Se aprueba nueva constitución en Bolivia, pero la pugna regional se mantiene

Se aprueba nueva constitución en Bolivia, pero la pugna regional se mantiene

El pasado 25 de enero de 2009 se realizó un referéndum, el enésimo proceso electoral desde el año 2003, desde que Gonzalo Sánchez de Lozada fuera expulsado de la presidencia de la República de Bolivia. Esta vez para realizarse la consulta sobre la aprobación de un nuevo texto constitucional, así como para delimitar el máximo de número de hectáreas que puede ser permitida la propiedad de la tierra.

En un próximo artículo nos ocuparemos de reflexionar el nuevo texto constitucional, así como a repasar el tortuoso camino por el que ha transitado la nueva Constitución Política del Estado de Bolivia para lograr ser aprobada.

El proceso se llevó a cabo prácticamente en calma, tan es así que algunos importadores de vehículos viejos y usados, quienes días antes venían siendo impedidos por una nueva ley que restringe la importación de vehículos con una antigüedad máxima de 5 años, aprovecharon la circunstancia para hacer ingresar una larga caravana de vehículos chatarra por distintos puntos de la extensa frontera que Bolivia tiene con Chile, desguarnecida por la atención a los comicios electorales.

Por lo demás, hubo tranquilidad en el desarrollo de proceso de consulta, contrastando con el clima beligerante y de enfrentamiento entre los allegados al partido de gobierno el Movimiento Al Socialismo (MAS) y los opositores a éste, en especial las huestes afines al movimiento regionalista de la "Media Luna" que aglutina a los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.

La participación electoral computada, quizás una de las más altas de Latinoamérica con menos de 10% de ausentismo (véase tabla), demuestra cierto grado de domesticación de un grueso sector de la población boliviana, la misma que puede explicarse en parte por lo rutinario que se convirtieron estos procesos utilizados para aquietar las tensiones sociales y políticas que el país ha vivido los últimos años; pero también, porque la inasistencia a los comicios electorales es fuertemente reprimida con el impedimento de transacciones bancarias  y realización de trámites públicos por el lapso de 6 meses, incluso con detención carcelaria para el caso de los miembros de mesa que desacaten la obligación de asumir el cargo impuesto por la Corte Nacional Electoral.

Por otro lado, en cierta forma, los procesos electorales y de consulta en Bolivia se convirtieron en encuestas oficiales de medición de popularidad de los gobernantes, pues sólo sirven para saber el grado de aprobación que tiene el presidente de turno, así como para saber como éste se conducirá en la coyuntura política, pues por lo demás, los referéndum revocatorio, dirimente o consultivo no tiene otra mayor utilidad, ni relevancia.

Así, los resultados del proceso de consulta demuestran cierta disminución de la aprobación del presidente Evo Morales; de hecho, del último referéndum al actual –pese a que se tratan de cosas distintas- puede decirse que éste disminuyó su aprobación en aproximadamente en un 5%, pues en el referéndum revocatorio del año 2008 obtuvo un 67% de aprobación y la votación por el "Sí" a la aprobación del texto constitucional casi llega al 62% (véase Tabla).

Tabla de resultados del Referéndum para la aprobación de la
Nueva Constitución Política del Estado de Bolivia
Nivel territorial
No
Participación computada
Bolivia
61,43 %
38,57 %
90,26 %
Chuquisaca
51,54 %
48,46 %
88,98 %
La Paz
78,12 %
21,88 %
92,32 %
Cochabamba
64,91 %
35,09 %
92,23 %
Oruro
73,68 %
26,32 %
91,90 %
Tarija
43,34 %
56,66 %
87,20 % 
Santa Cruz
34,75 %
65,25 %
88,19 %
Potosí
80,07 %
19,93 %
87,51 %
Beni
32,67 %
67,33%
84,66 %
Pando
40,96 %
59,04 %
82,77 %
Fuente: Elaboración propia con datos de la Corte Nacional Electoral de Bolivia. 02.02.2009

También puede apreciarse que la opción por el "No" a la Constitución se impuso en Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando, todos éstos departamentos alineados en la "Media Luna", de tendencia conservadora, francos opositores a la línea populista e indigenista de Evo Morales; en el departamento de Chuquisaca, también  aliado de la "Media Luna", la situación fue más enconada, logrando imponerse el "Sí" a la Nueva Constitución con apenas un 51,54 %.

Situación que evidencia que Evo Morales mantiene la hegemonía política en Bolivia, pero en medio de un clima incierto, pues esta hegemonía está refrendada por una mayoría electoral que estriba en lo cuantitativo, pero que no puede expandirse a una victoria política de carácter cualitativo; pues se sustenta básicamente en el apoyo de los departamentos del Occidente boliviano, es decir de las tierras altas de Bolivia; manteniendo la desaprobación de los departamentos ubicados en las tierras bajas de Bolivia.

En un país históricamente corporativista como Bolivia la victoria obtenida por Evo Morales es pírrica; pues, por lo general los gobiernos y la repartición de cargos se suelen hacer bajo un criterio de carácter departamental; esto ha sido así desde el inicio de la república y hasta el momento no ha cambiado en gran medida; en Bolivia, por lo general, se han repartido cuotas de poder (ministerios, curules en las cámaras de diputados y senadores, direcciones en reparticiones estatales, puestos jerárquicos en empresas pública, etcétera) de manera colegiada, siendo el criterio departamental clave para la repartija de poder entre las elites bolivianas.

Si bien la balanza se inclina en favor de la élite burocrática en Bolivia representada por Evo Morales, la pugna entre élites de Occidente y Oriente (burocráticas y compradoras respectivamente) se mantiene incólume; el "empate catastrófico", como lo denominó el vicepresidente Álvaro García Linera, persiste sin que se logre romperlo; de hecho, una nueva elección más, planteada para fines del año 2009 para elegir Presidente, Senadores, Diputados y Prefectos, pretende ser el mecanismo que quiebre este insoportable culebrón boliviano, que aún margina como protagonista principal al pueblo, pues se trata sólo de una lucha de facciones elitarias.

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