Moradores da Maré enfrentaram a repressão e fizeram a Tropa de Choque recuar
En las últimas semanas, la militarización del Complejo de favelas da Mare, en la Zona Norte de Río, dejó varias víctimas. El día 12 de febrero, un coche con cinco ocupantes fue fusilado por soldados del ejército. Hasta el cierre de esta edición, Vitor Santiago Borges, de 29 años, seguía internado en estado grave. En la misma favela, Vila de João, el día 20 de febrero un obrero de la construcción fue baleado y murió mientras trabajaba. Al día siguiente, 21 de febrero, una Kombi fue fusilada por militares del ejército y cinco personas quedaron heridas. Las imágenes del vehículo manchado con sangre de las víctimas circularon por las redes sociales causando gran conmoción.
En la noche de 23 de febrero, indignados, habitantes hicieron una protesta pacífica marcada por el internet por varias ONG de dentro del Complejo de la Mare y organizaciones que denuncian la violencia del Estado contra el pueblo. En el acceso de la Avenida Brasil a la Línea Amarilla, habitantes intentaron cerrar la vía. Aún sin ser hostilizados, policías usaron spray de pimienta.
— ¡Eso es un absurdo! Es así que ellos tratan a la gente todos los días dentro de la favela. Con tiro y spray de pimienta. Tratan las personas como animales, insultan las mujeres, apuntan las armas para todo el mundo. La calle llena de niños y ellos pasan haciendo maniobras peligrosas con los jeep. Eso no es para proteger la población, eso es para humillarla — reclama uno de los manifestantes.
A pesar de todo el gas de pimienta, la masa siguió con la marcha. Algunos metros al frente, militares del ejército disparan tiros de fusil de dentro de Vila do Pinheiro en dirección a la protesta, asustando inclusive policiales militares. Un batidor de la Tropa de Choque derrapó con la moto en el momento de los disparos y cayó.
— Quién está dando tiro es el ejército. El pueblo no puede protestar más — dijo una mujer que corría en la dirección contraria de donde partieron los disparos.
Una habitante tuvo que ser socorrida por miembros de nuestro reportaje y de la prensa popular. Indignada, la población intentó seguir con la protesta y fue reprimida con bombas de gas y efecto moral. Con la llegada de la Tropa de Choque, centenares de bombas de gas lacrimógeno fueron tiradas al azar para dentro de la favela Vila del Pinheiro. Habitantes comenzaron a salir a las calles a montones para responder al ataque de la policía con piedras, botellas y fuegos artificiales.
— Nosotros no aguantamos más esa pacificación. Desde que ellos entraron aquí ya mataron varias personas inocentes. Gente de bien, trabajadora. Mi sentimiento es de indignación. Para la imprenta ellos son el bien y nosotros favelados somos el mal. Mi sentimiento es de indignación — dijo una habitante sosteniendo una pancarta en medio a una niebla de gas lacrimógeno.
Al intentar correr de un punto a otro, un policía cayó y tuvo que ser cargado por otros soldados. En un determinado momento, ni siquiera la Tropa de Choque fue capaz de contener la furia de las masas y todo el contingente policial que estaba en el local fue forzado a retirarse. No tardó mucho y un policía militar comenzó a disparar tiros al azar contra la multitud. Según relatos de habitantes, al menos una persona fue baleada.
Ese fue apenas uno de los incontables episodios de una verdadera masacre en curso llevada a cabo por el Estado contra el pueblo pobre en las favelas de Río de Janeiro. En esa campaña, el mayor aliado de ese Estado genocida, el monopolio de los medios comunicacionales, encabezado por la Globo, se esmera para criminalizar cada vez más la pobreza y atribuir al tráfico cualquier acción política de las masas. En los días siguientes a ese episodio en que la ira popular atropelló los perros de guardia del Choque, incontables materias fueron vehiculadas en noticiarios sensacionalistas insinuando que el tráfico minorista habría orquestado la protesta del día 23.