Se multiplican los crímenes contra el pueblo

Se multiplican los crímenes contra el pueblo

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El día 25 de febrero, el secretario de seguridad pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame anunció la militarización de una nueva favela: Cajú, en la zona portuaria de la ciudad. La llegada de la UPP a Cajú representa también el inicio de la militarización del Complejo da Mare; un conjunto de 11 favelas en la zona Norte de Río. Mientras tanto, en las favelas ya militarizadas, el régimen de excepción inaugurado después de la llegada de la policía sigue vigorando y nuevas denuncias de abuso son registradas en diferentes barrios pobres.

¿Quién no se recuerda del episodio en que una guarnición del ejército, en junio de 2008, secuestró tres jóvenes habitantes del Morro da Providencia, en el Centro de Río? En la ocasión, David Wilson Florêncio da Silva, 24 años, Wellington Gonzaga da Costa Ferreira, 19 años, y Marcos Paulo Rodrigues Campos, 17 años, fueron llevados por militares a una favela dominada por la facción rival a la de los traficantes del Morro da Providencia. Según testimonios de los habitantes del Morro da Mineira, los tres chicos fueron torturados hasta la muerte en un campo de fútbol de la favela. Los cuerpos fueron encontrados días después en el basural de Gramacho con señales de tortura y 46 perforaciones de balas.

Y cinco años después, como divulgamos en la última edición de AND, la madre de Wellington, Lílian Gonzaga da Costa, se vio encorralada nuevamente por la truculencia de las tropas de ese nuevo modelo de militarización, la UPP. El día 13 de enero, ella discutía con el marido, cuando policías intervinieron y agredieron la pareja, así como al hijo de Lilian y hermano de Wellington. El joven filmaba la acción criminal de los militares, cuando fue agredido y el aparato que usaba para filmar – un tablet – fue tirado al suelo por los policías. Aún así, el video fue divulgado en las redes sociales en internet y en el portal del periódico O Día. Bajo presión, el comando de la UPP del Morro da Providencia alejó los policías que aparecen en el video, acusados de agredir Lilian y su familia.
Nuestro reportaje conversó con la madre del fallecido Wellington, que fue enfática al describir el sentimiento de ser victimada por militares por la segunda vez.

– Primero tiraron la vida de mi hijo. Fueron años de lucha para reconquistar mi paz. Ver aquel hombre [teniente José Ricardo, el frente de la guarnición que secuestró Wellington] llorando, después, fue demasiado para una madre. Para hacer maldad ellos son duros y, frente de un juez, ellos pasan a ser pobrecitos. Ahora, tenemos que convivir con esa UPP. Son policías sin ningún preparo para lidiar con la población del Morro. Son agresivos, no respetan niños, mujeres, ni ancianos. Crié mis hijos para ser niños humildes, les enseñé a respetar a todo el mundo y, al final de cuentas, perdí uno y, hoy, tengo que ver el otro ser agredido por la policía. ¿Cuando eso va a acabar? – indaga Lilian.

– Mi sentimiento es de impotencia e indignación. No es porque nosotros somos pobres que merecemos ese tipo de actitud. Antes de todo, nosotros somos seres humanos. Si no fuese por lo que mi hijo filmó, nadie habría sido punido. Hasta porque, no fue la primera vez que ellos hicieron eso y ni va a ser la última – acusa la madre de Wellington.

Complejo do Alemán: “Tengo miedo de morir”

En enero de este año, AND divulgó una materia exclusiva denunciando el asesinato de dos jóvenes del Complejo do Alemán por policías de la UPP. En la ocasión, los jóvenes Wallace de Souza, de 21 años, y Joseph Alexandrino, de 19 años, fueron ejecutados por un policía identificado sólo como Da Silva. Meses después, la familia del joven Wallace – la única que aceptó denunciar el crimen – pasó a sufrir represalias de policías de la UPP.

El día 27 de febrero, el hermano de Wallace, que prefirió no identificarse, habría sido zurrado por policías en la localidad del Complejo conocida como Nova Brasilia. Nuestro reportaje conversó con el joven, que poseía varias marcas por el cuerpo.

– Ellos me pararon cuando pasaba por una callejuela. Eran unas 22h. Primero sólo dijeron que iban revisarme. Después comenzaron a preguntar “¿donde está la marihuana?” y, cuando yo respondía que no tenía, ellos me golpeaban con la pistola en la espalda. Me golpearon durante más de una hora. Y lo peor es que ellos saben que yo soy hermano de Wallace. Nosotros vivimos muy cerca del conteiner de la UPP. Ellos saben que nosotros denunciamos el caso de mi hermano y, ahora, nunca dejan de abordarme cuando yo paso por ellos. Tengo miedo de morir – afirmó el joven.

Traducciones: [email protected]

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