Traducción: Enrique F. Chiappa
No puede ser llamado de Presidente, es apenas un gerente, un administrador, un títere. Su omisión no es fruto de su incapacidad, al contrario, cuando sindicalista, se preparó mucho para aprender a negociar lo innegociable, disimular la traición a sus representados. Es su arte. ¿Dónde se concentran las cabezas que verdaderamente mandan? ¿Cuáles mapas Lula debe seguir?
Contra-reformas del PDMC subordinan la economía, el Estado y la sociedad a la especulación y la usura. Bancos y empresas financierizadas quieren atar el destino del país al suyo.
El Plan Director del Mercado de Capitales aparece durante el proceso electoral de 2002 como respuesta preventiva a la posibilidad de mudanzas en la gestión económica. Constatando que la hegemonía conquistada durante la gerencia Cardoso se encontraba en jaque, las entidades de clase del sector financiero decidieron deflagrar un movimiento de contra-reforma que, ante el clamor por la revisión de la política económica de aquellos años, se contrapusiese en su profundización.
Elaborado para centralizar la acción política de esas entidades (vea materia anexa), el PDMC se dedica al lobby de una manera ostensiva. La nueva ley de falencias, el Supersimple, las sucesivas "reformas" de la Seguridad Social y la abertura total de los mercados de acciones, títulos y cambio al capital extranjero están entre las medidas que ayudó a aprobar. En abril de 2007, su Comité Ejecutivo evaluó que 76% de sus reivindicaciones habían sido atendidas.
El objetivo programático del PDMC está claro en este pasaje de su documento fundacional: "bancos, bolsas de valores, sociedades corredoras, administradores de recursos, inversores institucionales y todos los demás agentes del mercado de capitales y del sistema financiero privado, deberán asumir el papel central en la movilización y destinación de recursos en la economía brasileña, hasta ahora desempeñado por el sector público."
Imperio financiero
Los bancos no se proponen, sin embargo, a inyectar su propio dinero en el mercado de acciones y títulos, mas usarlo para dirigir la distribución de recursos retirados de la economía popular y del Estado. Así como asegurar su posición privilegiada sobre el conjunto de la economía, objetivando colocar los demás segmentos de ella bajo su influencia y dirección.
El uso de la venta de acciones como forma de captación de dinero por las empresas — uno de los puntos fundamentales del PDMC — fue la salida encontrada por los bancos para atender la demanda de la gran industria por financiamientos sin reducir los intereses de los empréstitos ni dejar de recibir los recursos que el estado empeña en el pago de los intereses de la deuda pública en su beneficio. Se trata de una solución de compromiso destinada a evitar el choque entre industriales y banqueros y consolidar la hegemonía de los últimos dentro del bloque patronal.
Esta "solución", sin embargo, vincula la suerte de toda la economía al sector financiero (ya que las empresas pasan a depender cada vez más de él para obtener recursos) y la coloca bajo su dirección (ya que él decidirá donde aplicarlos). Además, lo transforma en socio de los lucros de los demás segmentos, que pasan a pagarles dividendos y comisiones de intermediación.
Por último, pero no menos importante, lleva a la absorción de empresas por bancos y corredoras. La adhesión de entidades del "sector productivo", como la Fiesp y las confederaciones nacionales de la Industria, Transportes y Comercio, al PDMC, tiene carácter de rendición. Al vender acciones de sus empresas en la bolsa, los empresarios venden parte de su poder de control sobre ellas. Para los bancos, esta es la forma más barata de adquirir de empresas. Primero por que comprar acciones de a poco cuesta menos que comprarlas en bloque.
Sombrero ajeno
Segundo, por que esa compra es realizada con recursos ajenos. Al aplicar su dinero en fondos de acciones, los clientes de los bancos se tornan accionistas de esos fondos. La administración de las acciones que componen su patrimonio, sin embargo, es delegada al banco o corredora. Así, el sector financiero, sin desembolsar un centavo, se torna socio de la renta de sus clientes y adquiere el control de empresas de todos los ramos.
Como nada de esto ocurriría si los inversores colocasen su dinero en oro, caja de ahorro o inmuebles, los bancos necesitan tornar los fondos de inversiones más lucrativos que esas opciones — segundo "punto focal" del PDMC. Para que ellos no necesiten reducir las comisiones que reciben sobre los rendimientos del dinero aplicado, el PDMC defiende exenciones fiscales a esos rendimientos (vea materia abajo).
Pero este no es el único subsidio estatal a la especulación y a la usura, reivindicado en el plan. Al definir sus acciones prioritarias para 2005, el comité ejecutivo incluye entre ellas el "apoyo del BNDES al desarrollo del mercado de capitales". El PDMC reivindica, también, crédito subsidiado para compra de acciones e inyección de dinero en papeles de poco interés para el capital privado, con el pretexto de "formar mercado" para ellos.
Callejón sin salida
Sin embargo, no es el BNDES el mayor objetivo de la codicia de bancos y empresas fiancierizadas. Su previsión presupuestaria total para 2008 es de R$ 65 mil millones — volumen importante, pero insuficiente para la magnitud del objetivo definido en el PDMC. La captación de recursos por medio de fondos de inversiones tiene como límite, por su parte, los parcos rendimientos de la mayoría de la población.
