Sobre los Fundamentos del Leninismo – Dictadura del Proletariado y Partido de nuevo tipo

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Sobre los Fundamentos del Leninismo – Dictadura del Proletariado y Partido de nuevo tipo

100 años de la gran Revolución Socialista de Octubre

Como parte de las publicaciones en celebración a los 100 años de la gloriosa y gran Revolución Socialista de Octubre, proseguimos con la presentación de la segunda y última parte de los extractos del libro Sobre los Fundamentos del Leninismo, obra del gran Stalin, que nos presenta la sistematización de las tesis del gran Lenin forjadas en el fuego de la revolución proletaria y de la lucha por el Poder en Rusia.

Presentamos resumidamente las magistrales formulaciones leninistas sobre la dictadura del proletariado y el partido de nuevo tipo en el proceso de la conquista, mantenimiento y avance del Poder proletario rumbo al luminoso comunismo. Tesis sobre las cuales el Presidente Mao Tsetung, en la gran Revolución China, desarrollaría la tercera, nueva y superior etapa del marxismo: el maoismo.

Juntamente a los extractos del Sobre los Fundamentos del Leninismo siguen, en destaque, consideraciones sobre el notable desarrollo del marxismo como ciencia hasta los días de hoy con el todopoderoso pensamiento Gonzalo.

La dictadura del proletariado

La cuestión de la dictadura proletaria es, sobre todo, la cuestión del contenido esencial de la revolución proletaria. La revolución proletaria, su movimiento, su amplitud, sus conquistas sólo toman cuerpo a través de la dictadura del proletariado. La dictadura del proletariado es el instrumento de la revolución proletaria, su órgano, su punto de apoyo más importante, creado con el fin, en primer lugar, de liquidar la resistencia de los explotadores derribados y consolidar las conquistas de la revolución y, en segundo lugar, de llevar a término la revolución proletaria, llevar la revolución hasta la victoria completa del socialismo. Vencer la burguesía y derrumbar su Poder es cosa que la revolución también podría hacer sin la dictadura del proletariado. Pero liquidar la resistencia de la burguesía, sostener la victoria y continuar avanzando hasta el triunfo definitivo del socialismo, la revolución ya no lo podría hacerlo si no creara, al llegar a una determinada fase de su desarrollo, un órgano especial, la dictadura del proletariado, su apoyo fundamental.

“La cuestión fundamental de la revolución es la cuestión del Poder” (Lenin). ¿Quiere eso decir que todo se reduce a la toma del Poder, a la conquista del Poder? No. La toma del Poder es sólo el comienzo de la obra. La burguesía, depuesta en un país, continúa a ser, por mucho tiempo, por varias razones, más fuerte que el proletariado que la derrumbó. Así pues, todo reside en conservar el Poder, en consolidarlo, en hacerlo invencible. ¿Que es preciso para alcanzar este objetivo? Es preciso cumplir, por lo menos, tres tareas principales, que se presentan a la dictadura del proletariado, “un día tras la victoria”:

a) vencer la resistencia de los latifundistas y de los capitalistas derrumbados y expropiados por la revolución, chafar sus tentativas de toda especie para restaurar el Poder del capital;

b) organizar la edificación de modo que todos los trabajadores se agrupen en torno al proletariado y desarrollar esta obra con vistas a preparar la liquidación, la supresión de las clases;

c) armar la revolución, organizar el ejército de la revolución para la lucha contra los enemigos externos, para la lucha contra el imperialismo.

“El pasaje del capitalismo al comunismo cubre toda una época histórica. Mientras no llegar al fin esta época, los explotadores abrigarán, inevitablemente, la esperanza de un restablecimiento, y esta esperanza se traduce en tentativas de restablecimiento” (Lenin, Obras Completas, vol. XXIII, pág. 355).

No es necesario demostrar que cumplir  esas tareas a corto plazo, que realizar todo eso algunos años, es cosa absolutamente imposible. Por eso, es necesario considerar la dictadura del proletariado, el pasaje del capitalismo al comunismo, no como un periodo corto de actos y decretos “ultrarevolucionários”, pero como toda una época histórica, llena de guerras civiles y de conflictos externos, de tenaz trabajo organizativo y de edificación económica, de avances y retrocesos, de victorias y derrotas.

