sul y São José do Cerrito, alagando 1.864 hectáreas de tierra fértil y expulsando aproximadamente mil familias. Las empresas dueñas de la represa tendrán el derecho de explotar la producción de energía durante de 30 años.
En junio de 2011 los afectados por la represa ocuparon la obra para ser reasentados, derecho que la empresa aún continúa negando. En aquella época los trabajadores de la fábrica apoyaron la movilización. Ellos decían que las condiciones de trabajo eran precarias y que la empresa tiene tradición en quiebra de contrato y en no respetar las leyes laborales.
Comperj – RJ
Los obreros del Complejo Petroquímico de Río de Janeiro – Comperj, en Itaboraí – RJ, considerado el mayor proyecto de la historia de la Petrobras, sostuvieron una huelga por casi un mes. Desde el día 10 de febrero estalló nueva ola de protestas en esas obras que concentran más de 13 mil obreros.
Ellos luchan por aumento salarial del 18%, ticket alimentación de R$ 390, pago de la hora thinner (tiempo que el operario pasa en el autobús de la empresa para llegar al local de servicio) en los turnos de la mañana y de la tarde remunerada en 75%, entre otras demandas.
Se estima que cerca de 60% de los obreros del Comperj no son oriundos de Itaboraí y muchos de ellos estuvieron presentes en la rebelión de 2011 en Jirau.
La huelga decidida por los trabajadores de base, que atropellaron por diversas veces la dirección del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción, Montaje, Mantenimiento y Mobiliario de São Gonçalo, Itaboraí y Región – Sindicom. En la edición 87 de AND relatamos divergencias entre los propios trabajadores, que con el desarrollo de las movilizaciones revelaron ser la resistencia de los obreros indignados contra la dirección del sindicato que no los representa e que intentaba frenar las protestas.
Una vez más la huelga fue traicionada por la dirección del sindicato. Otra vez no hubo avances para los trabajadores y hay gran insatisfacción entre la masa de obreros.
Usina Santo Antônio – RO
Después del inicio de la nueva revuelta en Jirau, en 16 de marzo, fue informado que la contratista Odebrecht decidió paralizar las obras en la usina Santo Antônio, que así como Jirau, queda situada al margen del Río Madeira, en Rondônia, a cerca de 8 km de la capital Porto Velho. Sin embargo, informaciones provenientes desde las obras de Santo Antônio afirman que las obras están paralizadas, pero por iniciativa de los trabajadores, que decidieron por la huelga sumándose a la lucha de los obreros de Jirau.
La Secretaría de Seguridad de Rondônia anunció que las obras de la usina de Santo Antônio deberían quedar paradas hasta el día 21 de marzo y que refuerzo policial fue enviado para sus inmediaciones. Miles de obreros trabajan en el local y son sometidos a las mismas precarias condiciones de trabajo y salariales que los trabajadores de Jirau.
En 21 de marzo la Justicia del Trabajo de Rondônia declaró la huelga en la usina Santo Antônio ilegal. El decreto de la jueza Vânia Maria da Rocha Abensur, presidente del Tribunal Regional del Trabajo de la 14ª Región, impone la misma multa arbitrada para Jirau al Sticcero si los trabajadores no retornasen al trabajo. La huelga continuaba hasta el cierre de esa edición de AND.
Revuelta en Belo Monte después de muerte de obrero
Con informaciones de Repórter Brasil
Obreros que trabajan en la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte, en el Pará, declararon huelga general en la mañana del 29 de marzo contra las pésimas condiciones de trabajo y por mejores salarios. El clima de insatisfacción ya era generalizado en las obras de la constructora Andrade Gutierrez y se agravó con la muerte del operador de motosierra Francisco Orlando Rodrigo Lopes, atropellado por una retroexcavadora en la tarde del día 28.
Cerca de cinco mil obreros de Belo Monte adhirieron a la paralización, sumándose a los cerca de 43 mil en huelga en Jirau y Santo Antônio.
Esos hechos ocurrieron menos de un mes después de la firma del llamado “compromiso nacional para perfeccionar las condiciones de trabajo en la industria de la construcción” firmado entre patrones, la gestión oportunista y las centrales gobiernistas. Tal “compromiso” versa sobre un conjunto de reglas y patrones mínimos para establecer las condiciones de trabajo, salario, salud y seguridad en las obras, y prevé la negociación colectiva para definición del piso salarial, beneficios, jornada, transporte, alojamiento y alimentación, o sea, todos los derechos solapados de las clases trabajadoras. ¡Y la adhesión de las contratistas a él es facultativa!
Traducciones: [email protected]