Paula Lima Gomes1 | Traducción Enrique Chiappa
Cuando se estudia y se piensa sobre el conflicto Israel-palestino, es común oír algunas indagaciones. Y cuando se hace eso, en pleno enfrentamiento, como aconteció a partir de junio de 2014 – siendo este, un enfrentamiento que duró 50 días y provocó 2,2 mil muertes, de estas, 67 del lado “israelí” – es probable que se escuche: ¿ser o no ser favorable al Hamas?
De forma general e inicial, tal vez varios respondan con pocos fundamentos y una intuición de lo que es justo. Finalmente, defender quién lucha por la liberación del pueblo palestino, ya parece correcto a primera vista. Sin embargo, es preciso más. Es preciso ir más allá de esa correcta obviedad para quien se propone a investigar y militar en defensa de la causa palestina. Y es así, en la intersección de la teoría con la práctica, en la mayoría de las veces (para no decir casi siempre) bien fuera de la Academia, que se encuentran las respuestas correctas para ciertas cuestiones, como es el caso de las reflexiones del presidente Mao Tsetung sobre la contradicción principal, el aspecto principal y la naturaleza de la contradicción.
Esos conceptos, que forman parte de toda una tesis maoísta2, serán trabajados con foco en la pregunta inicial de este artículo, no contemplando la totalidad de su reflexión inclusive en lo que se refiere a la aplicación integral de la tesis al conflicto en cuestión. Y es por eso, por lo tanto, que el artículo trabajará en torno a dos cuestiones basilares: la presentación de la realidad concreta palestina y la observación de ese conflicto, como fenómeno, a la luz de los conceptos de Mao.
Ocupación, la realidad de un conflicto
El “territorio palestino”, Entre comillas3 – que nunca fue o que debería haberlo sido – hoy se constituye en dos cuotas desconectadas de tierra, que pueden ser brevemente caracterizadas así: Cisjordania, al norte, un conjunto de islas circundadas por “Israel” y la franja de Gaza, en el centro-oeste, un pedazo largo y estrecho de tierra, con 365 km2, igualmente controlada por el “Estado” enemigo. Ambas, visibles en el mapa presentado.
Se tratando de control, el dominio de Cisjordania, se da por los asentamientos “israelíes” que ocupan el “territorio palestino” – pareciendo una metonimia geográfica del conflicto Israel-palestino – y el control de Gaza, se da por medio de la ocupación de todo aquello que la circunda: mar, cielo y tierra, lo que, en este caso, se trata de las fronteras con Egipto (estrecho de Rafah) y el “territorio israelí”. Caracterizando, de forma innegable, una relación de subyugación nacional de uno (los palestinos) por el otro (“Estado de Israel”).
En Gaza, para tenerse idea, el control llega hasta tal punto que la pesca sólo es permitida hasta una cierta zona, hasta 5km a 10km del mar adentro para ser más exacto. Y el estrecho de Rafah, su única frontera por tierra fuera de Israel, está sometida a un bloqueo total desde 2008 a partir de las elecciones del Hamas. En términos logísticos, eso representa, por ejemplo, la imposibilidad de la entrada de armas, que el Hamas no niega, la circulación de personas en búsqueda de refugio o tratamiento médico y la entrada de abastecimientos básicos como alimentos, agua, gasolina etc..
De este modo, más de que diferencias, como algunos ven el fenómeno, el desarrollo de ese conflicto fue haciendo la contradicción entre el “Estado de Israel” y la resistencia palestina en una contradicción antagónica como entenderemos a continuación.
Dicho esto, hablar en ocupación, no es sólo discutir ausencia de autonomía, pero denunciar la privación completa de cuestiones esenciales, como ser imposibilitado de pescar un alimento en el entorno de la propia tierra. Además, los “territorios palestinos”, que no poseen conexión entre sí, también tienden a disminuir como la Historia y el mapa nos muestran. Pues, tratándose de “Israel”, que es el aspecto principal de la contradicción principal, la tendencia es ocupar nuevas y nuevas tierras, siendo esta, la esencia de una nación imperialista.
Además y cerrando este punto con una síntesis de Ilan Pappe, vale decir: la historia de la Palestina, es la historia de un proceso de colonización como cualquier otro, que de forma inaugural, no suscita la defensa masiva de la liberación nacional del pueblo colonizado, pero sí, una falacia en torno a la “convivencia” entre dos Estados con base en una “solución” que endoso y cree el Estado del colonizador (“Israel”) y del colonizado (Palestina), como si eso fuera poner fin al conflicto Israel-palestino. Lo que veremos, a la luz de los preceptos de Mao, que nada resolvería.
En búsqueda de una respuesta
Según Mao Tsetung, la contradicción existe en todos los fenómenos y es fundamental que reconozcamos su existencia, principalmente, cuando queremos observar, analizar y actuar sobre una contradicción. Dicho esto y partiendo de este concepto, la contradicción para Mao es: “la base de las formas simples de movimiento (por ejemplo, el movimiento mecánico) y, por mayor razón aún, de las formas complejas del movimiento”2 (p. 535), por ejemplo, el movimiento del conflicto en cuestión.