“El pasaje de esa democracia capitalista, inevitablemente mezquina, que excluye disimuladamente los pobres y, por consecuencia, es hipócrita y mentirosa, ‘para una democracia cada vez más perfecta’, no se opera tan simple ni tan cómodamente como lo imaginan los profesores liberales y los oportunistas pequeño-burgueses. No; el progreso, es decir, la evolución para el comunismo, se opera a través de la dictadura del proletariado, y no puede ser de otro modo, pues no hay otro medio que la dictadura, otro agente que el proletariado para quebrar la resistencia de los capitalistas explotadores.

Pero la dictadura del proletariado, es decir, la organización de vanguardia de los oprimidos en clase dominante para el fin de los opresores, no puede limitarse, pura y simplemente, a un alargamiento de la democracia. A la vez que produce una considerable ampliación de la democracia, que se hace por primera vez la democracia de los pobres, la del pueblo y no más sólo a de la gente rica, la dictadura del proletariado trae una serie de restricciones a la libertad de los opresores, de los explotadores, de los capitalistas. Debemos reprimirles la actividad para liberar la humanidad de la esclavitud asalariada, debemos quebrar su resistencia por la fuerza; es claro que donde hay opresión, donde hay violencia, no hay libertad, no hay democracia” (Lenin, El Estado y la Revolución).

“La dictadura del proletariado es una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad” (Lenin, Obras Completas, vol. XXV, págs. 173 y 190).

El Poder Soviético

La victoria de la dictadura del proletariado significa el desplome de la burguesía, la demolición de la máquina estatal burguesa, la sustitución de la democracia burguesa por la democracia proletaria. Esto es claro. ¿Pero, por medio de que organizaciones se puede llevar a cabo esta gigantesca obra? Es indubitable que las viejas formas de organización del proletariado, surgidas sobre la base del parlamentarismo burgués, no son suficientes. ¿Cuáles son, pues, las nuevas formas de organización del proletariado, capaces de desempeñar el papel de sepulturero de la máquina estatal burguesa, capaces no solamente de demoler esta máquina y no sólo de sustituir la democracia burguesa por la democracia proletaria, pero también de constituir la base del Poder estatal proletario?

Sóviets son nueva organización

La esencia del Poder Soviético consiste en el hecho de que las organizaciones más vastas y más revolucionarias, propias de las clases que eran oprimidas por los capitalistas y por los latifundistas, son ahora “la base permanente y única de todo el Poder estatal, de todo el aparato del Estado; de que precisamente las masas que, aún en las repúblicas burguesas más democráticas”, aunque siendo iguales ante la ley, “viven de hecho excluidas, por mil expedientes y subterfugios, de la participación en la vida política y del gozo de los derechos y de las libertades democráticas, son llamadas a participar de modo permanente y seguro y, además de eso, de modo decisivo en la dirección democrática del Estado” (Lenin, Obras Completas, vol. XXIV, pág. 13).

Por eso, el Poder Soviético es una forma nueva de organización estatal, que se distingue por principio de la vieja forma democrático-burguesa y parlamentaria, es un tipo nuevo de Estado, adaptado no a los fines de la explotación y de la opresión de las masas trabajadoras, pero a los fines de su completa liberación de toda opresión y explotación, a los fines de la dictadura del proletariado.

En el hecho de que solamente la forma soviética de Estado, haciendo con que las organizaciones de masas de los trabajadores y de los explotados participen, de modo continuo e incondicional del gobierno del Estado, está en condiciones de preparar la extinción del Estado, lo que es uno de los elementos esenciales de la futura sociedad sin Estado, la sociedad comunista.

“La República de los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos no es solamente una forma de institución democrática de tipo más elevado…, pero también la única forma capaz de asegurar el pasaje al socialismo del modo menos doloroso” (Lenin, Obras Completas, vol. XXII, pág. 131).

Dictadura de las clases revolucionarias

Fue exactamente sobre las bases de las tesis leninistas de la dictadura del proletariado, ejercida bajo la forma del poder soviético dirigido por el Partido Bolchevique, que más tarde el Presidente Mao Tsetung desarrolló la teoría marxista del Estado. La Nueva Democracia, extraordinario avance que estableció la teoría de la revolución para los países dominados por el imperialismo como revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, que sólo puede ser dirigida por el proletariado. Así estableció la Nueva Democracia como dictadura conjunta de las clases revolucionarias basada en la Alianza Obrero-Campesina, dirigida por el proletariado a través del Partido Comunista, lo que en China se consolidó en el transcurso de su revolución democrática. En síntesis, una revolución democrática dentro de la nueva era de la Revolución Proletaria Mundial en que nos desarrollamos.

