Río de Janeiro: en las favelas, el terror apenas cambió de mando

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Río de Janeiro: en las favelas, el terror apenas cambió de mando

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Mientras el gerente Sérgio Cabral inauguraba la 17ª UPP del Complejo de São Carlos, próximo al Centro de la ciudad, la Policía Federal y la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) cerraban la radio comunitaria del Santa Marta, Morro que abriga la primera Unidad de Policía Pacificadora. Fue el día 3 de mayo, cuando los agentes lacraron el local, desconectaron los equipamientos y confiscaron el transmisor de la radio liderada por los activistas y músicos Emerson Cláudio Nacimiento (Rapper Fiell) y Antonio Carlos Peixe. Irónicamente, la acción fue cometida en el Día Mundial de Libertad de Prensa, decretado por la ONU en 1993.

Mc Fiel, do Santa Marta, teve sua rádio fechada pela polícia

Después de la acción, el rapero Rapper Fiell fue prendido por policías federales y encaminado a la superintendencia de la PF. En mayo del año pasado, el músico y también locutor de radio ya había sufrido con la truculencia de los policías de la UPP que invadieron el bar de su suegro, lo zurraron e impidieron  a sus amigos y familiares realizar una fiesta. Antes de la truculenta acción de la PM, Fiell ya denunciaba los abusos de la Policía Militar contra los habitantes de la favela.

— No hubo argumento, el argumento era venir para cerrar la radio comunitaria. No hubo mandato, ningún documento formal con nuestra dirección, entonces fue irregular la acción. Sólo que la Anatel viene junto con la Policía Federal, entonces imagine  si un habitante de favela dice algo contrario de la policía: va a ser actuado como desacato a la autoridad. Desde ayer las personas sintieron falta, buscaron  sintonizarla  y encontraron un vacío. Hoy estamos aquí en la primera estación del Bondinho (plano inclinado en Santa Marta), y la radio está en vivo en la calle en repudio a esa acción de la Anatel junto con la Policía Federal, que fue ilegal — dice Rapper Fiell al periodista Eduardo Sá, de la página en internet Fazendo Media.

Cidade de Deus

En la tarde del 9 de mayo, el fotoperiodista y habitante de la Cidade de Deus, Michel Fernandez, caminaba por la favela con su cámara cuando topó con una guarnición de la UPP que abordaba un grupo de jóvenes habitantes de la favela.

— De inmediato, observé que los policías no hicieron abordaje, lo que yo vi con mis propios ojos es que uno de los jóvenes fue agredido con un cachetazo por uno de los agentes. Enseguida, sentí que los agentes estaban medio preocupados con nuestra aglomeración, de habitantes. Entonces dos de ellos comenzaron a caminar en dirección al grupo en el cual yo estaba presente — relata el fotoperiodista.

— Los policías exigieron que todos los que estaban allí entrasen en sus casas, como si quisiesen que nosotros no presenciásemos alguna irregularidad. Realmente aquello fue un abuso de autoridad. Uno de los habitantes cuestionó el pedido del agente alegando que él estaba en frente a su residencia y que no saldría de allí. En ese instante, me percaté que estaba con mi trípode y mi cámara en la mano, y no en la mochila, entonces decidí salir de allí, pues sé que los policías no simpatizan mucho con cámaras. Aún así, dos agentes me vieron y me siguieron — concluye.

Michel Fernandez fue abordado y después liberado por los policías.

Cantagalo

André Luiz, do Cantagalo, foi baleado por PMs da UPP

En AND 68 publicamos el artículo Policías de la UPP del Cantagalo intentan matar trabajador, con el relato del habitante André Luiz Gonçalves, de 34 años, conocido como Cathola, que fue baleado por policías de la UPP tras una violenta abordaje en el bar donde trabaja. El muchacho fue arrastrado para fuera del bar y prendido arbitrariamente. En el camino para la comisaría, los policías balearon el muchacho en la espalda. Por suerte, el joven, que también es músico y maratonista, sobrevivió a las heridas.

Casi un año tras el incidente, ninguno de los policías que participaron del hecho fue punido y André, imposibilitado de trabajar y ejercitarse y temiendo represalias, continúa exiliado en su casa y en su bar, ambos en la Ladera Saint-Roman.

