El martes, 2 de marzo, cerca de diez personas incendiaron un micrómnibus en el entorno de la Cidade de Deus, zona oeste de Rio de Janeiro, que desde el inicio del año pasado se encuentra ocupada por la Unidad de Policía Pacificadora, la UPP. El vehículo, que se encontraba ocupado por decenas de pasajeros rápidamente fue tomado pelas llamas, hiriendo 13 personas, siendo que seis de ellas aún se encuentran internadas, tres en estado grave. Rápidamente, el monopolio de los medios de comunicación se puso divulgar un conjunto de informaciones contradictorias, vehementemente desmentidas por los habitantes de la Cidade de Deus.
Una semana después del episodio, la redacción de AND estuvo en la Cidade de Deus para saber de los habitantes lo que aconteció, en realidad, en aquella noche. Muchos de ellos, por miedo de represalias, no quisieron ser grabados o identificados y otros prefirieron no hablar sobre el episodio, ampliamente noticiado por el monopolio de los medios de comunicación. Sólo un muchacho contó a nuestro equipo de reportaje, bajo la condición de no tener su identidad divulgada, lo que realmente ocurrió antes y después del ataque al autobús, que dejó 13 personas heridas.
— Cuando colocaron fuego en el autobús, las personas de la comunidad salieron de casa y se quedaron paradas en la esquina. Entonces los policías comenzaron a decir que todos los habitantes son bandidos y que nosotros íbamos a tener que resolver quien colocó fuego en el autobús. Dicen que fue todo una represalia del tráfico por la prisión del Leandro, que es pariente de traficante. Pero él es pariente en 5° o 6° grado. Eso no quiere decir que él es traficante. Forjaron que él estaba con cocaína, pero no era nada de él. Él confesó porque lo forzaron a confesar. Lo usaron para propaganda de la UPP. Él estudiaba y jugaba fútbol todos los días. Eso no apareció en la televisión. Todo el mundo sabe que quién ayudó a prender los que quemaron el autobús fue el pueblo de la comunidad. Mucha cosa que están divulgando en la televisión es mentira para ayudar a la UPP — cuenta el muchacho.
El BOPE ataca
También según el joven, después del episodio, policías del Batallón de Operaciones Especiales de la PM fueron al local para incrementar el clima de miedo, aprehensión y revuelta entre los habitantes, con agresiones y humillaciones a todos los que cruzaran el camino de la tropa de élite de Cabral.
— Después que el BOPE llegó aquí fue peor. Ya llegaron mandando todo el mundo colocar la cara contra la pared, gritando y dando bofetada en todos. Aún sabiendo que aquí no hay más tráfico, ni armas, ni drogas, ellos hacen eso. Esa es la ‘inteligencia’ de la PM — protestó.
Nuestro entrevistado también denunció el régimen de terror impuesto por los policías de la UPP, instalada en la Cidade de Deus hace casi un año. Desde la instalación de la unidad policial en la favela de la zona oeste y en otras de la zona Sur, que AND trae, mes a mes, testimonios de habitantes de esos barrios pobres, sobre la rutina de miedo instalada por la PM después del inicio del proceso fascista de militarización llevado a cabo por Sérgio Cabral.
— Nosotros denunciamos las revistas que la PM impone aquí y las personas creen que son simples revistas, pero no. Ellos [PM] llegan gritando para acostarnos en el suelo sino ‘va a morir’. Pocos son a los que no les pegan. Eso sin hacer nada, porque se usted es sorprendido en alguna infracción es capaz de morir de golpes. Ellos ya andan con una cachiporra o una barra de hierro para hacer esas maldades. Y no existe diferencia entre los policías. Hablan que la UPP recibe entrenamiento especial. Mentira. Tanto los policías de la UPP, cuanto los del 18° batallón actúan de la misma forma. Su hijo no puede ir a jugar futbol en la calle, su hijo no puede ir a una plaza, entonces usted queda preso dentro de casa con miedo de la PM. Ni con el tráfico era así — denuncia el muchacho.
PM tira para matar
Pero no es sólo en la Cidade de Deus que las policías de este Estado semicolonial están intensificando el proceso de criminalización y exterminio. Sólo en la segunda semana de marzo, 13 hombres fueron muertos en cuatro operaciones de las tropas asesinas de Cabral y Beltrame.
El día 8 de marzo, un hombre fue muerto por la PM, en invasión deflagrada en la favela del Jacarezinho. Exactamente un mes antes, la policía promovió una matanza en la favela de la zona norte, que dejó al menos nueve personas muertas.
Tres días después, PM del 15º BPM (Duque de Caxias) fueron a la Favela del Lixão, en la Baixada Fluminense, con el pretexto de reprimir el tráfico de drogas. En la operación, tres hombres fueron muertos, acusados de intercambiar tiros con la policía, versión listamente reproducida por el monopolio de los medios de comunicación.
Al día siguiente, fue la vez de la favela Vila Joaniza, en la Iha do Gobernador, recibir la desagradable visita de policías del 17º BPM, que mataron tres hombres y, como manda el protocolo de este Estado en descomposición, registraron el caso en la 37ª DP como "auto de resistencia".
En otra operación, el día 11 de marzo, policías mataron siete hombres e hirieron una niña de 13 años en la favela de la Rocinha. La invasión al mayor barrio pobre del Brasil aconteció por la mañana, en un horario donde buena parte de los 200 mil habitantes sale para el trabajo o para la escuela. La acción contó con 200 policías de cuatro comisarías especializadas, además de tres helicópteros y dos vehículos blindados. El objetivo de la policía era prender el jefe del tráfico en la favela, que consiguió huir. Aún así, el secretario de seguridad pública, José Mariano Beltrame, afirmó que la operación fue un éxito, gracias al número de personas que fueron muertas. El tiro que acertó la niña de 13 años, no identificada, por lo visto formó parte del éxito de esta gestión fascista que, hace tiempo, ya reveló – por la manera sádica como trata el pueblo — sus objetivos obscuros, llevados a cabo por una de las policías más violentas y corruptas del planeta.
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