Es fundamental resaltar, dentro de este desarrollo de la teoría del Estado, la diferencia clave entre sistema de Estado como dictadura de clase o clases que ejercen el Poder, que es el principal, y sistema de gobierno (sistema político) entendido como organización para el ejercicio del Poder.

Sobre esta cuestión también es importante enfatizar la relación entre frente y Estado que el Presidente Mao estableció, afirmando que el Frente Único Revolucionario es una forma de dictadura conjunta cuando, con la guerra popular destruye fuerzas vivas de la reacción y establece nuevo Poder. Con el Levantamiento de la Cosecha de Otoño y proseguimiento de la guerra de guerrillas estableciendo la base de apoyo revolucionaria en las montañas Chingkang hizo surgir el nuevo Poder, embrión del Nuevo Estado. De la misma forma, cuando la contradicción principal pasó a la de la guerra anti-japonesa, surgieron las bases de apoyo revolucionarias anti-japonesas. En ambos casos el frente único revolucionaria ganó la forma de frente/Nuevo Estado en construcción. Cuestión que merece ser especialmente estudiada por aquellos que enfrentan revoluciones democráticas.

Fue el Presidente Mao Tsetung que por primera vez desarrolló una teoría completa sobre el Frente Único y estableció sus leyes. Un frente basado en la alianza obrero-campesina como garantía de la hegemonía del proletariado en la revolución; un frente único bajo dirección absoluta del Partido Comunista para la revolución.

Dictadura del proletariado en la GRCP

En el periodo de la gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP) – marco más alto de la revolución proletaria mundial y etapa más profunda y amplia del desarrollo de la revolución socialista y de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado en China – millones de masas tomaron en sus manos los asuntos del Estado, los problemas políticos, militares, culturales, relativos a la producción etc., y derrumbaron los falsos revolucionarios incrustados en el Partido, en el Ejército Popular de Liberación y en el Estado, dando origen a los Comités Revolucionarios Tres en Uno, como los nuevos órganos de Poder del proletariado. Eran formados por partidarios de la línea revolucionaria del Presidente Mao, por lo tanto de la gran Revolución Cultural Proletaria, elegidos en las asambleas revolucionarias, en la proporción de una parte de representantes del Partido Comunista, una parte de representantes del Ejército Popular de Liberación y de una parte de representantes de las masas revolucionarias (obreros, campesinos, intelectuales y estudiantes).

Partido de nuevo tipo

El nuevo periodo es el de los conflictos abiertos de clases, es el periodo de las acciones revolucionarias del proletariado, el periodo de la revolución proletaria, el periodo de la preparación inmediata de las fuerzas para la derrocada del imperialismo, para la toma del Poder por el proletariado. Este periodo coloca delante del proletariado tareas nuevas: la reorganización de todo el trabajo del Partido en una base nueva, en una base revolucionaria, la educación de los obreros en el espíritu de la lucha revolucionaria por el Poder, la preparación y movilización de las reservas, alianza con los proletarios de los países vecinos, la creación de sólidos lazos con el movimiento de liberación de las colonias y de los países dependientes, etc. etc. Pensar que estas nuevas tareas pueden ser resueltas con las fuerzas de los viejos partidos socialdemócratas, educados en las pacíficas condiciones del parlamentarismo, significa condenarse irremediablemente a la desesperación, a una derrota. Permanecer bajo la dirección de los viejos partidos, cuando se tiene sobre los hombros tareas de esa orden, significa quedar enteramente desarmado.

De ahí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, bastante audaz para conducir los proletarios a la lucha por el Poder, bastante experto para saber orientarse en las complicadas condiciones de una situación revolucionaria, y bastante ágil para evitar toda clase de obstáculos en el camino que lleva al objetivo.

Sin un partido de ese tipo no se puede ni siquiera pensar en la derrumbada del imperialismo, en la conquista de la dictadura del proletariado.

Este nuevo partido es el Partido del leninismo.

Destacamento de vanguardia

El Partido debe ser, antes de todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido debe incorporar a sus hileras todos los mejores elementos de la clase obrera, asimilar su experiencia, su espíritu revolucionario, su dedicación infinita a la causa del proletariado. Pero, para ser efectivamente el destacamento de vanguardia, el Partido necesita armarse de una teoría revolucionaria, debe conocer las leyes del movimiento, debe conocer las leyes de la revolución.