— Después de lo que aconteció conmigo, nadie del gobierno vino a verme. Nadie me dio explicación de lo que acontecería con el policía que me disparó. Yo trabajaba de vigilante en una obra y, hasta ahora, estoy de licencia médica. No puedo hacer nada. Todavía siento mucho dolor en la muñeca. No consigo abrir y cerrar la mano derecha. — relató el trabajador a nuestro equipo de reportaje.

Mientras el secretario de seguridad José Mariano Beltrame viajaba para Ginebra para divulgar el “éxito” de la militarización para el alto comisariado de Derechos Humanos de la ONU, militares ocupaban los Morros de la Mangueira y del Tuiti abriendo espacio para otra Unidad de Policía Pacificadora. Con el apoyo irrestricto del monopolio de los medios de comunicación, divulgando noticias fantasiosas sobre la militarización, las UPP siguen oprimiendo el pueblo, restringiendo cada vez más sus libertades, transformando la vida de las masas en un constante tormento.


Cabral desmonta defensoría de Río de Janeiro

Vigília denunciou o desmanche do Núcleo de Terras da Defensoria

En la mañana del día 29 de abril, la sala de atención al público del Núcleo de Tierras y Habitación de la Defensoría Pública de Río de Janeiro fue cerrada por el recién esposado defensor-general. Policías y guardias municipales fueron enviados al local para impedir la entrada de los defensores y auxiliares, que inclusive, no fueron informados sobre la medida. Enseguida, todos los auxiliares fueron dimitidos y los defensores comprometidos con el pueblo transferidos para comarcas en los municipios de Valença, Cabo Frío, Araruama, Campos y Volta Redonda.

La medida indignó las familias que viven en favelas amenazadas de remoción, que se quedaron sin apoyo jurídico. Con eso, se abrió camino para la gestión Eduardo Paes, avanzar en su política fascista de expulsión de favelas enteras de las regiones nobles de Río para condominios del proyecto “Mi Casa, Mi Vida” en remotas regiones de la ciudad dominadas por grupos paramilitares y alejados de escuelas y hospitales.

Para denunciar esta nueva medida del Estado objetivando la desmovilización de la lucha contra las remociones, habitantes de las favelas amenazadas, militantes de movimientos de lucha por la vivienda, integrantes de ocupaciones e intelectuales progresistas se reunieron frente al edificio de la DPE-RJ donde acamparon durante 24 horas.

El reportaje de AND estuvo en el local y acompañó el acto del inicio al fin. Con  organización, los manifestantes hicieron comidas colectivas, pintaron pancartas y realizaron la proyección de varios vídeos producidos por AND sobre las remociones.

Una de las célebres figuras de los movimientos populares presentes en la vigilia, el procurador jubilado y profesor, Dr. Miguel Baldez, uno de los fundadores del NUTH, en una emocionada intervención, evaluó la cobarde medida de las gestiones de turno.

— Una acción fascista desarrollada por la defensoría pública. Atendiendo a una división de poderes constitucionales, el gobernador Sérgio Cabral hace de la policía el brazo armado de la defensoría pública. Yo diría, sin miedo de errar, que eso tuvo la complacencia del gobierno federal, o fingiendo que no percibe, o realmente percibiendo y estimulando esa práctica — acusa el procurador jubilado.

Además de eso, militantes y habitantes de favelas amenazadas de remoción fueron enfáticos al comentar lo que el Dr. Miguel Baldez afirmó ser “uno de los momentos más complicados para la población pobre en Río de Janeiro”.

Para abrir la vigilia, figuras importantes del movimiento contra las remociones adaptaron el texto Los Días de la Comuna, de Bertold Bretch.

— Considerando que existen varias mansiones e inmuebles abandonados, mientras los señores nos remueven y nos dejan sin techo, nosotros decidimos: ahora, en ellos vamos a instalarnos. Y de los lugares donde construiremos nuestras vidas y nuestros sueños, no seremos removidos. Considerando que los señores nos amenazan con fusiles y con cañones, nosotros decidimos, de ahora en adelante, temeremos más a la miseria que a la muerte — concluyó la citación la militante Jane Nacimiento, habitante de Vila Autódromo.

El nuevo golpe aplicado por las gestiones de turno contra las familias amenazadas de desalojo revela que la Defensoría Pública tiene serias limitaciones y, a pesar de la determinación y buena voluntad para con el pueblo manifestada por varios de sus integrantes, no es capaz de detener las acciones del viejo Estado. Revela que, antes de luchar por concesiones judiciales, es preciso luchar, resistir, agitar las banderas de la lucha contra las remociones.