Los ojos del PDMC se vuelven, principalmente para dos instrumentos que, hace 40 años, sirven a la extracción de recursos de la clase trabajadora para financiar el Estado y la economía brasileña: la Seguridad Social y al FGTS (ver materia anexa). La recaudación estricta del INSS fue de R$ 130 mil millones en 2006, mientras que la receta total de la Seguridad Social fue de la orden de R$ 280 mil millones.
El proyecto de la reforma de la Seguridad Social del PDMC — presentado a la administración federal al final de 2006-, transfiere en carácter obligatorio, del INSS para fondos privados la contribución incidente sobre la parcela salarial situada entre 3 y 19 salarios mínimos — dinero que solo será devuelto cuando el trabajador se jubilar, décadas después.
Al transferir para la población trabajadora los riesgos de la actividad — inclusive especulativa — de empresas que dependen de él para financiarse, el sector financiero busca tornarla rehén de la estructura de acumulación que lo privilegia. Para los trabajadores es un callejón sin salida, ya que esa misma estructura transfiere masivamente sus recursos para los bancos, empobreciéndolos.
Un buen ejemplo de cómo funciona esta armadilla es que una de las principales banderas del PDMC es prohibir la desconsideración de la personalidad jurídica de las empresas (uso de dinero y bienes de los socios para pagar sus deudas en la justicia). El objetivo es evitar que fondos de inversión tengan rendimientos aprehendidos para pagar deudas de empresas cuyas acciones adquieren. Como esto es hecho principalmente en la Justicia del Trabajo, la prohibición sería un golpe contra los trabajadores. Si el dinero para su jubilación depender de estos fondos, entonces no tendrán opción.
Entidades que componen el Comité Ejecutivo del PDMC
ABRAPP — Asociación Brasileña de la Entidades Fechadas de Previdencia Privada
ABRASCA — Asociación Brasileña de Compañías Abiertas
ABVCAP — Asociación Brasileña de Private Equity y Venture Capital
ACSP — Asociación Comercial de San Pablo
ADEVAL — Asociación de las Empresas Distribuidoras de Valores
ANBID — Asociación Nacional de Bancos de Inversiones
ANCOR — Asociación Nacional de la Corredoras de Valores Cambio y Mercaderías
ANDIMA — Asociación Nacional de las Instituciones del Mercado Abierto
APIMEC — Asociación de los Analistas y Profesionales de Inversiones del Mercado de Capitales
BM&F — Bolsa de Mercaderías y Futuros
BOVESPA — Bolsa de Valores de San Pablo
CNI — Confederación Nacional de la Industria
FECOMERCIO — Federación del Comercio del Estado de San Pablo
FENASEG — Federación Nacional de las Empresas de Seguros Privados y de Capitalización
FIESP — Federación de las Industrias del Estado de San Pablo
FORÇA SINDICAL
IBGC — Instituto Brasileño de Gobernancia Corporativa
IBMEC — Instituto Brasileño de Mercado de Capitales
IBRI — Instituto Brasileño de Relaciones de Inversores
En famiglia
El financiamiento de las empresas vía mercado de capitales y la dislocación, para él, del papel ejercido por el BNDES son una bandera del Forum Nacional desde 1988. Además de esa identidad programática, el Forum y el PDMC comparten algunos dirigentes.
De acuerdo con su documento fundacional, el PDMC es "el resultado del trabajo de consolidación de un gran número de sugestiones, propuestas e iniciativas originadas en las entidades participantes del Proyecto Ibmec ll". El Consejo Director del Ibmec (Instituto Brasileño del Mercado de Capitales) es presidido por Joao Paulo dos Reis Velloso. La entidad integra la lista de "grandes beneméritos" del Forum Nacional, teniendo como representante (Enio Rodríguez) en su Consejo Director.
El PDMC es coordenado por un Comité Ejecutivo, encabezado por Thomas Tosta de Sá — ex presidente de la Comisión de Valores Mobiliarios, CVM (1993-95) y lobbista veterano. Para asesorarlo, fue constituido un Comité Técnico, cuyo coordinador es Carlos Antonio Rocca, que por muchos años fue el principal ejecutivo del quebrado Mappin. Ex secretario de Hacienda de San Pablo (administración Paulo Egydio), Rocca es bastante vinculado al ex ministro Delfín Netto.
El ejemplo del FGTS
Creado en 1966 para posibilitar el fin de la estabilidad del empleo en empresas privadas, el FGTS impulsó la construcción civil y el mercado inmobiliario. Como el dinero del fondo tenía como única posibilidad de utilización además de la hipótesis de saque, el Estado en la práctica recaudaba dinero del trabajador para repasarlo a las constructoras e incorporadoras.
Para garantizar lucros al sector financiero en las dos puntas del negocio, el PDMC quiere extender la financiación al propio ramo inmobiliario. Primero, parte de los depósitos de los trabajadores en el fondo sería usada para compra de acciones. Después, para captar el dinero que dejarían de recibir por causa de la división del bolo del FGTS, las constructoras y las incorporadoras pasarían a depender de los bancos, a quienes venderían créditos y otros derechos correspondientes a sus ventas a plazo. Los bancos, a su vez venderían esos créditos a terceros, repasando los riesgos de la actividad inmobiliaria sumados a los de la especulación a la economía popular, como ocurrió recientemente en Estados Unidos.