De este modo, reconocer la contradicción como algo inherente a los fenómenos, es, así pues, reconocer que existe una lucha de contrarios en todos ellos – finalmente, la contradicción también es la “ley de la unidad de los contrarios”2 – y que esa lucha, ingresa y permanente al fenómeno, es justamente aquello que lo mueve y desarrolla. En otras palabras, para conocer un fenómeno, es preciso percibir el “movimiento de las contradicciones”.
Sin embargo, tratándose del conflicto Israel-palestino, como cualquier otro fenómeno, se puede decir que existen una serie de contradicciones, por ejemplo: la contradicción entre el Hamas y el Fatah4, la contradicción entre la izquierda “israelí” y el “Estado de Israel”, la contradicción entre el Fatah y el “Estado de Israel”, la contradicción entre el Hamas y la izquierda “israelí” y así sucesivamente. Pero, aunque esas y tantas otras contradicciones existan, existe una que es la principal. Siendo esta, la contradicción que determina el desarrollo del fenómeno y que comienza a responder la pregunta inicial de este artículo.
En las palabras del presidente Mao: “si un proceso comporta varias contradicciones, existe necesariamente una de ellas que es la principal, que desempeña el papel director, determinante, mientras las otras ocupan sólo una posición secundaria, subordinada. (…) Una vez dominada la contradicción principal, todos los problemas se resuelven fácilmente.” 2 (p. 561). ¿Pero cuál sería la contradicción principal del conflicto Israel-palestino?
La contradicción principal actual, pues ella siempre puede ser superada o modificada, es entre el “Estado de Israel” y la resistencia del pueblo palestino, siendo esta lucha de contrarios, y no otra, que desempeña el papel director sobre el fenómeno en cuestión. Finalmente, si el conflicto existe, es porque el “Estado de Israel” continúa oprimiendo el pueblo palestino y expandiendo su plan de colonización, como aspecto principal de la contradicción principal de tipo antagónica que es. Y los palestinos, por otro lado, continúan resistiendo y luchando contra eso. ¿Pero que quiere decir esa compleja sentencia en medio de la frase?
Según Mao, dentro de la contradicción principal, que ya mostramos tratarse de la contradicción entre el “Estado de Israel” y la resistencia palestina, existe uno de los dos aspectos contrarios que es el principal, desempeñando por lo tanto, el papel dominante en la contradicción principal. Dicho esto y observando el propio fenómeno: “Israel” coloniza los palestinos y los palestinos están sometidos a la colonización de “Israel”. En este caso, el aspecto principal de la contradicción principal es el “Estado de Israel”. Pues aquí, es él que da calidad al fenómeno, o sea, es él que califica esa contradicción como una contradicción de subyugación nacional.
Conclusión: queramos o no, la solución de ese conflicto, está en el fin del “Estado de Israel”. Y eso, vale decir, es una reflexión materialista-dialéctica del fenómeno y no una elección de encuadramiento, o de recorte, como les gusta decir en la Academia.
También, además de ser el aspecto principal de la contradicción principal del conflicto Israel-palestino, es importante decir, que el tipo de contradicción entre el “Estado de Israel” y la resistencia palestina, diferentemente de una serie de otras contradicciones (ejemplo: contradicción entre los diversos grupos que componen la resistencia palestina), es de tipo antagónica. Pues si vamos analizar los dos polos de esa contradicción, veremos que el antagonismo es la forma de lucha de esos contrarios. Y es por eso, por lo tanto, que la contradicción entre el “Estado de Israel” y la resistencia palestina, sólo acabará cuando un contrario acabar con el otro como Mao prevé en su tesis. Y esperamos (y luchamos para), en este caso, que el segundo supere el primero.
De este modo y considerando que hoy, la contradicción principal de este fenómeno es esa, “Estado de Israel” versus resistencia del pueblo palestino; que el “Estado de Israel” es el aspecto principal de esa contradicción; que la contradicción entre él y la resistencia del pueblo palestino es antagónica; y que el Hamas, como parte de la resistencia palestina, es la única organización que está liderando esa lucha en los moldes que ella exige, de forma armada y sin concesiones, es, al lado de él, que los defensores de la solución de esa contradicción deberían estar. Luego, por eso es por lo que se puede decir, sin constreñimientos, que hoy, ser favorable al Hamas, es ser favorable a la causa palestina.
Notas:
1 – Investigadora-militante responsable por el blog: www.coracaopalestino.com
2 – “Sobre la contradicción” (TSETUNG, 1937), disponible íntegramente en ese link: https://pt.scribd.com/document/333444152/sobre-a-contradicao-1937
3 – Forma de denominación (con comillas) que califica dos lugares que existen injustamente: lo que restó a los palestinos y lo que fue ocupado por Israel, siendo llamado, en este caso, de “territorio israelí” o “Israel”.
4 – Organización palestina que controla Cisjordania, pero que no es tan avanzada como el Hamas, basándose en los criterios levantados en este artículo.