Largo do Campinho, zona Norte do Río:

Contra las remociones, resistir es el único camino

Protesto radicalizado por moradores enxotou os agentes da repressão

En el día 13 de mayo, después de pasar la noche en la vigilia que denunció el desmantelamiento del Núcleo de Tierras y Habitación de la Defensoría Pública de Río de Janeiro, el reportaje de AND recibió la noticia de que el Largo do Campinho — o Favelinha, como es conocida por los habitantes — estaría siendo atacado por los tractores de la municipalidad. Al llegar al local, nuestro reportaje encontró habitantes desesperados delante de la presencia intimidatoria de policías y guardias municipales municionados de pistolas de choque, espray de pimenta y cachiporras.

Cuando comenzamos a cubrir esta noticia, la casa de uno de los habitantes ya había sido derribada por los perros de guardia del alcalde Eduardo Paes.

— Ellos llegaron aquí con una orden de posesión, que fue entregada por un oficial de justicia, diciendo que tenían que demoler ese pedazo aquí para la construcción de la Transoeste. Según la defensoría, nuestra casa no estaba en el área que sería demolida, pero aún así, ellos están quebrando todo. Ellos dijeron: “nosotros tenemos un mandado para derrumbar su casa hoy. Entonces desocúpenla”. Inclusive me intimidaron diciendo “usted aceptando o no, su casa va a ser derrumbada”. Hicieron presión psicológica. Sólo dieron algunos minutos para que quitemos nuestras cosas. Pedimos que esperasen un poco para conseguir un lugar donde colocar nuestras cosas, pero ellos dijeron que no iban a esperar y que iban a llevar todo para un depósito — relata el músico Edmilson Machado Lopes, de 40 años, que aún describió con detalles el sufrimiento por el cual su familia ha pasado desde el inicio de las amenazas de remoción.

El camino de la lucha

Los habitantes convocaron una reunión al fin de la tarde, en la cual decidieron seguir con el embate jurídico contra la municipalidad con el apoyo de los nuevos defensores. Sin embargo, por unanimidad, las familias resolvieron que la resistencia debería cambiar de tono y responder a la altura de la agresión de las gestiones de turno. Como el subintendente de la zona Norte, André Santos, había prometido volver al día siguiente para demoler otras casas, habitantes resolvieron marcar una manifestación para la mañana del mismo día.

— Ellos dijeron que iban a quebrar nuestras casas como si fueran quebrar huevos. Que nosotros estamos en el camino de ellos y que no tenemos nada que discutir, porque por detrás de eso, existen personas con mucho dinero. Aún no recibimos ninguna opción. Hablaron que iban indemnizar, dar casas, pero fíjate ahí mi vecino, Edmilson, se quedó en la calle sin nada — protesta el obrero Igor Silva de Oliveira, 30 años.

El reportaje de AND pasó la noche en la favela y acompañó los preparativos para el acto. Habitantes borraron las inscripciones de la municipalidad — utilizadas para guiar los ingenieros en el momento de las demoliciones —, escribieron consignas en los muros de la favela y en las empalizadas de las obras de la Transcarioca, bloquearon las entradas de la favela con barricadas hechas de placas de madera y neumáticos, pintaron pasacalles, pegaron carteles.

Luego que llegaron a la favela, por la mañana, obreros e ingenieros de la municipalidad, encubiertos por un vehículo de la guardia municipal, se depararon con una enorme pintada con la frase: “Eduardo Paes: enemigo del pueblo!” y una salva de fuegos artificiales. A la vez, habitantes agitaban pancartas y banderas y distribuían panfletos en los accesos a la favela. Al intentar entrar en la Favelinha, los perros de guardia de la municipalidad toparon en barricadas y habitantes preparados para resistir. En el mismo momento, los equipos técnicos, temiendo la reacción de los habitantes, recogieron sus herramientas y se fueron.

Pero, en el día 27 de mayo, guardias municipales, policías y operarios de la municipalidad volvieron al local bien temprano y tomaron de sorpresa a los vecinos — que no fueron avisados por los nuevos defensores. Las casas fueron vaciadas y algunas descaracterizadas, pero la mayoría de los habitantes fue indemnizada. Los que no entraron en un acuerdo con la municipalidad con respecto a las indemnizaciones, continúan resistiendo.

Traducciones: [email protected]

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