Yanquis firman término de rendición al Talibán: Será el fin de casi dos décadas de ocupación colonial en Afganistán

EUA e Taliba assinam acordo de paz historico
Ibraheem Al Omari/Reuters
EUA e Taliba assinam acordo de paz historico

Yanquis firman término de rendición al Talibán: Será el fin de casi dos décadas de ocupación colonial en Afganistán

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Traducción Enrique Chiappa

En la mañana del día 29 de febrero, en Doha, capital del Catar, fue firmado un acuerdo por representantes diplomáticos de Estados Unidos (USA) y del Emirato Islámico de Afganistán (Talibán) que dicta los términos para la retirada de las tropas invasoras de Afganistán y concluir las casi dos décadas de la guerra de agresión imperialista y ocupación colonial yanqui contra el país asiático; producto de las consecutivas derrotas que el imperialismo sufrió en suelo afgano.

El acuerdo, producto de más de un año de negociaciones y de incontables derrotas militares del USA, prevé un cronograma de 14 meses para la retirada de todas las tropas invasoras yanquis y de sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). Además de eso, el pacto determina un cesar fuego permanente y completo de todos los envueltos, así como el inicio de negociaciones intra-afganas, o sea, entre el actual gobierno pro-colonial de Kabul, títere del imperialismo yanqui, y los dirigentes guerrilleros talibanes, para decidir el futuro político del país y la división del poder, hasta el día 10 de marzo. Otro compromiso previsto es una garantía del Talibán de que el suelo afgano no será más utilizado como una “zona de lanzamiento” que “amenace la seguridad” estadunidense, base subjetiva y que expresa un compromiso semicolonial.

Estaba previsto a los yanquis y su gobierno títere que liberasen hasta 5 mil prisioneros, y al Talibán, hasta mil, sin embargo el consejero nacional de seguridad afgano, Hamdullah Mohib, declaró que no está en consonancia con tal compromiso. El gobierno afgano, que fue excluido tanto de las negociaciones de los últimos meses, cuánto de la firma del acuerdo, debido a la insignificancia de su “autoridad” (lacayos que son del USA), declaró estar en desacuerdo con el pacto, pero no presenta relevancia.

USA se comprometió a retirar, en los próximos 135 días, soldados suyos de cinco bases militares diferentes, reduciendo la fuerza yanqui en Afganistán de los casi 14 mil para 8,6 mil soldados. El fin del proyecto colonial quedará pendiente hasta que el último soldado invasor deje el país. En el auge de la guerra, más de 100 mil soldados estadunidenses ocuparon el país de Asia Central.

Un portavoz talibán publicó en internet, conmemorando la victoria en la víspera del día 29/02: “Aquí, será anunciada la derrota de la arrogancia de Casa Branca delante del turbante blanco”.

 

El futuro del imperialismo es la derrota

 

La guerra imperialista en Afganistán, el más largo conflicto de la historia del USA, tuvo inicio con el episodio del 11 de septiembre de 2001. El Talibán, que estuvo en el poder entre 1996 y 2001, sufrió un golpe orquestado por la invasión yanqui en el país, y pasó a representar, entonces, la principal fuerza en el proceso de la Resistencia Nacional al imperialismo y a la invasión extranjera de su nación, a pesar de su ideología atrasada, feudal y limitada.

Más de 100 mil afganos fueron muertos o heridos desde 2009, año en que la “Organización de las Naciones Unidas” (ONU) comenzó a documentar las víctimas, con retraso de ocho años. El Pentágono informa que, sólo en 2019, su Ejército terrorista lanzó un total de 7.423 bombas, contabilizando cerca de 35 mil kilos de explosivos lanzados sobre cabezas afganas, un récord de bombardeos, por lo menos desde que la Fuerza Aérea yanqui comenzó a calcular sus devastaciones, en 2006.

Se estima que Afganistán costó, para USA, el valor de 2 billones de dólares, invertidos  en las acciones de terror y genocidio contra el pueblo perpetradas tanto por sus Ejércitos, oficiales y lacayos, como por sus fuerzas extra oficiales y sus mercenarios contratados. El más alto nivel de tecnología bélica, sin embargo, no fue suficiente para derrotar la convicción y el ímpeto incansable del pueblo afgano, que una vez más, repitiendo la experiencia de 1979 de la invasión de Afganistán por las tropas de la Unión Soviética revisionista, luchó por su autodeterminación.

En 2015, USA fue obligado a admitir su fracaso, cuando el entonces presidente Obama declaró que el objetivo yanqui y de sus aliados de la Otan en Afganistán era sólo entrenar los soldados afganos y participar de operaciones. En 2018, vino la declaración del general yanqui Austin Miller, en la cual confirmó que la guerra en Afganistán no podría ser vencida militarmente, y que era necesaria una solución política directamente con el Talibán.

En diciembre de 2019, el monopolio de prensa The Washington Post publicó un documento de 200 páginas confidenciales con testimonios que explicitaban el fiasco de la incursión yanqui y como USA manipuló informaciones y estadísticas de la guerra para alegar que la estaba ganando, como el habla del general condecorado de tres estrellas, Douglas Luche, que sirvió a la Casa Branca durante los gobiernos Bush y Obama, afirmando que: “Estábamos desproveídos de una comprensión fundamental de Afganistán, no sabíamos lo que estábamos haciendo”.

 

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