El Partido es el Estado-Mayor de la lucha del proletariado. Pero el Partido no puede ser sólo destacamento de vanguardia. Debe ser, a la vez, un destacamento, una parte de la clase obrera, parte íntimamente conectada a esta con todas las fibras de su existencia.

Destacamento organizado

El Partido es el destacamento organizado de la clase obrera.

El concepto de partido, como de un todo organizado, fue establecido en la conocida formulación dada por Lenin en el artículo primero de los estatutos de nuestro Partido, en que el Partido es considerado como la suma de sus organizaciones, y sus miembros, como integrantes de una de las organizaciones del Partido.

Pero el Partido no es solamente la suma de sus organizaciones. El Partido es a la vez el sistema único de estas organizaciones, su unión formal en un todo único, en el cual existen órganos de dirección superiores e inferiores, en el cual existe un sometimiento de la minoría a la mayoría, en el cual existen decisiones prácticas, obligatorias para todos los miembros del Partido. Sin esta condición, el Partido no se halla en condiciones de ser un todo único organizado, capaz de asegurar una dirección organizada y sistemática de la lucha de la clase obrera.

Contra el fraccionalismo

El Partido es una unidad de voluntad que excluye todo fraccionalismo, toda división del poder en el Partido.

De ahí las aclaraciones de Lenin sobre el “peligro del fraccionalismo, desde el punto de vista de la unidad del Partido y de la realización de la unidad de la voluntad de la vanguardia del proletariado, como condición esencial del éxito de la dictadura del proletariado”, aclaraciones fijadas en la resolución especial del X Congreso de nuestro Partido, “Sobre la unidad del Partido.”

El Partido se refuerza depurándose de los oportunistas.

Fuente de fraccionalismo  en el Partido son sus elementos oportunistas. El proletariado no es una clase cerrada dentro de sí misma. A él afluyen continuamente elementos proletarizados por el desarrollo del capitalismo, de origen campesina, pequeño-burguesa e intelectual. A la vez se desarrolla un proceso de descomposición de las capas superiores del proletariado, compuestas principalmente de operarios sindicales y de parlamentarios que la burguesía corrompe, sirviéndose de los superlucros coloniales. El Partido se refuerza depurándose de los elementos oportunistas.

Partido militarizado

El desarrollo magistral de Lenin sobre el partido de nuevo tipo, como destacamento organizado de vanguardia, auténtico Partido Comunista, Estado- Mayor de la lucha del proletariado por el Poder, fue la base para el Presidente Mao Tsetung desarrollarlo como partido conectado a la lucha armada, centro y dirigente de los otros dos  instrumentos de la revolución, del Frente Único y del Ejército Guerrillero Popular.

Así, el Presidente Mao desarrolla la concepción del Partido, cuyo objetivo es conquistar el Poder para el proletariado y defenderlo, por el cual está intrínsecamente conectado con la guerra popular que concibió. Tanto para iniciar la guerra popular, cuanto para desarrollarla y sostenerla; un partido sostenido por las masas, es decir, por la propia guerra popular que es guerra de masas dirigida por el partido comunista o por el frente único que siendo frente de clases se basa en las masas mayoritarias; partido cuyo motor de su evolución es la contradicción concretizada en su seno como lucha de dos líneas, entre línea proletaria y línea burguesa y otras no proletarias en esencia y, sobre todo, una lucha contra todos los desvíos oportunistas de “izquierda” y derecha, tomando el revisionismo como el peligro principal.

Y fue sintetizando el pensamiento mao tsetung cómo tercera, nueva y superior etapa del marxismo, el maoismo, que el Presidente Gonzalo profundizó y desarrolló la concepción del partido revolucionario del proletariado como Partido Comunista militarizado, cuya construcción y forja desde el inicio se hace a través de la lucha de dos líneas, y que los Tres Instrumentos Fundamentales de la revolución — el Partido, el Ejército de Nuevo Tipo y el Frente Único Revolucionario —  se construyen de forma y modo concéntrico, afirmando la guerra popular como la teoría militar del proletariado de vigencia universal. El pensamiento Gonzalo, que dirige la Guerra Popular en el Perú hace 37 años, afirma que para elevar la nueva onda de la revolución mundial cabe a los revolucionarios proletarios de cada país constituir/reconstituir partidos comunistas militarizados para desencadenar guerras populares, colocando el maoismo como su mando y guía.

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