Después de ser aplazada en diversas oportunidades, la votación del llamado “Nuevo Código Forestal” en la Cámara de Diputados reveló el modo como se resuelven los compromisos entre las fracciones del partido único para la aprobación de leyes antipueblo.
El profesor Fausto Arruda, en su artículo publicado en AND nº 68, edición de agosto de 2010, ya apuntaba como se desarrollaba el escenario para la aprobación del código:
“El monopolio de los medios de comunicación, con su eterna vigilancia en defensa de los intereses de las reaccionarias clases dominantes, distinguió al diputado Aldo Rebelo, del PCdoB, con los más elevados elogios, por sus relevantes servicios prestados al latifundio brasileño de viejo y de nuevo tipo, con su informe sobre el nuevo Código Forestal Brasileño.” Tras recibir vastos elogios de la jefe del latifundio y senadora Kátia Abreu (Dem), Rebelo también fue halagado por la revista Veja, que lo definió como “un comunista sensato”.
La discusión acerca de la legislación ambiental contenida en el Código Forestal trata de áreas de Reserva Legal, preservación de la vegetación ribereña (situadas en las proximidades de los lechos de ríos y cursos de agua), de florestas en el tope de morros y laderas, protección de nacientes, entre otros aspectos. Pero la gran polémica y el calor de los debates no suceden cuando se habla de preservar, pero sí de destruir y más, de quien degrada de hecho el medio natural.
Mientras el texto del Código era debatido, recibía enmiendas y destaques, el latifundio no paralizó una máquina, prosiguiendo y acelerando las derrumbadas criminales, en una carrera desenfrenada por ampliar aún más la extensión de las tierras del llamado agronegocio. Por lo tanto, mientras más tardase la votación del código, tanto mejor para el latifundio, que continuaría sin dar explicaciones a nadie, de hecho, como nunca dio.
Datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales — Inpe, apuntan que 1.848 km2 de floresta fueron derrumbados en la Amazonía entre agosto de 2010 y abril de este año. En Mato Grosso, fueron deforestados 733 km2 en el mismo periodo, un aumento del 47% en relación al periodo anterior. Solamente en los meses de marzo y abril de este año, cuando se intensificó el debate sobre el Código Forestal, los satélites detectaron 593 km2 de nuevas deforestaciones en el estado: 475% más que en los mismos meses de 2010.
La derrumbada de matas nativas en esas regiones — y tamaña área derrumbada no podría jamás ser efectuada por pequeños productores, desprovistos de maquinaria pesada — es realizada y amparada en el proyecto de Aldo Rebelo, refrendado por el latifundio, ya que reconoce todas las áreas cultivadas hasta julio de 2008, perdona multas a quién tenga esas áreas cultivadas regularizadas y permite la suma de Áreas de Preservación Permanente con la de Reserva Legal.
Todos esos aspectos del Código son temas para que un especialista trate parte por parte, lo que AND cuidará para que ocurra en una próxima edición.
Competentes y respetadas organizaciones de científicos brasileños como la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia — SBPC y la Academia Brasileña de Ciencias — ABC, vienen estudiando, sistemáticamente, a lo largo de los años, el impacto ambiental en las áreas rurales de nuestro país y el propio código forestal. Ambas organizaciones se manifestaron ante los debates y apuntaron la necesidad de tiempo y mayor inversión en inteligencia para la construcción de un proyecto amplio, contando con la participación de los varios sectores de la sociedad. En nota divulgada después de la aprobación del texto-base del Código en la Cámara de los Diputados en la segunda quincena de mayo, SBPC y ABC manifestaron que el proyecto de ley no resuelve las necesidades de modificaciones en la legislación anterior, pues el mismo no contempla una fundamentación científica y tecnológica.
La discusión del “Nuevo Código” propone que se modifiquen leyes que el latifundio nunca cumplió, para que continúe incumpliendo. ¿Qué se espera? ¿Que un latifundista devuelva (¿a quién?) las áreas desmatadas durante siglos? ¿Algún ingenuo espera que ellos paguen multas por la destrucción que ya causaron o que reduzcan sus áreas de monocultivo para una posible “preservación ambiental”?
Según el censo agropecuario de 2006 divulgado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística — IBGE, mientras los establecimientos rurales de menos de 10 hectáreas ocupan menos del 2,7% del área total ocupada por los establecimientos rurales, el área ocupada por los establecimientos de más de mil hectáreas concentra más del 43% del área total. Partiendo de esa simple exposición de datos, se ve que no se puede aplicar un sólo código para pequeños, medios y latifundistas.
Los pequeños productores rurales, centenares, miles de familias campesinas ya fueron perseguidas, multadas y quebraron. Incontables terminaron por sucumbir a la presión y violencia del latifundio, fueron expulsadas o vendieron sus tierras por una insignificancia, engordando las áreas del latifundio. Los medios productores no están lejos de eso, ya se encuentran entre la cruz y la espada.
Mientras tanto, profesionales del embuste y latifundistas conciertan esta nueva ley. Los grupos de poder sacuden sus banderas. De un lado, el servil PCdob cumple su papel con Aldo Rebelo, junto al Dem de Kátia Abreu y toda la bancada ruralista. El PMDB añadió una enmienda para que el Código amnistíe a aquellos que deforestaron áreas de preservación permanente hasta 2008. El PT corre de un lado a otro, propone “destaques” que deberán ser sometidos al senado. Finalmente, lo principal del texto base del código del latifundio ya fue aprobado.
Todos están amarrados, enlazados de los pies a la cabeza. Basta ver el modo como bastó que algunos diputados religiosos blandiesen las divinas escrituras para que Roussef vetara el llamado “kit anti-homofobia” preparado por el Ministerio de la Educación, de lo contrario, mantendrían el pedido de convocatoria de Palocci para deponer sobre su súbita “evolución patrimonial”. Y la gerente de turno, más que listamente, vetó el Kit! (Sino…!)
Y en la misma semana, Roussef demostró insatisfacción con la aprobación de la enmienda del PMDB al código forestal. Dijo que también la vetará si aprobada en el senado. Podríamos especular aquí que, delante de los últimos acontecimientos, ella no lo vetará. ¿Pero, y si lo veta? Afirmamos categóricamente que ningún latifundista pagará un centavo.
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